Un hombre implacable y frío en todo lo que fueran negocios, la mafia era su principal potencia, pero el amor se negaba a conocerlo, hasta que un día llegó a uno de sus negocios por accidente una criatura angelical que le hizo verse los talones.
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Haré una visita América
Magnus mando qué pusieran otro escritorio dentro de su oficina para Isabella, le compró una computadora y una silla cómoda, — ¿Me estarás vigilando? — Le preguntó sin saber porque le gustaba que fuera así, — Hay otra oficina al final del pasillo, si no quieras quedarte aquí puedo ordenar qué la arreglen para ti, — ¡No, si me siento bien contigo digo.. en.. tu con, se vio contrariada, con lo que quería decir, — ¡quiero decir que estaré bien trabajando aquí! — Magnus sonrió discreto porque también el prefería que fuera así.
Unos toques suaves en la puerta anunciaba la llegada de Oscar con los documentos que le había mandado pedir, — Señor aquí está todo, ya los revisé, pero tampoco encontré..se quedó con las palabras volando al ver a Isabella, quien le sonrió amablemente, Magnus se dio cuenta arrugando el entrecejo, —¿Decías? — Le dijo con ganas de sacarle los ojos, Oh si señor los revisé personalmente! — ¡Bien, puedes retirarte! Le dijo viendo como veía con interés a la chica, — ¡Oh, si, si, co su permiso! — Contestó sin dejar de ver a Isabella que estaba exhorta en lo que hacía.
Magnus no sabía porque estaba que explotaba de coraje, el chico estaba actuando como idiota y ni siquiera Isabella se había preocupado por mirarlo, — ¡Retírate estamos trabajando! — Oscar se dió cuenta que su jefe estaba enojado por quedarse como bobo mirando a la joven, se sentía avergonzado quizás era algo de su jefe y él no había disimulado ver con empeño a la chica.
Salió apresurado, le habían dicho que el jefe era sumamente pesado y no tenía mucha paciencia, esperaba que con haberla mirado de más no la tome con el.
Mientras tanto, en una habitación de hotel Lucas estaba nervioso, le había llamado el jefe, alguien había bloqueado, la salida de dinero que estaba minando por medio del banco, y ahora lo estaba amenazado porque quería su dinero, Lucas no sabía cómo había sucedido, el le dió todas las claves y al parecer el mafioso se había dado cuenta, si llegaba a descubrirlo estaría perdido, sabía lo peligroso que era realmente Magnus.
Decidió ir al casino haber que investigaba, si ya sorpechaban pronto se armaría una guerra, la mafia Italiana era de temer, pero se había dado cuenta que el mafioso solo con su gente, se habían enfrentado al griego y las pandillas, de hecho le temía más a Magnus, era cruel con los que lo provocaban y el había sido uno de ellos.
Magnus aún estaba enojado, Isabella lo veía sin entender porque había cambiado su actitud de un momento a otro, pero la llegada de su asistente anunciando a Trevol Harris, lo sacó de su pensamiento, — Hazlo pasar! — Ordenó acomodando su traje, sin embargo Isabella no perdía atención de lo que hacía.
Trevol lo saludó con un ligero golpe en su hombro, — ¡Pensé que estarías recuperándote! Le dijo mirándole algunas marcas, — ¡Igual que tu mírate! — ¡Creo que tu madre sin duda es una genio! — Ni dudarlo, estoy orgulloso de esa mujer. Trevol fijó un momento la vista en la joven, preguntándole con la mirada, Magnus no se dio cuenta cuando, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, Trevol se dio cuenta que el mafioso pronto caería, pero aún no se ha dado cuenta.
Bueno no alargo más la visita no vine hacerles perder tiempo, solo vine a invitarles a mi boda! Ni te imaginas como son las benditas mujeres, me ha mandado a entregar las invitaciones, dijo con una sonrisa burlándose de él mismo.
Magnus sonrió con ganas Trevol siempre tenía una tontería para decir,— ¿Te casarás en la misma boda con Oliver? — Preguntó levantando una ceja Por supuesto que no respondió sonriendo,— El se casará una semana después! — ¡Conoces a Oliver! — ¡Bueno pues ahí estaremos si no se presenta algún conflicto, Trevol entendió pues algo le había dicho su hermano.
—¿Que quieres comer Bella? — le preguntó a Isabella dándose vuelta para tomar su chaqueta— ¡No te preocupes, si tú quieres comer hazlo! — ¡Yo con unas frituras y un refresco tengo! Mientras llegamos a casa! El mafioso hizo un gesto, — Isabella eso no es ningún alimento, — ¡Ven vamos! —La tomó de la mano mientras ella apenas alcanzó a bloquear su trabajo.
Pasó por al lado de Oscar tomándola ligeramente de la cintura, queriendo dejarle claro que no lo quería cerca de ella, el hombre bajó la cabeza en señal de respeto, aunque el mafioso no le tomó en cuenta, quien veía todo con gran interés, era Lucas, sentado al fondo de una mesa, esa chica nunca la había visto, cuando salió se arrimó a su sobrino disimuladamente, — ¿Estrenando novia tu jefe? — Le preguntó queriendo hacer plática con él.
—No lo sé tío pero parece que realmente le importa, la tiene en su misma oficina, y al parecer según escuché al asistente que es un tipo hacker números y algoritmos, contaduría algo así, Lucas se quedó en silencio, entonces fue la chica quien cerró la fuga, maldijo llamando la atención de su sobrino, — ¿Dijiste algo? — ¡No, nada solo recordé que tenía que hacer algo importante, tengo que irme, estaré en contacto contigo.
Lucas salió del casino con un propósito en mente, subió a su automóvil quedó un instantes pensando, tomó su móvil para realizar una llamada, tenía que quitárselos de encima por unos días, la voz que contestó del otro lado de la línea lo tenía con la garganta seca, le explicó de lo que se había enterado hace unos minutos, poniendo al mafioso a pensar.
—Sigue vigilando a la chica! — Fue la orden que recibió del mafioso de nombre Enzo, — Y ve viendo la forma de tener mi dinero, Lucas se daba cuenta que esa deuda nunca iba a terminar de pagarla, — ¡Haré una visita América! — Quizás mi viejo amigo Magnus ya se ha olvidado de mí.
Lucas tenía de qué desaparecer de alguna manera, quizás tratar de hablar con Magnus y decirle la verdad qué lo habían obligado, se metió al bar que estaba al otro lado de la acera, quería perderse en alcohol, los problemas se los había echado el mismo por su adición al juego.
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