NovelToon NovelToon
EL PRECIO DE MI MANO

EL PRECIO DE MI MANO

Status: En proceso
Genre:Diferencia de edad
Popularitas:6.3k
Nilai: 5
nombre de autor: N. Garzón

Abril es obligada a casarse con León Andrade, el hombre al que su difunto padre le debía una suma imposible. Lo que ella no sabe es que su matrimonio es la llave de un fideicomiso millonario… y también de un secreto que León ha protegido durante años.
Entre choques, sarcasmos y una química peligrosa, lo que empezó como una obligación se convierte en algo que ninguno puede controlar.

NovelToon tiene autorización de N. Garzón para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 8

Salir del juzgado debería haberme sabido a gloria.

Después de todo, la juez había dicho exactamente lo que yo quería escuchar: matrimonio obligatorio. Un año. Sin posibilidad de divorcio antes. Y con fecha marcada. Eso, para mí, era una victoria redonda.

Pero no.

Apenas crucé la puerta del juzgado, la sensación fue más parecida a un trago amargo que a un brindis.

La victoria estaba ahí… sí.

Pero también estaba la ira, hundida en el estómago, girando como un caballo desbocado.

No entendía cómo ese maldito viejo Perdomo había logrado enredar todo tanto. Ni cómo esa muchacha —con su mirada desafiante y su lengua afilada— podía hacerme perder la paciencia con solo abrir la boca. El día había sido una mezcla de satisfacción, rabia y… algo que no quería analizar.

Solo sabía que necesitaba un respiro.

Pero el respiro no llegó.

Mi hermano menor, Mateo, decidió llamarme apenas subí a la camioneta, como si tuviera un radar especial para fastidiarme cuando menos humor tengo.

—¿Ya te casaste? —fue lo primero que dijo riéndose.

—Cállate, Mateo. No estoy para tus estupideces.

—Ay, hermano, no me digas que te estás enamorando. Eso sí sería histórico.

—Sigue hablando y habrán consecuencias—gruñí.

Se rió más, como si le acabara de contar un chiste. Colgué sin remordimiento y manejé el resto del camino con la mandíbula tensada.

No, definitivamente hoy no era mi día.

Llegué temprano a la casa donde se haría la primera terapia de pareja.

Demasiado temprano.

No me gusta llegar después que la gente. Me hace sentir como si ya hubieran ganado algo sobre mí. Y hoy, después de aguantar a mi hermano y a la juez y a Abril, no estaba para sentirme vulnerable ni un segundo.

Me senté en el sofá de la sala de espera, respirando hondo, tratando de ordenar mis ideas cuando escuché el sonido de pasos firmes acercándose.

La reconocí antes de verla.

Esa forma de caminar tan segura, tan arrogante, tan “si quieres guerra te la doy”.

Y ahí estaba.

Abril Perdomo.

Con la cabeza en alto, los labios apretados y los ojos encendidos.

Lista para pelear.

Por deporte, prácticamente.

—Buenos días, Abril —saludé con voz neutra.

—Buenos días, León —contestó igual de cortante.

Silencio.

Incómodo.

Tenso.

Un silencio de esos que cualquier terapeuta describiría como “cargado de emociones no resueltas”, pero que yo describiría como “el sonido previo al desastre”.

Los dos fingimos ver cualquier cosa menos al otro.

Yo observé una planta de plástico.

Ella, un cuadro horriblemente abstracto.

La puerta se abrió y apareció una mujer de cabello rizado, lentes grandes y sonrisa tan amplia que parecía un cartel de bienvenida.

—¡Hola! Buenos días. Soy Johanna, su terapeuta de pareja.

Abril y yo suspiramos al mismo tiempo.

De desesperación.

De resignación.

De puro fastidio compartido.

—Pasen, por favor.

Entramos al consultorio y nos sentamos en sillones separados. Tan separados que parecíamos dos islas en continentes distintos. Cada uno mirando hacia un lado contrario de la sala, como si el otro no existiera.

Johanna nos observó con una sonrisa profesional que decía “sé exactamente el tipo de pareja problemática que son”.

—¿Cuánto tiempo llevan casados?

Abril soltó una risita seca, casi irónica.

—No estamos casados. Aún —respondió.

La sonrisa de Johanna se tambaleó un momento.

—Oh… ¿se van a casar?

—Nos van a obligar —corrigió Abril con una sonrisa triste, pero llena de orgullo.

Esa mujer podía estar llorando por dentro, pero jamás dejaba de sonar fuerte.

Johanna respiró hondo, tratando de entender el rompecabezas.

—Bueno… empecemos por lo básico. ¿Cuándo será la boda?

—En treinta días —respondimos al mismo tiempo.

Nos miramos de reojo.

Como si el simple hecho de coincidir fuera un insulto personal.

Johanna tomó nota y siguió con preguntas típicas:

¿Cómo se conocieron?

¿Qué sienten respecto a la situación?

¿Qué esperan del proceso?

A la tercera pregunta, Abril y yo ya discutíamos.

—Yo espero recuperar mi dinero —dije con frialdad.

—Yo espero recuperar mi vida, gracias —respondió ella cruzándose de brazos.

—Tu vida no estaría tan complicada si tu padre no hubiera—

—No te atrevas a hablar de él —interrumpió con una mirada que podría incendiar un corral.

Johanna levantó las manos como si intentara calmar dos animales salvajes.

—Bien, bien… veo que hay mucha tensión.

—No, ¿en serio? —dije con ironía.

—¡Qué observadora! —añadió Abril con sarcasmo.

La terapeuta sonrió nerviosa.

—Vamos avanzando… lentamente. Pero avanzando.

La sesión continuó entre pequeñas discusiones, indirectas, chistes pasivo-agresivos y miradas punzantes.

Al final, Johanna nos miró con paciencia infinita.

—Bien, en nuestra próxima sesión hablaremos de un tema importante: la boda.

Abril y yo nos miramos directamente esta vez.

Sin esquivar.

Sin miedo.

Sin suavidad.

Y aunque no lo dijimos en voz alta, ambos pensamos lo mismo:

Esto va a ser un infierno.

1
Gómez Martínez juaniss
🥰😍😍😍😍👏
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play