_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capítulo 6: ¿Amigo?
Transcurren las horas y ya casi son las 01.30a.m, no había notado la hora ni de que manera pasó tan rápido. Esta noche no ha sido como las demás, hubo más que nunca sentimientos encontrados en mi interior, por un lado, está ese mal rato con Mike y por el otro está Simón, que noce como explicar esto, pero ha causado sentimientos en mí que no había sentido antes. Me encantaría saber que es o lo que me sucede. Últimamente, Simón y yo estuvimos más cercano, él me ha estado hablando más que al resto, nos hemos vuelto buenos compañeros. Cuándo lo conocí hace un año atrás creí que al principio me odiaba debido a que me hablaba de mala manera y siempre me ignoraba, sólo hablaba con los demás y con Sarah al parecer tuvieron una especie de conexión desde el primer día, ya que siempre se los veía juntos y riendo. Luego me dije, él tiene 24 años y yo apenas 16 (esa edad tenía cuándo lo conocí), de seguro cree que soy una adolescente de esas que molestan todo el tiempo. Pero con el correr de los meses fuimos intercambiando palabras y ahora puedo decir que es agradable tenerlo de compañero. Antes creía que no podría tener una amistad con él debido a que por ser mayor él sería más maduro y preferiría amistades que lo igualen en edad y madures. Pero me equivoqué y bastante, compartimos un par de salidas juntos eso si jamás solos, ya que siempre que salíamos lo hacíamos con otros compañeros de trabajo incluyendo a Sarah que se notaba que le gustaba. Sarah y él tienen la misma edad y de ves en cuándo al verlos juntos pienso que formarían linda pareja, pero cuando pienso en eso, al mismo tiempo por alguna extraña razón no me agrada.
Dejando a un lado eso, puedo notar que la noche en verdad está hermosa, el viento frío se detuvo y solamente queda una delicada brisa. No creí que tendría una noche tan agitada, clientes van y vienen y todos quedan totalmente satisfechos y no dejan de preguntar en donde estará el nuevo bar.
A lo lejos puedo ver a Carla levantando su mano y llamándome. Me dirijo hacía dónde se encuentra.
_Alice son casi las 2.00 de la madrugada, debes de retirarte ya, sé que eres una de las meseras pero eso no cambia el hecho de que eres una estudiante y debés dormir bien, ni siquiera sé por qué te quedaste hasta esta hora.
_Lo siento mucho es que pensé que como las demás salen a las 3.00 esa también sería mi horario de salida, además no quiero que los demás hablen al respecto.
_Tú siempre estás pensando en que dirán los demás, por una vez en tu vida deja de pensar en eso Alice, vete a tu casa y descansa. Además no debes olvidar que no estás en la misma posición que el resto. Asi que, nos veremos luego niña. -dice mientras pone una mano sobre mi hombro.-
Se siente extraño, es la primera vez que Carla se muestra así de una manera tan afectuosa, o será simplemente que esto es extraño para mi. Le sonrio y me doy la vuelta para ir a buscar mis cosas y puedo notar desde lejos que Simón nos estaba observando, levantó mi mano para decirle adiós, pero se da la vuelta de manera muy rápida y no pude hacerlo. Son casi las 2.00 de la madrugada y debo marcharme a casa, busco mi mochila y agarro la llave que se encuentra adentro, la coloco en mi bolsillo, salgo afuera del lugar y la delicada brisa que había se transformó en un frío viento invernal.
_Carajo, debí haber traído un abrigo.-digo en voz alta sin darme cuenta-.
_Tienes suerte pequeña liebre, siempre traigo un abrigo extra.
Esa voz.
_¿Pero que haces aquí Simón? Tú deberías estar adentro -Le digo mientras tomo la sudadera que me estaba pasando.
_¿En verdad crees que dejaré que camines sola hasta tu casa durante la madrugada? -dice mientras levanta una ceja y dobla un poco las rodillas para que nuestros rostros queden en la misma altura.
_Siempre voy sola a mi casa Simón, además se cuidarme y algo más, ¿Porque me llamas así?
_Primero que nada me parece una falta de respeto de su parte señorita, que rechace la invitación de este noble caballero de acompañarla hasta su hogar. Y en segundo lugar porque pareces una, bueno no una, pero eres muy rápida y das ternura, a veces jajaj. -Él acerca su rostro un poco más al mío- Además me gustan las liebres.
_Yo, agradezco que me quieras acompañar Simón. Yo no, bueno es que…
Veo como Simón empieza a reir y noto que mi corazón empieza a latir rápidamente, no entiendo que sucede, ni siquiera pude terminar de hablar, me trabe al hablarle y eso jamás me había sucedido con él. ¿Qué me sucede?.
Me colocó su sudadera y nos marchamos los dos juntos hacía mi casa. No está muy lejos, sólo está a dos calles.
_Alice, yo te quería acompañar porque es muy tarde y aunque este cerca tu casa, lo quería hacer de igual manera, espero que no te haya molestado.
_Gracias Simón y descuida jamás me molestaría que un amigo me acompañe a casa.
¿Amigo?¿pero porque lo estoy aclarando? Él ya sabe que somos amigos, o ¿será le molesta que lo diga?¿y si dice que no me considera una amiga? porque lo tuve que decir. Puedo notar que él intenta decir algo pero simplemente, muestra una leve sonrisa y sigue caminando. Ya puedo ver mi casa, por lo que decido despedirme de Simón.
_Gracias por acompañarme y por la sudadera, la lavare y te la llevaré mañana al trabajo. Muchas gracias enserio.
_No hay nada que agradecer, ah y descuida si quieres la puedes conservar es que está me queda algo ajustada y yo ya no la uso. Claro solo si quieres.
Muevo la cabeza en modo de aceptación, me acerco a él y en mi interior nace el deseo de darle un beso en la mejilla, pero me contengo. Y sólo le digo adiós. Me doy la vuelta y me dirijo a abrir la puerta, en ese momento vuelvo a darme la vuelta y veo que Simón aun está ahí, como si esperara a que yo entre. Me mira con una sonrisa muy agradable, levanta su mano despidiéndose y luego entro a mi casa. Siendo honesta no deseo entrar, quiero hablar un rato más con él, no importa de lo que sea. No tiene que ser algo importante sólo quiero hablar y sentir esa paz que siento cuándo estoy a su lado.