Te Elijo A Ti

Me despierto a la mañana siguiente en los brazos de mi esposo Diego, hace mucho que no me despertaba en sus brazos porque su trabajo lo hacía levantarse antes de que saliera el sol

Diego: ¿te sientes mal? - yo levanto la mirada y lo veo con una sonrisa para luego negar con la cabeza

Irene: solo que me gusta despertar en tus brazos, es cálido y me gusta mucho - él me abraza fuertemente pegándome más a su cuerpo

Diego: desde ahora me quedare a tu lado hasta que despiertes - yo sonrió ampliamente y me vuelvo a acostar en su pecho muy feliz

La mañana la pasamos juntos, Diego no tenía nada que hacer, así que se quedo a mi lado todo el día

Marian: señora - dice ella enterando corriendo - su hermana está aquí haciendo un escándalo, pregunta por sus padres - yo veo a mi esposo y este se levanta

Diego: yo lo resolveré - asiento y veo como se va

Marian: señora será que su esposo los ma...- guarda silencio ante esos pensamientos, yo solo muevo la cucharita en mi té

Irene: solo espero que no haya dejado evidencia de haber sido él, el que se encargo a esa personas - los ojos de Marian se abren grandemente y me ven sorprendida

Marian: ¿no le molesta que sus padres estén muertos?

Irene: ¿mis padres? No esas personas no pueden llamarse padres después de todo lo que me hicieron cuando vivía en esa casa - yo me recuesto de la silla - Así que no me molesta saber que jamás tendré que volver a encontrarme con ellos, no tengo ningún sentimiento hacia ellos y espero que hayan sufrido mucho

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Luisa: mis padres vinieron ayer a visitar a mi hermana y aún no han regresado a casa - dice ella histérica gritándole a todos los soldados

Diego: ¿que sucede? - dice acercándose la mujer al verlo corre a sus brazos, pero Diego la empuja haciendo que caiga al suelo

Luisa: marqués - empieza a llorar - mis padres desde ayer no han regresado a casa, estoy muy preocupada - ella baja el rostro y empieza a llorar más fuerte - se que mi hermana tuvo algo que ver en su desaparición - Diego al oír eso apretó los puños fuertemente si esas palabras salían de su boca y alguien más la escuchará su esposa estaría en muchos problemas una vez que consigan el cuerpo de los varones

Diego: ¿Eso es así? - ella asiente, Diego la ayuda a levantarse - vamos a un lugar tranquilo para que la señorita pueda hablar - ella al oír eso se pega a su brazo esperanzada de que el marqués la ayudara en su búsqueda

Julián: marqués - le dice algo en el oído y le entrego algo en su mano sin ser visto por la señorita que lloraba aferrada al brazo de su amo

La mujer contaba como su hermana siempre los había tratado mal y despreciaba porque sus padres eran unos simples varones; no se daba cuenta que cada vez se alejabam más de las miradas de todos yendo a un lugar un poco desierto

Diego: este es un lago hermoso - dice el hombre cambiado drásticamente de tema - cuando era niño venía constantemente y me bañaba aquí - dice tocándolo con su mano - Eso fue antes de que la marea crecería y este río tranquilo y manso se volviera un gran monstruo marino que se trataba a las personas que entraban en el

Luisa: ¿que dice un monstruo? - dice ella temerosa escondiéndose detrás de él

Diego: jajaja, no quiero decir que aquí hay monstruos solo digo que si corriente están fuerte que será imposible para cualquiera salir vivo de allí - se gira al verlo - su cuerpo se irá tan rápido y lo deja botado a una enorme distancia de mis tierras ya pasó una vez

Luisa: ¿Qué tiene eso que ver conmigo? - Diego saca la navaja que segundos atrás le había entregado su amigo y la entierra en el cuello de la chica, ella lo mira sorprendida

Diego: nadie tiene permitido hablar de mi esposa - dice para luego lanzar el cuerpo de la chica al agua

Julián: señor - dice acercándose a su jefe

Diego: debes vigilar que cuando encuentre el cuerpo esté este sin vida - Julián asiente y hace una reverencia para partir y cumplir las órdenes de su jefe. Diego se acerca al agua y se lava las manos para así volver con su esposa

Irene: cariño tardaste mucho - dice acercándose con una sonrisa, digo le da un beso

Diego: ya despaché a tu hermana, Pero dime qué haces aquí? Por qué no me esperaste sentada en el jardín - yo lo abrazo fuertemente y puedo sentir como dejo de tocar suelo, ya que Diego me tomo en brazos

Irene: oye, me asustaste - digo para sostenerme fuertemente de su cuello - y no te espere porque me aburria yo sola allí. Ahora sí vamos y dile a alguien que me traiga un postre con muchas fresas - veo como asiente mientras me lleva de regreso al jardín trasero para seguir descansando

Debo de aprovechar estos dias, ya que pronto se desatará la sequía y debo ponerme a trabajar, Pero mientras tanto este tiempo la pasaré holgazaneando y descansando tranquilamente, siendo consentida por mi esposo

Los días pasaron y los días de sequía llegaron, todo el pueblo estaban nerviosos por las cosechas que se perderán si no se hacia algo en cambio yo solo estaba esperando que la situación empeorará un poco para empezar a ayudar, si lo hago tan rápido será muy sospechoso y pensaran que estaba preparada para esto al igual que con la peste

Irene: ¿Está todo bien cariño ? - digo mientras le hago un masaje a mi esposo en sus hombros acaba de llegar después de un día fuerte de trabajo

Diego: todo bien, no te preocupes tu esposo lo resolverá - yo asiento y le doy un beso

Irene: No deseas mi ayuda? - él me ve y sonríe ampliamente mientras acaricia mi barriguita

Diego: saber que estás bien, es suficiente para mí - yo asiento y me acuesto en su pecho tranquilamente

Igual debo hacer algo con mi magia de magia puedo ayudar los primeros dias, hasta que encuentren una solución