Rosas Amarillas: El Contrato Es Solo La Excusa

Detrás del lujoso salón Alma camino del brazo con Estefan, el silencio entre ellos no

era incómodo, en el fondo ella agradecía que él no haya preguntado por qué su

pareja eligió estar con alguien más,

La brisa se tornaba más fría y la noche era iluminada por hermosas estrellas, Alma

soltó el brazo de Estafan y apresuro sus pasos para confirmar si aquella imagen

frente a sus ojos era real.

Un enorme jardín se imponía majestuoso, luces cálidas lo iluminan y una gran

fuente era la invitada perfecta en tan esplendoroso lugar.

-Los amantes-  declaro Estefan

-¿Qué? Pregunto curiosa Alma aun obnubilada por tanta belleza.

-La  fuente representa a los amantes- afirmo Estefan caminando hasta ella.

Alma contempló con más detalle pudo reconocer como dos figuras entrelazadas casi

sutilmente se unían en un beso. Su mente la llevo aquel momento en el que fue

protagonista de un beso similar y nuevamente fue consumida por un sabor amargo.

-Es hermosa- susurro Alma

-Simplemente perfecta- aseguro  Estefan, pero él solo tenía puestos sus ojos en aquella mujer

junto a él

Alma comenzó a recorrer el lugar, sus ojos brillaron encandilados por la variedad de

hermosas orquídeas.

-Son tan diferentes y hermosas, la mezcla de colores las hace únicas.

-Eso es cierto, esta es una especie muy delicada, por eso son tan apreciadas.

Alma observó todo a su alrededor y sus ojos terminaron posicionándose en una completamente

blanca, camino hasta ella y la acaricio con la yema de sus dedos. Se sentía como

esa orquídea, tan fuera de lugar.

Estefan contemplo su figura a unos pocos metros y sonrió tratando de entender como

alguien como Lion Colins podía ignorar tanta belleza, incluso pensado esto se

sintió molesto.

-Tú me recuerdas a esa orquídea- afirmo Estefan.

-Alma hablo sin voltear- Por ser tan simple- cuando escucho sus palabras se

recriminó internamente, como había dejado escapar tan tontamente sus

pensamientos.

-No, tú eres única, como esa flor, sin intención alguna sobresales entre todas.

Estefan dio unos pasos en dirección a Alma.

Aún ella seguía acariciando los pétalos suaves como si eso fuera a consolarla. El contacto de un abrigo sobre sus hombros la asusto y rápidamente volteo para encontrarse con Estefan a pocos centímetros de su rostro.

-Tú, querida Alma, al igual que esa orquídea eres símbolo de sofisticación y pureza,

cualquier persona que desee dañarte o ignorarte no es digna de ti, Estefan extendió

su mano y sostuvo con delicadeza el cabello rebelde, que por la brisa cubrió

parte del rostro de Alma y luego lo acomodo lentamente detrás de la oreja.

-Será mejor que alejes tus sucias manos de ella, Estefan. La voz de Lion sorprendió a

la pareja que al voltear se encontraron con el rostro oscuro del empresario.

-Lion Colins, no tuve oportunidad de saludarte esta noche- Estefan sonrió arrogante,

como si no hubiera escuchado la advertencia anterior, fue tanto su orgullo que

no movió un músculo lejos de Alma.

-No estoy para entablar conversación contigo- Lion camino apresurado, tomo bruscamente

el brazo delgado de Alama y jalo con fuerza en su dirección.

-Suéltame, me lastima,

-¡¡Tú vienes conmigo!!- Lion completamente perdido en sus celos.

-Quien diría que el prestigioso empresario no sabe tratar a una dama. Estefan intervino

y alejo el cuerpo de Alma que ahora estaba realmente aturdida.

-Es que acaso  piensan que soy un mueble del que pueden disponer como

quieren- pensó molesta.

-No te metas, Estefan, tú no sabes la relación que existe entre Alma y yo.

-¿Relación?, no me hagas reír Colins- soltó molesto – hace unos minutos estabas

muy ocupado con la hija de Milinton.

-Ese no es tu problema, ¡¡Alma es mía!! –  Lion sujeto el cuello de la camisa de su

oponente y su respiración era cada vez más errático por la furia contenida.

-¡Basta!- la voz autoritaria de Alma resonó en el jardín, Lion soltó a Estefan y extendió

su mano.

-Vamos- su mirada era fría

 Alma sonrió decepcionada, solo era un objeto para Lion. Tal vez su vida le pertenecía, pero aún le quedaba algo de dignidad, si iba a abandonar el lugar no sería de la mano del hombre que la humillo.

-Gracias por la velada Estefan-  sin más camino

apresurada a la salida.

-¡¡Alma!!-  Lion quiso perseguirla, pero Estefan lo

sujeto.

-Suéltame-

-Solo voy a decirte, esa mujer tiene toda mi atención, si no tienes la capacidad de

respetarla solo hazte a un lado, porque estoy dispuesto a ir por ella.

Lion tenso su rostro aun después de alejar a su mujer de este hombre, se atrevía amenazarlo.

-Te lo diré fuerte y claro, esa mujer es mía, si no quieres conocer mi ira solo

aléjate. Soltó violentamente el agarre y corrió detrás de Alma.

------------

Lion estaba seguro de que la encontraría junto a la limusina, pero su sorpresa fue mayor

cuando descubrió a Víctor tranquilo, dialogando con otros choferes, sin rastros

de su mujer.

-Víctor, ¿has visto a Alma?.

-No señor, he estado toda la noche aquí y la Señora no apareció.

-Vamos, debemos alcanzarla, no debe estar lejos.

 ------------------

-Es un imbécil, arrogante, maldito narcisista con dinero. Alma caminaba al costado

de la autopista con los zapatos en mano.

Pocas fueran las cuadras que logro hacer hasta que una limusina se detuvo a pocos

metros delante de ella.

Lion bajo enardecido y dispuesto a descargar tanta enojo y preocupación contenida.

-¡¡¿En qué estabas pensado?!!, salir así, y caminar por este lugar.

-¡¡No grites!!- grito Alma.

-¿Qué no grite?, Alma esta noche tu comportamiento es cuestionable.

-Que,- Alma rodó los ojos,  incrédula - ¿mi comportamiento? ¿Escuche bien?.

-Claro, mi esposa salió con otro hombre, qué más puedo pensar si los encuentro tan

cerca uno del otro, segu… - Lion no término de pronunciar la última silaba y su

rostro sufrió un profundo calor y ardor. Alma lo había golpeado con tanta

fuerza que ella misma frunció el ceño por el dolor de su palma.

-No vuelvas a faltarme el respeto Lion Colins, porque no fui yo quien se besó y

bailo acaloradamente con otra persona frente a todos. -

-¿Celosa? - dijo arrogante Lion, este hombre no sabía detenerse cuando los celos

lo invadían.

-No lo vales- Alma lo miro con sus ojos cristalinos y aguantando las ganas de

llorar camino hasta el coche.

Lion recibió esas palabras como dagas en el corazón,

El viaje fue en completo silencio, Alma fijo sus ojos al cristal y no pudo

contener las lágrimas, rápidamente su mano limpia las mejillas que aún estaban frías

por haber caminado bajo la brisa.

Lion aflojo el corbatín molesto, no estaba en sus planes terminar la noche así.

-----------------------------------

-Gracias Víctor, que tengas buena noche-

-Usted también Señora. Víctor sintió pena por el rostro abatido de Alma y deseaba que

la pareja pudiera arreglar sus diferencias.

Alma camino a la casa mientras que Lion le informaba a Víctor que podía tomarse el día.

Cuando entro a la casa camino hasta la habitación, pero esta estaba vacía, otra

vez su enojo creció y apresurado llego al que era el cuarto de Alma, sin

golpear abrió la puerta y su cuerpo se congeló al instante.

Alma estaba prácticamente desnuda, el vestido se encontraba sobre sus pies y su

larga cabellera cubría sus pechos.

-¡¡¿Qué haces?!

 Lion no podía responder, estaba perdido en esa

piel blanca y delicada.

-Lion lárgate – Alma tomo el vestido y se cubrió-

Eso fue suficiente para que Lion volviera en sí- Tú qué haces aquí, este ya no es

tu cuarto. Trato de disimular lo profunda de su voz producto de la excitación del

momento.

-Voy a dormir aquí-

-No, tú dormirás conmigo, eres mi esposa y tu deber es estar a mi lado.

Alma, cerro sus ojos tratando de encontrar un poco de paz. Luego un gran suspiro

abandono su cuerpo.

-Como diga el Señor Colins, - Tomo violentamente la ropa de dormir que aún estaba

sobre la cama y sin mirar a Lion salió de la habitación.

Lion estaba completamente aturdido, ya no sabía cómo actuar, parecía que aquellos

pequeños avances que lograba, se perdían como agua entre los dedos, y solo había

un culpable, él.

Decidió darle tiempo a Alma para que se cambiara y luego de unos minutos entro a la habitación

que compartían, respiro hondo, tomo su ropa de dormir, y fue por una ducha fría

para calmar su mente.

Media hora después, salió del baño, apago la luz del cuarto, subió a la cama para

acostarse tan cerca como su cuerpo lo permitiera de Alma. Rodeo lentamente la

pequeña cintura y su pecho se acercó al cuerpo cálido de quien parecía dormir

profundamente.

-Lo lamento, preciosa, sé que soy un idiota por lastimarte, quisiera haber dicho esto antes

de todas esas palabras que te lastimaron; pero Alma nunca dudes, tú eres única para

mí, al punto de volverme loco cuando alguien se atreve tan solo a mirarte, lo

siento, lo siento, todo fue un malentendido.

Lion después de susurrar cada palabra, aun sabiendo que ella no escucharía sintió

algo de paz, dejo un beso en el hombro desnudo de Alma, y el sueño lo venció,

tanto que no pudo ver la pequeña sonrisa de quien se acurrucó más cerca, como

si deseara fundirse en esos brazos.