Con un gran y doloroso problema sobre sus hombros, Flavia es acorralada de nuevo, sin embargo, la gran confusión la sumergirá en un mar de sensaciones y dolor. El amor no siempre es claro, el amor es solo amor.
Como toda madre, su principal deseo es velar por el bienestar de su hijo, aun si tiene que hacer cosas que la degradarían a más no poder. Como aquel contrato que firmó, donde a cambio de salvar a su hijo, tendría que darse como pago. Volviéndose así en la amante de su benefactor.
Una vez acabado aquel acuerdo, ya no tendría nada que hacer como aquel hombre que devoró sin piedad todo su ser; sin embargo, la vida caprichosa tenía preparado otros planes.
¿Podrá su herido corazón tener espacio para volver a creer en el amor?
¿Podrá el destino apiadarse de aquella madre abnegada?
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Cap. 14 Quiero que hagamos un trato
Santiago dio un suspiro como si estuviera resignado a esta situación.
—Bueno, entiendo, pero no puedes negarme ver a nuestros hijos, quiero que Saúl este cuando los visite, no es una exigencia, es una petición, nos llevamos bien, me agrada mucho, además, será más fácil que los bebés estén con su hermano mayor, se sentirán tranquilos, aun así quiero la custodia compartida, podemos intercambiar, un mes conmigo, un mes contigo… —Santiago parloteaba más de lo que ella estaba acostumbrada, además que ella no dejaría que se los lleve por un mes, está segura de que Perla de Flabel los odiaría, les haría daño, además con esos viejos despreciables buscando a Saúl, sería muy estresante.
—Santiago, basta, ¿qué rayos es lo que quieres?, no puedes llevarte a los bebés por tanto tiempo, cuál es tu punto, que quieres para dejarme en paz Flavia, gruño indignada, la idea de que esos despreciables se acerquen a Saúl y no pueda evitarlo la está molestando demasiado.
Santiago puso una mirada triste confundiendo a Flavia aún más.
—Quiero que hagamos un trato, uno justo, mi oferta es casarnos, traigo a Saúl a la familia Flabel, tú te libras de esos tipos, yo me encargo de eso, sé que ahora estás en una buena posición, no necesitas dinero, pero yo puedo hacer que tu imagen de hace años desaparezca, este es un mundo de hombres, seré tu respaldo, y solo quiero un año, disfrutar a mis hijos, después veremos cómo hacemos para la custodia, además, eso será bueno, ya que verás como serán tratados los muñecos, Saúl será tratado como mi hijo, no perderá su puesto, ese niño no se merece el disgusto de ser acosado por esa despreciable familia —dijo Santiago con una mirada taciturna dejando a Flavia molesta, pero entendía algo.
Flavia sabe que ella no puede evitar que esa gente se acerque a su hijo, ella no había hecho ninguna denuncia sobre el comportamiento de esa gente, más no quiere enredarse con los Flabel, no más, pero cuando ella estaba por salir de ahí, Santiago Flabel había tenido la suerte más grande del mundo, y no la desaprovecharía.
El celular de Flavia sonaba, en ese momento era Aleida, quien la buscaba con impaciencia.
—Aleida, estoy de regreso —dijo Flavia, mientras se dirigía a la puerta, no quería hablar más con Santiago, pero lo que Aleida le dijo, la hizo detenerse.
—Flavia, ven rápido, aquí afuera hay unos tipos que dicen ser los tíos de Saúl, que quieren verlo, que sus abuelos están en camino y quieren ver a su nieto —dijo Aleida entre molesta y asustada, estaba enviando a los niños al viñedo, no quería que se acerquen a Saúl sin el consentimiento de Flavia.
Flavia estaba sin reaccionar, hasta que la voz de Santiago la sacó de su trance.
—¿Qué pasa?, te pones pálida de repente —el hombre se acerca y la mira más de cerca haciendo que Flavia reaccione y se aleje de él, ese olor al gel de baño, una ligera colonia que a ella le parecía de lo más sensual, la sacó de su turba, pero le asusta al mismo tiempo.
—Nada, no es nada, me voy —dijo distraída tratando de salir.
Santiago la interceptó al llegar a la puerta, la conocía, lo suficiente para saber que ella estaba en problemas.
—Sé que no confías en mí, pero te aseguro que no soy un enemigo, no ahora, lo que la familia Flabel te debe a ti y a Saúl es mucho, unas simples disculpas no son nada en absoluto y menos lo que yo hice, pero déjame ayudarte, déjame estar cerca a los niños, te ofrezco toda mi lealtad —dijo Santiago mientras que Flavia solo dio un suspiro, no está segura, pero ella está segura que esa gente no se va a rendir.
—Los bastardos de mis ex cuñados están en la hacienda y quieren ver a Saúl, esos viejos malditos están por llegar —dijo Flavia sin mirarlo, ella no quiere involucrarlo, pero Santiago sabe bien cómo lidiar con gente sin escrúpulos.
—Tienes varias opciones, como abogada sanes que si los secas, ellos pueden acusarte de ser una madre violenta, una persona inestable emocionalmente, ellos se harán pasar por unos abuelos que son agraviados por su ex nuera y no deja ver a su amado nieto, nunca denunciaste que fuiste abandonada por toda la familia —dijo Santiago mirándola de forma fría, le estaba mostrando sus posibilidades y eso era a lo que más temía Flavia, tener un enfrentamiento violento y ella salir con una mala imagen para las autoridades.
No podían quitárselo, pero sí tener derecho a verlo y pasar tiempo con él.
—¿Qué otra oposición? —dijo ella mirándolo fijamente.
—Pues también solo puedes ignorarlos hasta la reunión, pero, aun así, ellos dirán lo que quieran sobre este evento, aunque haya cámaras, seguridad, seguirás siendo la mujer que está en guerra con unos pobres abuelitos —dijo Santiago mientras se voltea para tomar su celular y buscar un contacto.
—¿Cuál es tu propuesta? —dijo Flavia como hablando de negocios.
—Bien, es que te cases conmigo, Saúl pasa a ser mi hijo, yo declararé la situación, hablaré como fuiste abandonada por esa familia y que mi padre te acogió como a una hija en tu soledad, puedo hablar con Amanda para que declare a tu favor, ella lo hará, ahora estamos en paz, aunque mi madre no la quiere ver ni en pintura, también tengo la documentación del hospital, los préstamos, como saliste sola con esto, con ayuda de extraños y ninguno fue de esa gente, además, Saúl será mi hijo, ya no tiene nada que ver con ellos, y como su padre legal y tutor formal, mi decisión también cuenta, seré el malo de la película, el que no quien que esa gente se acerque al niño, que es un Flabel y no tiene nada que ver con los Gonsalves —dijo Santiago mientras que Flavia entiende que en este temas el más cruel será Santiago ante la gente, y ella solo será la madre del niño que saco sola adelante, la heroína, lo que ella había sido en verdad todo el tiempo.
(autocorrector travieso)
😒😒😒