Juliette Bernard DuPont tenía la familia más amorosa del mundo, fue una niña muy feliz hasta que un fatídico accidente le quitó a sus padres.
La jovencita tuvo que irse de su país y de su vida para mudarse con la tía de su madre, la joven cambió su estilo de vida y ahora solo sobrevivía con una mensualidad que le daba para vivir bien.
Juliette se enamora de Ethan King, hijo de una de las familias más ricas de Inglaterra, pero este solo la ve como el gusto que se quiere dar porque es muy poca cosa para él y para eso hasta le propone matrimonio.
Luego de dos años de noviazgo, él la humilla en el altar y ella desecha y lista para recuperar su antigua vida, decide ir antes a una boda con su amiga, lo que no se imagina es que pasará de ser invitada a la novia y nada más y nada menos que del hermano de su ex, el cual está en silla de ruedas y por eso es plantado.
¿Podrán estás dos almas rotas unir sus pedazos y ser felices, o solo se unirán para cobrar venganza?
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Playa
—Juliette, ya estás lista, debemos irnos. —Dice Elijah terminando de vestirse.
—A dónde vamos Elijah…
—A nuestra luna de miel esposa. —Ella frunce el ceño.
—iremos a una de mis islas privadas, allí estaremos tranquilos, además quiero que nos demos una oportunidad… —Ella se sonroja y como es muy blanca se coloca roja como un tomate y a él le encanta, la joven ha hecho querer a ser el mismo de antes.
—eh… en verdad, bueno, estamos casados, pero pensé que nos divorciaríamos luego. —él niega y le toca la punta de la nariz.
—Sé que soy repulsivo, pero… —Ella le quita la máscara de látex que está en la mitad de su rostro y le besa los labios, es su primer beso aparte del de la boda.
—Eres muy guapo y esas cicatrices son superficiales y te hacen ver más sexy, así que quítatela —él asiente y le dé un beso en los labios casto.
—Ahora vamos. —El hombre sale en silla de ruedas y se suben al auto, después de veinte minutos están en el hangar y se suben al jet privado, la joven se sienta a su lado y él toma su mano.
—Háblame de tu anterior vida. —Pide él.
—Sabes Yo era muy feliz, mis padres me amaban mucho, iba a varias actividades y también nos divertíamos mucho. — Habla triste y él la abraza.
—Los extraño mucho, primero ellos, luego mi tía, lo mejor es que te alejes de mí, estoy maldita.
—Hey —La toma por la barbilla.
—No repitas, eso sí… Y estás atrapada conmigo, no te dejaré ir. —Ella le sonríe.
—Gracias por estar para mí, Elijah.
—Gracias a ti por llegar a mi vida, salvaste mi herencia y a mí.
No estaba de mal humor porque quedé así, es cierto estoy desfigurado y mi invalidez fue solo por un mes. —Comenzó.
—Lo hice porque me di cuenta de como ella cambió conmigo, ver qué estaba conmigo por interés me molestó, digas lo que digas, perdí mi atractivo. —Sigue.
—Tú solo te casaste conmigo por ayudarme a lo mejor te di lástima. —Dice y ella se le sube, Sienta en las piernas y lo besa.
El beso es intenso y apasionado.
—Eres muy guapo, entiendes, si hubieses sido un viejo feo no te digo nada. —Él se ríe y ella se contagia.
—Cuando tomarás control de tus empresas —Pregunta ella
—De nuestras empresas pequeñas, nuestra fortuna. —Ella frunce el ceño y luego niega.
—Yo renuncié a todo Elijah, pero no importa, ya sabes que no lo necesito. —Dice ella.
—Alex me mostró el documento y lo rompí, lo mío es tuyo, sí, quiero que todos vean a la señora Juliette King Bernard.
—Yo también quiero regresar y averiguar qué le ocurrió a mis padres, también quiero que tú vuelvas y tomes control de lo que te pertenece.—Dice ella y lo abraza.
El avión aterriza en la isla, el hombre sale con su mujer en brazos, Alex los sigue detrás y comienza a dar las órdenes necesarias para que no digan absolutamente nada.
—Wow, esto es hermoso, es muy bonito… —Dice ella en los brazos de Elijah.
—La compré hace poco… —Dice y ella lo mira.
—Pensabas traer a tu mujer aquí… Pregunta curiosa y con sus ojos apagados.
—La compré para venir a despejarme y jamás vine y no era para traer a mi mujer, pero la traje así que es tuya. —Ella lo mira y sonríe.
—Nuestra, esposo… Es nuestra isla. — ambos caminan a la mansión, esta tiene muchos ventanales, hay mucha luz, es de color blanco y beige por dentro, las escaleras son de color blanco, las paredes son beige y la decoración es dorada y blanca, todo es elegante y hermoso.
—Me bajas querido —Dice con ironía.
—No, esposa mía, vamos a cambiarnos y luego pasaremos por la playa. —Dice mientras la lleva a su habitación.
La habitación es muy grande y con las paredes blancas, la cama es grande y de color blanco cada, hay un hermoso ventanal y un armario muy amplio.
—Me encanta el lugar, está precioso, tiene mucha luz y es más alegre. —Dice y él la mira y le pregunta.
—No te gusta mi habitación ni la mansión esposa.
—Es elegante, pero muy oscura —Dice ella.
—Al regresar podrás cambiar todo.
—Y tus gustos, esa mansión está decorada a tu estilo. —Habla la joven.
—Me gustaba la oscuridad hasta que llegó mi hermosa luz. —Dice y ella se lo queda mirando, toca su cara con cariño y sus ojos llenos de lágrimas.
—Como me dijiste… —Pregunta.
—Mi luz… eres mi pequeña luz. . .
—Así me decían mis padres… Los extraño tanto. —Se quiebra.
—Te diré así siempre porque eso eres y tus padres estarán contigo siempre… —Dijo Él.
—Sabes… Mi mamá murió cuando yo era pequeño, pero ella me cuida y la prueba eres tú, te mandó a ti a mi vida. —Dijo y el beso fue inminente hasta que cayeron a la cama riendo como bobos.
—Sabes me encanta verte reír, pensé que serías un monstruo gruñón. —Dice ella.
—Lo soy, pero no contigo, ahora vamos a la playa mi luz… Ella sonrió y se fue a cambiar colocándose un traje de baño y un vestido blanco encima, era suelto y muy bonito.
—Toso lo que te pones, te queda hermoso mi luz. —Ella se sonroja.
—Vamos esposo…
La pareja va directo a la playa, la joven observa el lugar y es un verdadero paraíso, el mar es muy azul y la arena se mete entre sus dedos, todo es muy hermoso.
El hombre la carga y se mete en el mar con ella, la joven sonríe y se aferra a su cuello.
—Te quiero ver así siempre… —Dijo elijah.
—¿Mojada?… —Pregunto ella y él sonrió con malicia.
—Eso también… pero feliz. —Parecían la pareja perfecta, besos iban y venían y la joven cada vez se sentía más y más caliente.
Así pasaron la tarde, eran esposos, pero más allá de eso no hablaban sobre lo que hacían.
—Ahora vamos, te quiero mostrar algo. —La llevó cargada hasta unos hermosos cojines en la arena alrededor de una fogata, ya noche había llegado y una cena los esperaba.
Había un alrededor de pequeñas lámparas rodeando el lugar, todo era perfecto.