Karina es una chica como cualquier otra y Todos los días se repite a si misma:
todas las personas en el mundo tiene un sueño incluso si es muy difícil siempre tienen éxito.
Todos tenemos problemas pero tenemos que seguir adelante, y tener fe.
A quien quiero engañar el mundo es una porquería las historias de Cenicienta y el príncipe azul nunca son verdaderas.
Pero hay algo en lo que si creo y esto es el trabajo duro siempre tiene recompensas.
Edward James es un actor americano que apesar de tener mucho éxito nunca ha Sido feliz con su fama.
Toda la gente que se acerca a el lo hace solo por interés nadie está a porque de verdad lo quieran, eso es lo que el piensa.
Los caminos de ambos se cruzan cuando el la hace pasar por su prometida frente a su ex novia.
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Capítulo 14.
Después de la conversación me dormí y al despertar ya estaba en el aeropuerto de Estados Unidos.
Regresamos a la casa.
Al día siguiente fui a la escuela.
Encontré a Kimberly.
— Hola. — Saludé.
— Hola.
— Oye lamentó lo del otro día, iba a llamarte pero no tengo tu número.
— ¿Porqué saliste tan rápido ese día.?
— Mi sobrina se enfermo y fui a verla.
— ¿Por eso te no viniste ayer.?
— Así es.
— No te disculpes, la familia es primero.
— Gracias por entender.
— Ahora ten mi número, para que ya no tengas pretexto de no llamar.
— Okay. Lo guardaré. — Guarde su número y le di el mío también.
— Por cierto, un chico me preguntó por ti.
— ¿Por mi.? — Pregunté asombrada. No conozco a nadie todavía.
— Si. Después de que saliste un chico guapo llegó y me preguntó tu número. No me creyó cuando dije que no lo tenía.
— Tal vez solo quería hacer platica contigo.
— No creo se veía muy interesado en ti. — ¿Enserio.? Yo no soy tan bonita cómo Kimberly. Tal vez no entendió bien la situación.— Ya es hora de ir a clases.
— Vamos.
Tomamos las clases, después fuimos a la cafetería de la escuela para comer algo y hablar agusto.
— No tomé apuntes en la última clase. ¿Me pasas los tuyos.?
— Claro. — Busqué en mi mochila pero no los encontré. — Creó que los olvidé en el salón. Iré por ellos.
— Está bien. Te esperó aquí.
Volví al salón para buscarlos. Seguían en la silla dónde los había dejado. Los tomé y salí, una chica se tropezó conmigo y me lo tiró accidentalmente.
— Lo siento. — Se disculpó ella y se fue. Se veía muy apurada. No me dió tiempo decirle que estaba bien. Sólo me agaché a recoger el libro y sentí un fuerte dolor en la mano. Alguien me había pisado la mano.
— Fíjate dónde te paras. — Me regaño el tipo. Me levanté y mi mano me dolía horrible.
— El que se tenía que fijar eres tu. — Le dije muy enojada. Yo había salido lastimada no el.
— Lo hiciste a propósito ¿verdad?, para llamar mi atención.
— ¿Qué.? — ¿Quién se cree esté tipo.? — Crees que iba a lastimar mi mano a propósito por la atención de un idiota, grosero, y maleducado como tú.
Se quedó callado un momento y parecía un poco impresionado.
— Las mujeres como tú hacen lo que sea por un poco de atención.
— ¿Qué quieres decir con "mujeres como yo.?
— ¿Qué pasa aquí.? — Otro chico llegó.
— Está tonta se atravesó de la nada y se lastimó.
— ¿Qué yo me atravesé de la nada.? — Reclamé.
— ¿Estás bien.? Preguntó el otro chico. Parece que el su tenía educación.
— Estoy bien. — El tomó mi mano.
— Tú mano está muy inflamada. Deja que te llevé a la enfermería.
— No te preocupes.. Yo puedo...
— Por favor déjame acompañarte. — Insistió el.
— Está bien.
Fui con el y la enfermera reviso mi mano, después la vendo y dijo que pronto sanaría. Le di las gracias y después le agradecí a este chico por ayudarme.
— No fue nada. Lamentó lo que te hizo mi amigo, estoy seguro de que no lo hizo a propósito, pero el tiene un carácter bastante difícil.
— ¿Enserio.? — Pregunté con sarcasmo. — Yo no lo había notado. — Ambos reímos. — Mi amiga me está esperando. Ya me voy.
— Adiós.
Regresé a la cafetería.
— ¿Qué te pasó en la mano.?
— Un pequeño accidente. Estaré bien en unos días. — Le dí la libreta con mis notas. — Toma. Todavía te da tiempo copiar.
— Gracias.
La hora del descanso término kim y yo regresamos al salón.
Mi mano me dolía mucho por lo que no pude tomar apuntes.
— Hey. — Escuché un gritó pero no voltee. No sabía que me hablaban a mi.
— ¡Hey!, tú, la de la mano lesionada.
En ese momento supe que me hablaba a mi. Voltee y me sorprendió al tipo que ví.
Descripción de Liam.
Es rubio, ojos verdes oscuro, piel bronceada, pecas en el rostro, labios delgados, cara afilada, cuerpo bien proporcionado, guapo, mide aproximadamente 1.84 y tiene 19 años.
