Después de mi repentina muerte despierto en un carruaje en movimiento, con un pequeño frasco en mis manos y amargo sabor en mi boca
Lo que pensé que era un sueño resultó ser mi nueva realidad. Había reencarnado en el cuerpo de Ysara de Drakmor princesa de un reino caído, un cruel y despiadado emperador en cuanto vio la belleza de la princesa busco los medios para hacerla su esposa. Pero está se rehusaba a estar con él, ya que en su corazón existía alguien
El cruel emperador se apoderó de las tierras y de esa forma también de Ysara volviendo la su esposa aun en contra de lo que ella queria, pero yo sé cómo termina todo esto si sigo el camino que tomo Ysara así que dejaré que todo fluya y aceptaré a este hermoso hombre
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Capitulo 16: Alejarse
A la mañana siguiente me desperté lista para entrar en el territorio del duque, me había puesto el mismo uniforme que me había dado Julián y además toma una daga en caso de que la necesitará
Julián: Princesa ¿Está lista? — Yo asiento — Muy bien, entonces andando — Me dice para empezar a caminar yo solo me limite a seguirlo y ver cómo todos partieron a la que podría ser un gran derramamiento de sangre
Espero que la marquesa Fliore haya encontrado la carta y manda a alguien a avisar a Lysander o por lo menos me mande soldados para apoyar la causa. El viaje solo duró unas horas, pero en cuanto llegamos estás personas empezaron a atacar a todo aquel que se atravesara en su camino. Solo me involucré cuando vi que un hombre levanto la espada para atacar a unos
Ysara: Alto — Empujó al hombre y clavo mi daga en su cuello - ¿Niños están bien? — Ellos asienten, yo los ayudo a levantar - Vamos corran a un lugar seguro
Julián: ¿Princesa que hace?
Ysara: ¿Qué hago? ¿Si empezamos a matar a los niños en que nos diferenciamos de unos bandidos?
Julián: Todas estas personas merecen morir, ellos están de lado de ese hombre — Me grita furioso — Usted mejor que nadie debe entender la situación él mató a su padre
Ysara: Mi padre era un mal que solo le importaba su vida, la gente de nuestro reino moría de hambre. Ahora bajo el mandato de Lysander eso cambio — Veo como se acerca y toma mi muñeca furioso
Julián: Ahora estarás de lado de ese hombre — Mi daga se entierra en su estómago, su mirada de desconcierto se fija en mí sin poder creer lo que hice
Ysara: Solo estoy de lado de la justicia — Al sacar la daga de su abdomen lo paso por su cuello — Estar de su lado no me beneficia en nada — Tome su espada, era un poco pesada. Pero en mi vida pasada practicaba esgrima, creo que poder manejar un poco esto
— Debemos atacar a la princesa que se ha puesto de lado de nuestro enemigo — Dijo unos de los hombres que fue nombrado capitán
Ysara: Pues vengan contra mí — Ellos se lanzaron contra mí, pero era más ágil y rápida que ellos. Mis movimientos fluidos y técnica eran bastante buena, ellos eran más fuertes, pero yo era más lista y solo utilizaba esa inteligencia en su contra
Estrategias buenas y movimiento limpios para acabar con muchos de ellos y hubiera podido seguir así si no fuera por el fuerte dolor de vientre que hizo que me doblará de dolor en medio de la pelea
Ysara: Mierda — Me quejo y más al sentir como alguien coloca su espada en mi cuello
— Ya dejé de luchar y acepte la derrota — Alce la vista y lo ví mal, maldición si me sigo moviendo lo más probable es que este bebé no se salve, pero si no hago nada puede que muera en este momento
Ysara: ¿En verdad piensan que podrán lograr su objetivo? Lysander los matará a todos y cada unos de ustedes. Son unos ilusos si piensan que podrán volver a sus años de ser nobles ricos
— Cállate todo esto es tu culpa, si tú hubieras aceptado el matrimonio desde un inicio ese hombre no hubiera derrocado al rey y nosotros seguiríamos con nuestra buena vida — Me río de su mierda de chiste, pero eso molesta al hombre el cual me golpea fuertemente
Ysara: Carajo — Digo escupiendo sangre (Bebé mamá está vez si que te fallo, pero no deseo morir de nuevo) — No pueden con una mujer y podrán con Lysander que ilusos — En un movimiento rápido nuevo la espada y se la clavo en el pecho, todos ahora estás distraídos haciendo destrozos es momento de escapar y reponer fuerzas, estoy segura que el duque de estas tierras llegara pronto
Lysander: Ysara — En cuanto saco la espada del cuerpo del hombre veo al otro lado de la calle a Lysander abriéndose paso entre esos hombres para llegar a mí. Este idiota en verdad vino, que bueno espero que pueda solucionar el problema
Me doy la vuelta y me alejo del lugar ignorando los gritos de Lysander atrás mío, es mejor irse el mismo dejo claro que me mataría si me volvía a ver. No solo debo de tener por mi vida si no también por la del pequeño en mi vientre
Tome un caballo y me aleje lo más que pude, solo descanse cuando mi cuerpo no pudo más y termine cayendo del caballo por el agotamiento. Al despertar me sobresalto por el extraño lugar donde estaba, tenía una ropa nueva
Ysara: Maldición morí y volví a reencarnar? — En eso veo como entra un hombre mayor a la habitación — Quien eres? — Digo alerta
— Señorita la encontré en medio del camino y la traje a casa, estaba muy mal herida — Yo veo mi ropa — No se preocupe no he sido yo quien la cambio sino mi esposa, ella ahora se encuentra en la cocina. La ropa que traía mi hija la lavo y ahora se está secando — Asiento y me vuelvo a tumbar en la cama, eso significa que no morí solo me desmaye que bueno. Tocó mi vientre (Espero que tú también estés bien)
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Lysander: ¿Alguna pista de mi esposa? — Pregunto serio
— No su majestad. Aún no tenemos pista de dónde fue la emperatriz — Golpeó la mesa molesto
Lysander: Han pasado tres meses desde que desapareció ¿Acaso son tan inútiles para encontrar a alguien? — Estaba a punto de perder la cordura y acabar con todos esos soldados que mande a los pueblos a buscar a Ysara, cuando un soldado entro apresurado
— Su majestad encontré a la emperatriz, se encuentra en un pueblo al este de la ciudad. El...la está embarazada y se apoyaba junto a un hombre — Me levanté de golpe al escuchar eso, ya sabía que mi esposa estaba embarazada, pero que pase su embarazo con alguien más es algo que no voy a tolerar