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Sangre De Luz

Sangre De Luz

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Vampiro / Romance paranormal
Popularitas:304
Nilai: 5
nombre de autor: juana silvestre garcia Sánchez

En la isla de Hematera, dividida entre humanos y vampiros, el destino de dos hermanos gemelos, Fabián y Francisco, ha estado marcado desde antes de su nacimiento. Fabián sacrificó la mitad de su alma para volver a nacer y proteger a Francisco, aun si eso significaba vivir apenas veinte años. Sin embargo, su vida se ve trastocada cuando el amor, la traición y la sangre lo arrastran a un mundo donde ángeles, demonios y vampiros luchan en silencio por el dominio y la redención.

Convertido en vampiro contra su voluntad, Fabián deberá enfrentar la verdad sobre su corazón de ángel

Entre guerras celestiales y heridas que no cicatrizan, la esperanza se enciende en la oscuridad: la unión de sangre y espíritu de

NovelToon tiene autorización de juana silvestre garcia Sánchez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Lunas gemelas

La figura frágil de Fabián yacía en la cama con la expresión cansada, su cabello blanco por la transformación, su respiración entrecortada y superficial que mostraba su dolor constante, desde el plano espiritual Saúl luchaba para proteger el alma del niño aún cuando él estaba siendo lastimado por los sellos que en ese plano eran entes sagrados con los que peleaba

Miguel miraba ese sacrificio con los ojos de un ser que había visto tanto dolor como estrellas en el firmamento, un ser oscuro, impuro, soportando todo ese sufrimiento por mantener la vida en su interior, era doloroso y bello a pesar de todo, sacudió la cabeza de nuevo para sacarse las dudas

Levantó la espada sobre el vientre de Fabián mientras se repetía una y otra vez, “solo hazlo”, con la espada a una altura conveniente, sus manos comenzaron a temblar, apretaba los ojos sin poder hundir la espada, “solo hazlo idiota” se repetía para poder terminar el trabajo

El gemido bajo de dolor de Fabián que no había despertado lo hizo aflojar el agarre de la espada, ¿era esto lo correcto?, ¿ese pequeño ser merecía morir solo por nacer de la oscuridad?, ¿a eso se reduce todo? ¿matar a un ser que todavía no existía en un cuerpo que no podía defenderse?

Bajó la espada y miró el vientre al que le había retirado los hielos, se sorprendió al sentir que su cara estaba llena de lágrimas, era claro que no quería hacerlo, se estaba forzando a hacer algo con lo que no estaba de acuerdo, otra vez, al girar la cabeza vio los ojos cansados de Fabián clavados en él, pero no con odio, era miedo

Miguel sintió culpa, no se reconocía, no era eso lo que quería ser, cayó de rodillas al lado de la cama, la espada en el suelo, preso por el torbellino de culpa en su interior, de pronto, una mano cálida se posó sobre su cabeza, suave, piadosa, era Fabián quien lo miraba con la piedad que hace tiempo no veía

Sus ojos se fijaron en los de él, guardando esa imagen como un milagro por unos segundos antes de fijarlos de nuevo en la espada en el suelo, la recogió y la enfundó de nuevo antes de susurrar

–...perdona por siquiera considerarlo…ser de luz

Fabián no sabía qué responder, estaba confundido cuando vio que Miguel se levantaba, arrancaba la aureola de su cabeza y la ponía sobre su vientre, con algo de presión, brillaba con intensidad como una brasa ardiente, entonces, todo alrededor parecía detenerse, la luz no le hacía daño, era cálida, contenida en un susurro de perdón y protección que compartían entre ellos sin que lo demás importara 

Los 7 sellos benditos de pronto se adhirieron a la aureola, arrancandolos de su cuerpo como espinas ardientes, aunque le causaron dolor, fué seguido de un alivio profundo como si sacaran una espina real de su vientre 

Miguel sujetó la aureola con los sellos retirando las manos por el calor quemante que emanaba, miró a Fabián un segundo antes de volver a sujetar con determinación, arrancandola del cuerpo totalmente y rompiéndola en pedazos en el proceso, sus manos tuvieron quemaduras de tercer grado y su aureola quedó destruida permanentemente 

Fabián extendió la mano, cansado, con migajas de fuerza y con la voz alta dijo–... estás herido… no tengo fresas pero… puedo darte sangre

No tenía la energía para sangrar sobre una herida en ese momento  y Miguel quería conservar esas heridas, como una marca que le recordara que había hecho algo por voluntad propia y no sólo por deber celestial

Miguel se levantó del suelo para responder en un susurro– les llevará 3 días y 3 noches en volver a hacer los sellos… Perdona… no puedo hacer más, si alguien puede ayudarte…yo… estoy profundamente avergonzado

Salió del lugar corriendo, con las manos quemadas, Fabián estaba mucho mejor, pero no tenía tanto tiempo, se sentó con la intravenosa aún en el brazo antes de respirar profundo y escuchar como Miguel decía que debían retirarse 

Los ángeles lo siguieron sin entender mucho por qué, estando ya de vuelta en el cielo, se dieron cuenta de lo más terrible, el príncipe de la milicia Celestial, no traía puesta su aureola, el terror se apoderó de todos, había perdido lo más valioso para un ángel

Miguel se dió la vuelta para que lo vieran major, no tenía miedo, sabía que había hecho bien aún si tenía que enfrentar las consecuencias de ello, los ángeles lo atacaron para capturarlo y él, no opuso resistencia mientras era arrojado sin piedad a las celdas del cielo en espera de su juicio posiblemente por traición 

En el silencio oscuro del lugar, Miguel no se sentía atrapado, no tenía miedo, solo sentía que un gran peso se le había quitado de encima, que por fin podía respirar libremente, aún con el dolor en las palmas de las manos, se sentía bien

Miraba el techo cuando entró Zadquiel, la mirada preocupada, las manos juntas como si esperara ser rechazado por Miguel después de haber caído tan bajo 

–Miguel… ¿estás bien?, escuche que te lastimaste, traje agua bendita para tus heridas

Miguel lo miró directamente a los ojos, pero no parecía enojado, sonrió con dulzura, una sonrisa real, tambaleante y hasta ligeramente torpe

–Zadquiel…siempre tan amable, lo agradezco mucho… pero hay algo que quería decirte

Él se acercó sin miedo, sin importarle que Miguel ya no tuviera su aureola brillante, seguía siendo él, lo veía igual desde siempre, su compañero, su hermano hijo del mismo dios y su orgullo

Miguel se levantó del suelo para decir con calma– sé que cuando fuiste a verme… necesitabas hablar con alguien que estuviera dispuesto a darte alivio… yo, de verdad lamento no habertelo dado…

Le acarició la cabeza para seguir– no lo tenía ni para mi mismo… pero ahora que puedo ver las cosas con mayor claridad… 

Zadquiel suspiró antes de interrumpir con una frase que solo confirmó lo que ya era evidente

–no era importante… simplemente quería… ayuda para teñir mi cabello… sabes que es raro que un arcángel tenga el cabello rojo o los ojos oscuros… es normal…

Miguel se pasó las manos por el cabello para retirar la máscara bendita de su cabello rubio, demostrando que originalmente era gris oscuro, y sus bonitos ojos azules, eran rosa claro

Zadquiel no sintió asco o miedo al verlo así, como cualquier otro, era diferente, admiraba que Miguel hubiera mostrado por fin su verdadera forma, lo admiraba aún más, había encontrado su verdadero ser y no podía evitar sentirse felíz por él a pesar de las circunstancias 

Los ángeles lo sacaron de la celda, caminaba con las muñecas atadas, luciendo por primera vez su cabello gris y sus ojos rosas, no tenía miedo, se arrodilló en la plataforma de los Castigos, lugar donde antes que él habían estado los ángeles juzgados por él y los demás

Comenzaron a gritarle, a condenarlo a decirle lo mucho que había fallado, pero todo eso sonaba como ruido blanco en su cabeza donde la imagen de los ojos piadosos de Fabián seguían arraigados profundamente

Le arrancaron las alas en lugar de cortarlas y los azotes con el látigo dorado de la justicia caían implacables sobre su espalda desnuda, pero Miguel no sentía nada, estaba perdido en el roce cálido de la mano que se había posado en su cabeza con deseo de consolar

Sin que se diera cuenta como siempre, Fabián había puesto un pequeño fragmento de su sombra, la cual estaba protegiendo sutilmente el cuerpo del ángel para evitar que sintiera o escuchara cualquier cosa que lo lastimara 

En el clan Progenitus, Fabián comía abundante por primera vez en días, su bebé estaba tranquilo y su cuerpo estaba relajado, su familia estaba recibiendo noticias por videollamada, más calmados pero ya planeando su siguiente movimiento

Francisco estaba ahí, a su lado, había ido al segundo de enterarse, habiendo pasado todo ese tiempo de rodillas rezando cantos mágicos que había leído en los libros prohibidos de Albus, abrazando a su hermano luego de mucha angustia

Acheron entró con un helado de chocolate y moras con crema batida sin saber que estaba Francisco ahí

–traje tú… ho… disculpa, no sabía que había visitas 

Francisco giró la cabeza y su mirada de suavizó al notar el rostro de Acheron, no era esa mirada de autoridad que congelaba que había visto al principio, tampoco esa expresión de psicópata que había soñado, era diferente

Sus ojos se fijaron en Su hermano, comiendo helado hecho a mano y lo reconoció, esa expresión nueva era la misma que tenía Albus tras su purificación, la misma que tenía Amariel después de ser bienvenido en casa de Fabián e idéntica a la que tenía Caín cuando volvió a tener contacto con Abel, era como un patrón

Acheron salía del cuarto cuando escuchó a Francisco susurrar lo suficientemente alto para que él escuchara

–siento mucho haberte juzgado… gracias por cuidar a mi hermano

Se estremeció visiblemente, ¿que quería decir?, todo eso era normal ¿no?, no podía preguntar, no quería corregir algo que se sentía tan bien por lo que solo asintió con la cabeza antes de salir del cuarto 

Fabián sonreía al ver que su hermano estaba tratando de entender y aceptar sin juzgar, se abrazaron un poco más antes de que su hermano regresara al clan Eclipse, disfrutaba cada segundo de esta paz regalada, sabiendo que esos 3 días le habían costado caro al ángel que se los regaló 

Los nigromantes seguían buscando una solución, mientras que Saúl descansaba de la lucha, sentado al lado de la cama de Fabián en un plano espectral invisible para todos

Un ángel se le acercó con calma, Saúl se puso en guardía enseguida pero él solo levantó las manos en señal de paz antes de hablar con voz suave

–no te alteres… Soy Zadquiel… arcángel de la misericordia… 

Saúl seguía en guardia al decir– vete… no dejaré que los toques

Zadquiel sonrió comprendiendo todo– vine para ayudarte… mira, ¿no sabes por qué los ángeles no pudieron matar a Acheron o a sus hijos antes?

Saúl pensó, los ángeles no habían podido hacer nada antes ¿por que ahora si?

El ángel continuó–... fácil, los híbridos están protegidos por que son mezclas de vampiros con criaturas que han tocado o forman parte parcial de la luz, como el bebé es una mezcla de 2 tipos de vampiros, no está protegido 

Zadquiel se acercó a Saúl que ya había bajado la guardia y siguió

–Fabián tiene la aureola del ángel de la muerte en el corazón, pero a diferencia de lo que cree Acheron… no se hereda, se comparte al momento del nacimiento

Saúl preguntó con la voz temblorosa– ¿qué quieres decir?... ve al grano ¿que tengo que hacer?

El ángel sonrió y acercó a él un trozo de oro brillante para decir– si tú vuelves a renacer con él, podrás darle la mitad de la aureola que te ofrezco… mi aureola, a cambio de un sacrificio…

Saúl dijo sin titubeos– dilo… no importa

Continuó diciendo– regresar después de ser vampiro requiere un sacrificio mayor… tus memorias, todo lo que eres hoy, lo único que recordarás será tu propósito… y, tus ojos… nacerás ciego

Saúl tomó la aureola sin miedo y dijo– adelante… no tengo miedo

Se inclinó a besar la frente de Fabián, quien antes fué su hijo Ismael como una despedida pero también como una promesa de un “volveré”, de pronto para él todo se volvió oscuro y cálido, los latidos de un corazón suave cerca de sus oídos, en su cabeza, 2 cosas, la ide de proteger a su hermano y la imagen de un niño que creía a su lado desde cero sin saber quien era pero ahí 

Fabián sintió cómo de pronto otro ser crecía rápidamente en su vientre y sintió esa presencia cálida que tenía desde hace mucho tiempo convertirse en otra cosa más tangible, fué con Acheron a decirle la noticia y que le dijera que sucedía

Mientras, Miguel estaba arrodillado delante del jurado celestial cuando todas la voces se apagaron, las miradas de sorpresa se dirigieron a la entrada, él giró la cabeza lentamente hasta enfocar y sus ojos se llenaron de lágrimas

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♥Kat-Kit♥
Tu estilo de escritura es genial, me ha enganchado desde el primer capítulo 🤩👏
juana silvestre garcia Sánchez: muchas gracias 🥰 significa mucho
total 1 replies
eli♤♡♡
¡No te detengas, por favor!
juana silvestre garcia Sánchez: Gracias 🩷
total 1 replies
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