La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.
A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.
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Capitulo 12: Señales de vida
**Después de días de búsqueda incesante y agotadora, Alex finalmente recibe una pequeña señal que reaviva sus esperanzas.** Había estado recorriendo cada rincón que conocía, llamando a sus amigos en común, revisando lugares donde Valeria solía ir, pero todo había sido en vano. **Hasta que, por fin, una pista llega a él como un rayo en la oscuridad.**
**Sentado en su coche, revisa por enésima vez su teléfono.** Se había obsesionado con la idea de encontrarla, casi sin darse cuenta de que su propia vida se estaba desmoronando a su alrededor. **Sara seguía intentando acercarse a él, pero cada vez que lo hacía, él sentía más rechazo hacia ella.** Ahora, más que nunca, se daba cuenta de que la única persona que realmente importaba era Valeria.
**Una notificación entra en su teléfono: una foto subida por una vieja amiga de Valeria.** En la imagen, se ven varios rostros conocidos, pero lo que llama la atención de Alex es el fondo. **Reconoce un rincón particular de la ciudad.** El parque que Valeria siempre amaba visitar cuando necesitaba espacio para pensar, un lugar en las afueras, cerca de la casa de Claudia.
—*¿Podría ser?* —se pregunta, su corazón latiendo más rápido de lo que había latido en días.
**Se sienta más erguido, mirando la imagen con detenimiento.** No era una certeza, pero era lo más cerca que había estado de una pista real. Valeria no aparecía en la foto, pero el simple hecho de que su amiga estuviera allí significaba algo. **¿Tal vez estaba refugiada con Claudia?**
**Sin perder tiempo, Alex arranca el coche y se dirige hacia el parque, con la adrenalina corriendo por sus venas.** Por primera vez desde que Valeria se fue, siente que tiene una oportunidad real de encontrarla, de explicarle, de pedirle perdón cara a cara. **Los días de espera y desesperación parecían haber culminado en este momento.**
**Mientras conduce, sus pensamientos se nublan con la posibilidad de verla nuevamente.** Pero al mismo tiempo, surge un miedo profundo: ¿y si no quiere verlo? ¿Y si la ha perdido para siempre? **El conflicto entre la esperanza y el miedo lo consume.**
—*No puedo rendirme ahora,* —se dice a sí mismo en voz alta, intentando calmar la ansiedad que lo consume.
**Al llegar al parque, estaciona y baja del coche apresuradamente.** Sus ojos recorren el lugar con rapidez, buscando alguna señal, algo que le confirme que está en el camino correcto. **El aire fresco del lugar le recuerda a todas las veces que caminó junto a Valeria por esos senderos, riendo, compartiendo sueños y confidencias.**
**Pero ahora todo se siente diferente.** Alex sigue caminando por el parque, pero Valeria no está a la vista. **A pesar de todo, siente que está más cerca que nunca.** Su instinto le dice que no está lejos, que está al borde de encontrarla, y por primera vez en días, esa chispa de esperanza lo empuja a seguir adelante, sin importar los obstáculos que se presenten.
**Valeria, en algún lugar cercano, sigue siendo su destino,** y Alex está dispuesto a hacer lo que sea necesario para encontrarla.
**Alex continuó caminando por el parque, sus ojos escaneando cada rincón con una mezcla de ansiedad y determinación.** Mientras avanzaba por el sendero que tanto conocía, notaba cómo los recuerdos le golpeaban con fuerza. **Aquellas tardes tranquilas, las risas compartidas, los silencios cómodos… todo parecía tan lejano ahora.**
**Siguió caminando, acercándose al pequeño café en la esquina del parque, uno que Valeria adoraba.** Siempre decía que el lugar tenía el mejor capuchino de la ciudad. **Su mente viajaba entre el pasado y el presente, entre lo que habían sido y lo que ahora eran.** Pero no podía permitirse el lujo de pensar demasiado. Ahora, más que nunca, necesitaba concentrarse en su misión: encontrarla y enmendar sus errores.
**Cuando llegó al café, sus pasos vacilaron un poco.** Observó a través de las ventanas, esperando verla, aunque fuera por un segundo. **Su corazón latía desbocado, como si todo dependiera de este momento.**
**Entró al café y fue recibido por el aroma familiar del café recién hecho y el murmullo de conversaciones distantes.** Miró alrededor, buscando a Valeria o a alguna señal de su presencia, pero no la vio. **Sin embargo, sus ojos se detuvieron en una mujer en la barra. Era la amiga de Valeria, Claudia.**
**El corazón de Alex dio un vuelco.** No esperaba encontrarla aquí. Si Claudia estaba cerca, entonces Valeria también podría estarlo. **Se acercó a ella, con las manos sudorosas y un nudo en el estómago.**
—*Claudia,* —la llamó, su voz apenas un susurro.
**Ella se giró al escucharlo y sus ojos se oscurecieron al verlo.** No había amabilidad en su mirada, solo frialdad y desconfianza. **Sabía perfectamente por qué Alex estaba ahí, y no iba a facilitarle las cosas.**
—*Alex,* —respondió secamente, sin moverse de su sitio.
—*Necesito hablar contigo,* —dijo él, intentando sonar calmado, aunque su desesperación era evidente—. *Por favor, dime dónde está Valeria. Solo quiero hablar con ella, explicarle…*
**Claudia cruzó los brazos, mirándolo con una mezcla de desdén y cansancio.** Había pasado mucho tiempo consolando a su amiga, viendo cómo sufría, y no iba a permitir que Alex volviera a romperle el corazón.
—*Valeria no quiere verte,* —respondió tajantemente—. *Y si realmente la quieres, deberías respetar eso.*
**Alex apretó los puños, sintiendo cómo el peso de sus errores lo aplastaba aún más.** Sabía que Claudia tenía razón en estar enojada, pero no podía rendirse. No ahora, no cuando estaba tan cerca de encontrarla.
—*Solo dame una oportunidad. Una sola.* —su voz casi se quebró—. *Quiero arreglar las cosas. Lo siento de verdad, Claudia. Todo esto... todo ha sido un error.*
**Claudia lo miró en silencio durante unos segundos, evaluando si sus palabras eran sinceras o solo parte de un nuevo intento desesperado.** Finalmente, suspiró y bajó la mirada.
—*Valeria está intentando reconstruir su vida sin ti,* —dijo en voz baja, pero firme—. *Si realmente la amas, déjala en paz. Déjala encontrar su camino.*
**Esas palabras golpearon a Alex como un puñetazo.** La idea de que Valeria pudiera estar mejor sin él era su peor temor, y enfrentarlo ahora lo desarmaba por completo. **Pero también sabía que no podía rendirse sin antes intentarlo todo.** Tenía que demostrarle que había cambiado, que podía ser el hombre que ella merecía.
—*Lo haré,* —murmuró, con los ojos brillando de emoción contenida—. *Lo haré, pero no puedo dejarla ir sin luchar primero.*
**Claudia lo miró un instante más, luego tomó su café y se levantó.** Sin decir una palabra más, salió del local, dejándolo solo con sus pensamientos y esa pequeña chispa de esperanza que se negaba a apagarse.
**Alex se quedó allí, mirando la puerta por donde Claudia había salido, con una sola certeza en su mente: no podía darse por vencido, no hasta haber hecho todo lo posible por recuperar a Valeria.**