Después de la traición de su marido y su mejor amiga, Cecilia García una investigadora en la organización de su familia, muere asesinada por ellos, pero en vez de ser su final, reencarna en un mundo mágico en la primera esposa olvidada del emperador lobo una extra que muere de forma trágica en el principio de la historia
Podra cambiar su destino y ser feliz de una vez por todas? Veamos su historia y acompáñame a descubrirlo
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Capítulo 14 El gremio de la justicia
Señora, pero nos llevaría mucho tiempo, hacerlos suficientemente fuertes, solo para poder defenderse a ellos mismos, contimas para proteger a otros - Me dice preocupado, pues creo que no ha podido entender la idea de hacer fuertes a los débiles, ni Sara tampoco pues asiente a lo que su padre dice
No Felipe, ellos tienen un gran potencial, solo no han tenido la oportunidad y apoyo para desarrollarlo, pero se que si les damos la oportunidad, no nos vamos a arrepentir, se que suena increíble para ti ahorita, pero me vas a dar la razón en menos de tres meses ya veras - Él asiente, aunque se ve que tiene dudas todavía y veo como la señora agarra su esposo de la cara y lo ve a los ojos para decirle
Mi amor, intentémoslo, no quiero que se lleven a nuestros hijos y aparezcan como los demás, sin poderes y casi muriendo, cuando llegan a regresar, te imaginas a cuantos mantienen como esclavos o les quitan la vida - Le dice mientras le mantiene la mirada, me hizo acordarme de mama, cuando no quería una respuesta negativa a algo que creia deberíamos hacer por el bien de nosotros mismos o de la familia, pues para mamá aunque tuvo mucho trabajo su familia siempre fue lo primero y como casi siempre pasaba con mamá, escuchamos la respuesta que casi siempre mamá obtienia de nosotros
Está bien, es mejor que quedarnos esperando a que nos maten, haremos lo que necesite, si nos sacan de aquí y nos dan un lugar mejor para vivir prometemos serle siempre fiel mi señora - Dice agarrando la mano de su esposa y dándole un beso mientras me ve a la cara
Muy bien, primero primero que nada, me gustaría saber sus nombres nosotros somos Sara que es mi dama de compañía, Felipe mi mano derecha y yo soy Catalina - Hice las presentaciones sin apellidos, para no mentir pero tampoco decir quienes somos, pues no quiero arriesgarnos innecesariamente
Mucho gusto, ella es mi esposa Yomina García y mis hijos son Daniel y Sandro García y mi nombre es Samuel García
Mucho gusto a todos, son los primeros miembros de: “El gremio de la justicia”
“El gremio de la justicia”. Me gusta ese nombre señora. - Sara aplaude emocionada como una niña, pues la niña tiene alma de justiciera
Si a mí también me gusta el nombre, pero tenemos que apurarnos, recuerden todavía tenemos que seguir buscando más miembros. ¿En cuánto tiempo creen que estarán listos? Si si se quieren ir con nosotros, es mejor hacerlo ahorita mismo - Dice Felipe, pues quiere buscar más personas, realmente ellos se le hacen muy débiles y no cree que puedan hacer gran diferencia, y le da miedo que se conviertan en una carga para ellos, el único que para él que es rescatable es Samuel y eso porque parece como si hubiera sido soldado y suponiendo que ha podido defender a su familia hasta ahorita, le hace saber que es un buen peleador y aparte para eso debe de ser bastante inteligente
Si nos da un poco de tiempo, yo creo que estaremos listos en unos cuarenta y cinco minutos, máximo una hora, pues perdí mi trabajo por quedarme a proteger a mis hijos, cuando esos malditos andan rondando aquí así que no tengo que renunciar, estamos prácticamente listos
Muy bien preparen todo y nos buscan en la plaza, vamos a seguir buscando, haber que más vamos a llevar
¿Qué podemos llevar con nosotros? - Pregunta Samuel, pues quiere saber qué tanto espacio tienen para llevar sus cosas y las de su familia
Pueden llevar todo lo que quieran después, pero ahorita solamente llévense lo necesario después podemos regresar, Samuel, usted y yo podemos volver a recoger el resto de las cosas, hoy solo lleven lo que no quieren perder por ningún motivo, unos cambios de ropa, lo más necesario - Les dice Felipe pensando en llevarlos y luego regresar con Samuel, cuando tengan que venir a recoger los animales, ese será el primer trabajo que tiene en mente que Samuel puede trabajar con ellos
Narrador
Así van y compran lo que les faltaba y tratan de buscar personas según el criterio de Catalina, pero ya no encontraron a nadie en la ciudad ese día, que se pudieran llevar. Así que decidieron recoger la familia y llevársela con ellos y empezar su entrenamiento y que empiecen a trabajar pues mano de obra si les hace mucha falta. Catalina, Yomina y los niños subieron al carruaje junto con Sara mientras Samuel y Felipe fueron los conductores del carruaje, iban hablando de todas sus dudas y preocupación y de lo que pasaría después cuando de repente Catalina empezó a escuchar algo y les pidió silencio
Siguió escuchando con cuidado y se iba haciendo más claro los quejidos de dolor y el llanto de alguien, cuando casi iba llegando a la granja de Felipe, Catalina vio que algo se movía escondido en un lado de la carretera, al principio pensó que era un animal, pero con su oído superdesarrollado escuchó los quejidos, era como si estuviera alguien herido
Paren el carruaje - Dijo Catalina y se bajó de prisa, se fue corriendo a ver de dónde venían los quejidos, pensando en que a lo mejor podía ayudarlos
¿A dónde va señora? Señora, espere por favor- Sara baja atrás de ella y las sigue preocupada
Escuché algo en los arbustos voy a ver qué es - Le digo sin parar de caminar y me llevo la sorpresa de ver a una mujer herida y a otra abrazándola y diciéndole que no aga ruido, se veían que estaban aterradas, pero al mismo tiempo se veía que no iba a abandonar a su ser querido y eso me llevo el corazón
Espera señora, tenga cuidado, no se puede acercar así, no los conoce, le pueden hacer algo. - Dice Felipe que va llegando a dónde ellas están y como siempre trata de protegerme de todo mundo
No nos haga nada por favor, no vamos a decir nada, solo dejemos ir, nunca más vamos a volver, solo queremos ser libres con nuestros hijos - Dice la mujer que tenía en los brazos a la niña herida, apenas tendría unos dieciséis o diecisiete años, se podía ver que era una niña todavía, además que se veía desnutrida