SÓLO ERES MI AMIGA.

...Sonia....

A última hora me acobarde. Mis labios estaban listos para darle el si. Pero tuve miedo. Tenía que consultar con mi almohada.

El piensa que no lo amó. ¿Debería decirle que lo amó o debería esperar.?

Llamé a Linda.

— ¿Debo aceptar a Cristián.?

— Todavía no lo aceptas.

— Tengo miedo.

— No lo tengas. Cristián es un gran chico.

— Pero...

— Ya aceptalo. Llevas cómo dos años enamorada de el. Haz realidad ese amor de una vez.

— Okay. — Me levanté y fuí a la habitación de Cristián.

— ¿Qué haces aquí a esta hora.?

— Cristian yo... — Entré a la habitación y cerré la puerta, después lo besé. — Yo te amo.

Cristián sonrió de oreja a oreja.

— ¿Lo dices enserio.?

Asentí con la cabeza. El me dió un beso corto.

— ¿Quieres casarte conmigo.?

— ¿Qué.?, pensé que primero seríamos novios y... — Fui callada con un beso.

— Yo no necesito más tiempo para saber que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

...Cristian....

En realidad tenía miedo de perderla. Por eso me apresuré a pedirle matrimonio.

— Yo...

— No me contestes ahora.

— Tengo que hacerlo.

Me quedé callado para escucharla.

— No puedo casarme contigo.

— ¿Porqué.? ¿Es porqué no tengo tu clase social.?

— No. Eso no me importa.

— ¿Entonces.?

— Quiero saber que se siente tener novio. Quiero que salgamos, qué nos conozcamos cómo pareja y no cómo amigos.

— ¿Tienes miedo de que no funcione.?

Tomé su silencio cómo un si.

— Está bien. Al menos ya eres mi novia. Y haré todo lo posible para que me aceptes cómo esposo.

— Gracias.

— ¿Cuándo le diremos a tú familia.?

— Mañana si quieres.

— Claro que quiero.

— Okay. Después del desayuno.

— Okay. — Le dí un beso y salio de mi habitación.

Al día siguiente al bajar a desayunar Sonia se sentó a mi lado y me sonrió. Yo le regresé la sonrisa.

— Hija me gustaría hablar contigo a solas. — Dijo su padre.

— Qué casualidad. También quiero hablar contigo.

— Vamos al despacho.

— Te alcanzó. — Su padre fue primero.

— ¿Hablaremos con el ahora.?

— No. Primero quiero escuchar lo que me va decir.

Sonia.

Fui al despacho y cerré la puerta.

— ¿De qué quieres hablar papá.?

— Ví esas miradas entré Cristián y tú. ¿Están saliendo.?

— Anoche salimos. — Reí.

— No me refiero a eso. Me refiero a si son novios.— Me quedé callada. Eso era algo que le diríamos juntos. — Esperó que no. Ese chico no me gusta para tí.

— ¿Porqué.? — Pregunté con resentimiento.

— Porque no tiene tu clase social.

— Papá vivimos en el siglo XXI.

— ¿Eso significa que estás saliendo con el.?

— Bueno yo.

— Si es así dile que se vaya en éste momento.

— No papá. No estoy saliendo con el. Cristián es un gran amigo y me molesta que pienses así de el. Cristián me apoyó muchísimo mientras vivía en Inglaterra. Fue un gran apoyo moral. Sin el no hubiera estado no se cómo hubiera salido adelante.

— Se que Cristian es tu amigo y lo aprecias, pero eso no cambia el hecho de que no tiene dinero.

— Papá Alejandra tampoco tiene dinero y la quieres.

— Alejandra está embarazada. Y ese niño es mi nieto. El único recuerdo de tu hermano. Es por eso la apoyó.

— ¿Si mi hermano estuviera no lo apoyarias.?

— Nunca apoyé esa relación. Le dije en muchas ocasiones que terminará con ella.

— ¿Hiciste eso.?

— Si. Nuestra familia debe unirse a personas de alcurnia, persona con mucho dinero. ¿Porqué piensas que no me opuse cuándo quisiste ser la enfermedad de Dante.?

— No puedo creer lo que estoy escuchando. — Salí muy molesta. Ese no parecía mi padre. No parecía el hombre comprensivo que siempre fue.

— Nos vemos en la oficina. — Le dije a Cristián y salí para aya.

Cristián.

El padre de Sonia regresó muy enojado. Se sentó en la mesa y me miró con un poco de disgusto.

— Se que te gusta mi hija. Esperó que sigas respetando el trato que hicimos hace dos años.

***

Flashback.

Dos años atrás Cristián estaba decidido a confesar sus sentimientos. El día que tomó el valor suficiente el padre de Sonia llegó de sorpresa.

Adivinó sus intenciones al ver una mesa decorada especialmente hermosa.

— ¿A quién esperas.?

— A Sonia.

— No hagas esto.

— ¿Porqué.?

— Sonia no es la mujer para ti. Alguien cómo tú debería buscar una mujer de su clase.

— No sabía que usted era ese tipo de persona.

— Mi hija es una Bustamante. ¿Crees que quiero a un hombre sin dinero para ella.? Un hombre que no le va dar la vida a la que ella está acostumbrada.

— Sonia no es materialista.

— Ella no pero yo si. Te diré algo. Ella está enamorada de Dante. El mejor amigo de mi otro hijo.

— Lo sé. Sonia me lo contó.

— Hace poco vine de visita y ella preguntó por el. Todavía sigue enamorada.

Eso hizo que el corazón de Cristián se rompiera.

— Haste un favor y házme un favor a mi. No le confieses tus sentimientos.

— ¿Si piensa que sigue enamorada porque me pide que no le diga lo que siento.?

— Porqué ella te aprecia. Además si lo haces tú y tu madre tendrán que salir de esté lugar. Y me aseguraré de que no vuelvas a ver a mi hija.

La amenaza de no poder ver a Sonia lo hizo reflexionar. Además su madre y el no tenían a dónde ir.

— ¿Tenemos un trato.?

Cristián limpió todo lo que había preparado. Eso era a más que suficiente para darle gusto al padre de Sonia.

Fin del flashback.

Cristián.

— Yo nunca acepté ningún trato. Sí decidí no decirle nada a Sonia fue porque me acobarde. Pero ahora tengo el valor suficiente. Yo amó a su hija y esté o no esté de acuerdo voy a luchar por ella. — Me levanté de la mesa y fuí a la empresa. Sonia estaba colgando una llamada. Su mirada era fría.

Al verme soltó unas lágrimas y caminó hacía mi. Después me abrazó.

— ¿Qué pasó.? ¿Porqué lloras.?

— Mi hermano no tubo un accidente. Alguien lo mando a matar.

— ¿Qué.?

— Acabó de recibir los resultados forenses. Llamé para asegurarme de que no era un error. Y no lo es. A mí hermano lo mataron.

— ¿Pero quién.? Tú hermano era una gran persona. No parecía que tuviera enemigos.

— No se quién fue. Pero lo voy a investigar. Ese crimen no quedará impune.

...Dante....

El rechazó de Sonia en verdad me dolió. Se que es mi culpa. Hace cuatro años me deje cegar por el amor que sentía hacía Sandra.

Si tan sólo pudiera volver el tiempo atrás. Si tan sólo hubiera sabido que años más tarde amaría a Sonia con la intensidad que ahora la amó.

Ella dijo que ya no siente nada por mi. Pero tal aún haya alguna forma de revivir ese amor.

— Dante. Necesito hablar contigo. — Sandra entró sin tocar la puerta.

— Nunca dije que podías pasar.

— ¿De verdad vas actuar así conmigo.?

— Cierto. ¡BRUNA VEN AQUÍ.! — Llame a mi secretaria, ella entró un minuto después.

— Dígame señor.

— Házme un favor. Dile a la mujer aquí presente que no quiero verla. Qué no me interesa nada de lo que me tenga que decir.

Bruna me miró y no dijo nada.

— ¿QUÉ ESPERÁS.? HAZ LO QUÉ TE ESTOY ORDENANDO.

— Si señor. Señorita Sandra el señor Dante dice que...

— No necesitas repetir lo que el dijo. — Sandra estaba furiosa. — Dante se que cometí un error. Pero dime. ¿Tú nunca te has equivocado.?

— Si. Hace cuatro años cometí el peor error de mi vida. Cambié a una mujer que me amaba a pensar de todos mis errores, a pesar de todos mis defectos. La cambié por una que no valía ni una cuarta parte de lo qué ella vale. Bruna dile eso.

— El señor Dante dice que...

— CÁLLATE. — Le gritó Sandra. Bruna se encogió de hombros. — Lárgate. Necesito hablar con el a solas. Bruna dió unos pasos.

— Tú no vas a ningún lado. — Se quedó quieta. — Dile a esa mujer que se lague y por favor házlo de una forma muy desagradable.

— Pero señor...

— O te despido.

— Señorita Sandra por favor salga de aquí.

— Te dije que lo hicieras de una forma desagradable.

— ¡Señorita Sandra larguese de está oficina.!

— ¿Te atreves a hablarme así.? — Sandra se puso en un papel de víctima.

— Ella puede hablarte cómo quiera. Bruna no le debes ningún respetó a está mujer. Repetirle que debe salir o llamó a seguridad.

Bruna estaba a punto de hablar.

— No digas un palabra más. — Sandra salió y eso me hizo reír.

La que no podía ni respirar era Bruna. Se nota que Sandra la asusta.