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BRONCE

BRONCE

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Posesivo / El Ascenso de la Reina / Dominación / Amor-odio / Enfermizo
Popularitas:34.6k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Décimo libro de saga colores.

Después de su tormentoso matrimonio, el Rey Adrian tendrá una nueva prometida, lo que no espera es que la mujer que se le fue impuesta tendrá una apariencia similar a su difunta esposa, un ser que después de la muerte lo sigue torturando.
¿Podrá el rey superar las heridas y lidiar con su prometida? Descúbrelo en la tan espera historia.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

11. Falsa noche de casados

...FREYA:...

Las sirvientas no me escucharon, insistieron en trasladarme a la habitación del rey después de obligarme a colocarme una prenda indecorosa de cama, algo que jamás me puse en mi vida. Una especie de bata corta con transparencias que no podía esconder mi piel, tal vez si la disimulaba un poco, pero no lo suficiente.

No comprendían y no podía explicarle, el rey no quería consumar el matrimonio, yo para él era una reina solo en apariencias, algo falso que utilizar en público, ni siquiera me quería como una madre para sus hijos.

Era algo que empezaba a molestarme.

Tal vez no debí firmar esas condiciones.

Ser inútil era lo que siempre solía hacer, en casa tuve suficiente de eso y esperaba que aquí en Floris pudiera cambiar eso.

Pero, no todo era tan sencillo al parecer.

Me dejaron en la puerta de la habitación y la abrieron, fui guiada hacia adentro.

Cerraron la puerta y me dejaron adentro.

La habitación del rey quedaba una ala privada.

Me giré para observar la habitación.

Había una enorme cama con dosel, de mantas doradas, las paredes eran blancas y había una lámpara colgando del techo, iluminando de forma opaca.

No era una sola estancia, podía ver un umbral y aunque no me atreví a ir, pude notar que se trataba de un espacio para el té o otras puertas.

El rey no le iba agradar mi presencia.

No me quedó de otra que esperar junto a la cama.

No quería marcharme con esas ropas tan indecorosas, hacía frío, así que la chimenea cerca de la cama me brindaba un poco de calor.

El rey apareció y me tensé.

Estaba desnudo, tanto que me quedé quieta.

Por supuesto que no esperaba verme.

Traté de explicarle.

El rey volvió a marcharse, mostrando su retaguardia, tenía un buen trasero.

Se cortó el dedo para fingir que mi virtud estaba perdida, pero yo insistí en que no podía marcharme tan rápido. Él no quería que me quedara.

Él no parecía preocupado por no llevar nada de ropa.

Su piel era bronceada y sus músculos eran firmes, el cuerpo esbelto y tonificado mostraba que el rey se mantenía en forma, su cabello dorado estaba húmedo, rozando su frente lo que sugería que estaba tomando un baño.

No me atreví a observar debajo, pero se me estaba haciendo difícil con él paseando por toda la habitación.

— ¿Cómo se atreve a darme órdenes? — Espetó ante mi petición, acercándose tanto que sentí su fragancia a pinos, incluso pude notar ciertos vellos dorados en los pectorales.

— Será más creíble si me quedo.

— No duermo acompañado, debe respetarlo — Dijo, muy serio y tenso.

— No se preocupe... Dormiré en uno de los sillones — Dije, alejándome.

— Espere...

Me giré y no pude evitar observar debajo de su abdomen. La curiosidad ante un hombre completo era lo que más me motivó a mirar, debajo de su abdomen, había líneas uve, con pequeños vellos dorados esparcidos y más allá había una longitud de carne colgando, debajo estaban dos sacos.

Así lucía un hombre completo.

Los caballeros y hombres que mi padre castró no tenían esa longitud, muchas veces veía como atendían sus heridas después del horrible proceso, eso era cortado y luego era quemado para sellar la herida.

Todavía me causaba escalofríos las medidas a las que mi padre recurría para evitar que las cosas fueran más críticas. Los pocos niños que habían fueron concebidos de forma descuidada, así que mi padre castigó a los responsables y dejó eunucos.

Mi padre se sentó a explicarnos que aquello libraba a más niños del sufrimiento a la que Polemia estaba sujeta.

Pero, hoy, al ver al rey contar ante ese caballero lo que hacía por su gente, mi perspectiva se tambaleó. Los pobres no pudieron elegir, no tuvieron libertad, se les hizo sufrir y todo para ahorrar un plato de comida.

— Duerma en la cama — Dijo y volví mis ojos hacia su rostro, mi mirada le pareció incomodar, porque fue a su cama y recogió un albornoz, cubrió su cuerpo.

— Majestad... ¿Dónde dormirá usted?

Me preocupé, no quería que el rey se tomara las molestias, no me molestaba dormir en el sillón, de hecho, eran tan cómodos como la cama.

No podía quejarme, mi vieja cama era dura y fría.

— No se preocupe, yo tengo otros asuntos.

Se alejó para desaparecer por las puertas.

— No me molesta dormir en el sillón.

— Duerma en la cama — Insistió.

Se negaba y luego insistía, no lo entendía.

— Majestad... Puede tomarme... Tal vez se les ocurra revisarme... — Me atreví a hablar, temblando de los nervios.

Se quedó quieto y me evaluó de reojo.

— No la van a revisar y si lo intentan, les ordenaré que no lo hagan.

— Pero...

— ¿A caso quiere hacer esto más incómodo? — Preguntó con un tono más alto, como si estuviera enojado.

— ¿Más incómodo? — No comprendí — ¿Por qué le parece incómodo a usted? Quiso casarse conmigo y todo... ¿Para qué? ¿Por qué lo hizo si tanto le molesta?

— Tengo mis motivos...

— Firmé su condición, merezco una explicación... No pienso hacerle de una simple fachada...

Suspiró — Lo que debe importarle es que está bien, que no tendrá que pasar por nada forzado — Señaló la cama — Si vivía tan mal en Polemia entonces no debería preocuparse tanto, debería estar aliviada.

— ¿Cree que podría estar aliviada cuando mi gente sufre en Polemia? — Siseé, estallando — Me enoja que usted me crea tan egoísta, pensé que había cambiado de opinión con respecto a mí.

— Aún no confío en usted.

— No, no lo hace, pero odio ser solo un estorbo, ya tuve suficiente de eso en Polemia — Gruñí apretando mis puños — Y si ni siquiera le sirvo para procrear entonces prefiero retirarme a mi nación, prefiero el encierro como castigo a ser considerada una cabeza hueca.

— Yo no la considero una cabeza hueca.

— Sé que solo se casó conmigo para tenerme vigilada, para saber más de mi padre. Pudo haberme encerrado en uno de sus calabozos y torturar para sacar todas sus respuestas, pero se casó conmigo y no entiendo.

— No soy un hombre de torturas — Dijo, acercándose — No pretendo hacerle daño, pero lo que su padre hizo es considerado una amenaza y mi forma de tenerla aquí sin causar revuelo es siendo mi esposa... Jugar el juego de su padre es la única forma de saber que es lo que pretende.

— Y yo solo soy una ficha — Jadeé, observando su rostro.

Apretó su mandíbula — Demuestra que puedo confiar en ti y yo cambiaré las reglas.

Me sorprendí ante sus palabras.

— Majestad... Yo solo quiero el bien de Polemia...

— Con palabras no puedo fiarme — Dijo, detallando mi rostro.

— Lo sé.

— Duerma en la cama.

Me preguntaba tantas razones, porque sus ojos lucían rencorosos y al verme no parecía estar viendo a una mujer en ropas indecorosas, ni siquiera reaccionaba a mi cercanía.

No le gustaba.

No es que esperaba que lo hiciera, ni siquiera lo conocía, pero durante mi viaje en barco me pregunté tantas cosas, como era el rey, su aspecto y su forma de ser, si era muy viejo o malvado, si podía sentir un poco de gusto por lo menos, algo que me hiciera tolerar pasar mi vida con un hombre que no conocí voluntad propia, ni fue amiga o novia, alguien por lo que no sentía ninguna emoción.

Si el rey me miraba como yo me cuestionaba en el barco, entonces esto sería muy desagradable.

Mi vida en Floris no tendría sentido.

El rey hizo ademán de marcharme.

— ¿Es por qué me parezco a ella? — Pregunté, valientemente.

— ¿De qué habla? — Apretó sus puños.

— No confía en mí porque me parezco a ella, todo se resume a eso... Mi apariencia con esa mujer que fue su esposa... No quiere dejarme participar en el consejo, no desea tomarme y no...

Se acercó y me callé en seco.

— No vuelva a mencionarlo.

— Todo el mundo lo piensa, en la coronación lo que generé fueron intrigas, paranoias, soy como un fantasma volviendo, un alma regresando a la vida...

— Eres otra mujer, no eres ella — Afirmó.

— ¿Y por qué me trata tan cortante?

— Freya, usted y yo no nos conocemos, no espere que la trate como amiga cuando a duras penas hemos convivido — Dijo, con expresión impaciente.

La manera en que dijo mi nombre hizo saltar mi corazón, sin ningún formalismo.

Nos observamos por unos segundos, mi respiración se atoró.

El rey respiraba profundamente.

Le di la espalda y fui a la cama.

Mi falsa virtud perdida permanecía sobre las sábanas.

Aparté las mantas.

Sentí la mirada del rey mientras subía a la cama.

Me cubrí con las mantas y me acosté.

La cama estaba impregnada de su olor y se sentía cálida.

Me dormí rápidamente.

Soñé con el retrato de esa mujer, que lo observaba y me devolvió la mirada, con una sonrisa siniestra en sus ojos.

Pegué un brinco y volví a esa habitación que desconocía.

Me sentía más cálida de lo usual.

Una espalda se encontraba ante mí.

Era ancha, bronceada.

Me tensé.

El rey estaba durmiendo conmigo.

Era de día y aquella habitación lucía más iluminada debido a sus colores claros.

Mis movimientos le hizo girar el cuerpo y me sentí muy nerviosa, me cubrí hasta el cuello.

— No se preocupe, no dormí aquí — Dijo, su cabello caía sobre la almohada, su perfil era encantador, observaba el dosel de la cama.

— ¿Y por qué se acostó aquí?

— Porque en un momento vendrán las sirvientas y así la mentira será más creíble, si yo estoy durmiendo a su lado, mejor.

— ¿Está desnudo? — Se me salió preguntar en alto.

Me observó, hubo un poco de diversión en su mirada, pero sus labios siguieron lánguidos.

— Siempre duermo así.

— Yo... — Sentí mis mejillas arder y se dió cuenta, pareció avergonzado también.

— Lo lamento... Anoche no esperaba visitas... No suelo ir por ahí desnudo... No quise hacerla sentir incómoda...

— Descuide... No se preocupe — Otra vez mi voz se atoró.

— No tomé en cuenta que es una señorita virtuosa... Que seguramente no había visto hombres... — Elevó un brazo y se acarició la frente.

Me sentí más nerviosa.

— Si he visto hombres.

Me lanzó una mirada — ¿En serio?

— Los hombres de mi padre... Los eunucos...

— ¿Los vió? — Se sorprendió.

— Sí... Algunos debían ser curados más de una vez...

— ¿Qué les hacían?

— Les cortaban sus partes... Aunque esa parte no la presencié... Siempre los veía sin la pieza faltante... — Me sentí más incómoda ante su mirada atenta.

— Ves que no puedo confiar en tu padre, si hace eso a su gente.

— Entiendo...

— Al menos puedo decir que me soy el primer hombre completo que ve — Bromeó, elevando una comisura.

Me sonrojé más y lo odiaba, debido a mi palidez eso se notaba.

Él se giró, volviendo a mostrar su espalda y parte de su cintura, la manta se le corrió hasta posarse sobre su trasero.

La imagen me calentó el rostro.

El rey estiró la mano y tiró del cordón que estaba junto a la cama.

— ¿Qué hace?

— Llamo a las sirvientas.

— ¿Por qué?

— Debe tener hambre y es lo habitual después de la noche de bodas — Dijo, volviendo a acostarse sobre su espalda.

— Ah... Entiendo... Pero, yo estoy vestida...

Seguí cubierta hasta el cuello, tirando de las mantas.

— No se preocupe, la ropa no revelará nada.

Mejor quitarme antes de que sospecharan.

Me moví debajo de las mantas y el rey me observó con curiosidad, retiré la bata sin dejar las mantas sobre mi cuerpo.

La tiré al suelo.

— ¿Qué hizo?

— Me quité el camisón... Así será más creíble.

Se estremeció y abrió mucho los ojos.

— ¡Qué hizo qué!

— Mi cuerpo está cubierto por las mantas — Susurré, muy sonrojada.

Él no comentó nada.

La puerta se abrió de sorpresa así que me moví demasiado.

Su piel estaba cálida y me sobresalté al sentir su costado.

El rey se movió bruscamente, algo duro chocó contra mi retaguardia cuando las sirvientas entraron.

Se organizaron en fila e hicieron una reverencia.

El rey se movió, la dureza me rozó nuevamente y me estremecí.

Mi corazón se aceleró mucho.

— Majestad, venimos a preparar su baño y el de su majestad la reina.

— Adelante, preparen el baño de mi esposa, yo puedo esperar — Gruñó y se alejaron al baño.

El rey se levantó aprovechando que seguí el camino hacia de las sirvientas.

Cuando me giré para observar llevaba su bata.

Se alejó rápidamente, casi corriendo.

1
Ana Parra
Insisto Florence es mala influencia para la relación de Freya con el 🤴.
Olga Ortiz
yo creo que Florence, sabe más de lo que dice, algo pasará ahí
Karime
Freya estas experimentando estos momentos junto a Adrián, no dejes que florece lo arruine al decir que ella era la más capacitada esta demostrandote qué te ve inferior solo ten cuidado freya.
Selena Rosales
Me cae mal Florece se cree muy mucho nomas!🤨😤😡
Yise
Já, desgraciada, no piensa si no en ella care nalga esa atrevida y ofrecida /Smug//Smug//Smug//Smug//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful/gasssss
Yise
En tu boca en tu entrepierna en donde tu quieras pero ya dejalo entrarrrrrrr/Sweat//Sweat//Sweat//Sweat//Sweat//Sweat//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful/aissshhh me enloquecen uffff q ansiedad/Slight//Slight//Slight//Slight//Slight//Slight//Slight/
San Aguirre
Más capítulos 😫😫😫
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
Hay Florence, Florence, hace que sospechen de Freya. Ella es la que entorpece todo
Clara Velazquez
Excelente
Marcela Lopez
esperemos que todo salga bien entre las hermanas
Liliana Diaz
escritoras nos estás matando con un solo capitulo 1😭
Mel G.
Espero que solo sean celos, a pesar de ser un poquito pesada, es que las mujeres son buenas hermanas y buenas amigas, y entiendo que no siempre puede ser así, pero igual me gustaría que Lorenzo fuera una traidora humanos
Elilu 🇲🇽
no confío en Florence, Freya cuídate de tu hermana a veces la traición llega de quien menos esperás.
Mel G.
Jajaja aprovechado, antes de que cambie de opinión.
Nena
Adrian primera vez que se interesa en una mujer, por eso anda como niño en jugueteria, sin poder tener las manos quietas😏😏😏
Mel G.
No Adrian, ¿que carajos haces?
Sandra Milena Corzo Pinto
Todavía te falta más carácter por demostrar con Florence Pero vas por buen camino sigue así que se de cuenta no eres influencia le y tú puedes tienes más capacidades de las que crees
Alondra Gomez
no importa que Florence sea mayor Freya es la reina y aquí ella manda 😎
San Aguirre
🔸✴️🔸
Judy
Nos estás haciendo sufrir, estimada autora!!
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