Narra la historia de Victoria, una joven de 23 años que es forzada a contraer matrimonio por interés.
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Capitulo 4
Narra Victoria
Me he pasado toda la noche llorando, no puedo creer que Rodrigo me haya hecho eso, yo creí en sus palabras, creí que en verdad me amaba.
En unas horas me estaré casando con Emir y todo se habrá acabado.
Me encuentro frente al tocador, aplicando máscaras para tapar mis ojeras de tanto llorar.
Alguien toca la puerta de mi habitación.
- Princesa, tu vestido ha llegado - mi padre aparece con una gran caja blanca.
- Oh papá!- digo conteniendo las lagrimas.
- Hija, hay algo de lo que quiero hablar contigo antes de nada- dice mientras se sienta en mi cama.
- Dime papito - digo sentándome a su lado .
- El hecho de casarte con Emir, es tu decisión? - dice mirándome a los ojos.
- Sí papá - digo mirando el piso y rogando que no note mi nerviosismo.
- Estás segura de que tu madre no ha tenido nada que ver con eso?- insiste.
- Te lo prometo que no papá. Es verdad que no conozco mucho a Emir, pero puedo notar que es un buen hombre y quiero darle una oportunidad - miento.
- De eso no hay dudas hija, es un gran hombre. Lo conozco desde que era un adolescente y siempre ha sido un joven muy educado - exclama viendo la caja con el vestido.
- Papá tengo que arreglarme, o llegaré tarde a mi boda - digo sonriendo.
- Es cierto, te verás hermosa como toda una reina mi amor - dice besando mi frente y se va.
Luego de que mi padre saliera, llegó la chica del maquillaje y también el chico que me peinará. Ellos hablaban acerca de lo lindo que estaba todo afuera y de lo hermosa que luciría.
Finalmente terminaron y Margarita subió a la habitación para ayudarme con el vestido.
Me lo puse y me pare frente al espejo, un suspiro de tristeza escapó de mí, siempre había soñado con este momento pero no de esta manera. Volví a verme vestida de novia al espejo y me gustaba como lucía mi vestido.
...
Ya estoy lista. En minutos me estaré casando, ahora solo espero a que mi padre suba por mí para ir al altar. ...
- ¿Ya está lista la novia mas hermosa ? - mi padre se adentra a la habitación.
- Ya estoy lista papá - digo fingiendo una sonrisa.
- Vamos , tu prometido ya espera por ti - dice dándome su mano.
- No me dejes caer papá - digo caminando con dificultad por los zapatos altos.
- Jamás mi niña, jamás - dice acariciando mi mejilla mientras bajamos las escaleras.
Salimos al jardín y a unos cuantos metros de la entrada puedo ver a varias personas ubicadas en las sillas de invitados.
Caminamos por el jardín hasta llegar a ellos, y nos guiamos por el espacio entre las filas de las sillas.
En el altar puedo ver a Emir que luce un traje blanco impecable, en la primera fila hacia mi izquierda puedo ver a mamá que sonríe satisfecha, pues su propósito se está llevando a cabo. A mi derecha puedo ver a Emre, que luce un traje azul y zapatos marrones, con gafas oscuras, luce serio y tiene la mirada fija en Emir.
Llego al altar y mi padre dice:
- Emir aquí te entrego lo mas valioso de mi vida - uniendo mis manos con las de mi futuro esposo.
Ambos nos miramos a los ojos por una fracción de segundos.
Con mi vista doy un pequeño recorrido por su impecable traje blanco, le luce muy bien.
- Nos encontramos aquí con el propósito de unir en matrimonio al señor Emir Öskan y a la señorita Victoria Moretti - el juez habla, ambos dejamos de mirarnos y posamos nuestras miradas en él.
El juez menciona otras palabras, pero no puedo oírlo, siento que no estoy aquí, por mi mente solo pasa el pensamiento de cómo podré llevar adelante esta situación.
- Victoria puede empezar con sus votos - el juez susurra en voz baja.
Dudo un instante . Aclaro mi voz y comienzo:
- Yo, Victoria. Prometo estar a tu lado Emir, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, prometo a ... amarte y respetarte por el resto de mis días - digo tomando una de sus morenas y varoniles manos, mientras coloco la alianza dorada en su dedo anular.
Emir toma la otra alianza; la mía y dice con su gruesa pero a la vez suave voz:
- Yo Emir Öskan, prometo estar contigo en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, te prometo a tí Victoria; amarte, respetarte y cuidarte por el resto de mis días - estas últimas palabras resuenan en mi mente con la voz de Rodrigo. Emir me mira confundido y de una vez coloca la alianza en mi dedo anular, junto a la joya de diamantes que me dio días anteriores.
- Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y mujer, Emir puede besar a su esposa - el juez asiente sonriendo amablemente.
Emir acerca su rostro lentamente hacia el mío, yo solo me limito a cerrar mis ojos. De pronto siento unos suaves labios sobre los míos, y se retira en seco.
Todos aplauden y murmuran cosas que no logro entender.
Emir toma de mi mano y ambos salimos caminando hacia la casa. Una vez dentro, él suelta mi mano y me pregunta donde está el tocador, le indico por las escaleras la segunda puerta a la izquierda, él me agradece y sube. Pasan unos minutos.
- ¿Ves que no era tan complicado, mi cielo?- la voz de mi madre me interrumpe. Me observa con arrogancia.
- ¡Felicidades mamá! Obtuviste lo que querías - digo enseñando las alianzas de mi mano izquierda.
- Ay cielo, me lo agradecerás. Ya verás - susurra.
- Ocurre algo? - Emir nos distrae bajando de las escaleras.
- Nada. Mi madre solo venía a decir que ya servirán el banquete, debemos ir - digo fingiendo una sonrisa
- Exacto! Los novios no pueden faltar - exclama mi madre y se adelanta hacia el jardín donde será el almuerzo.
- Toma mi brazo - me ordena Emir. Le hago caso y nos encaminamos hacia el amplio jardín.
Al llegar al lugar, todos aplauden nuevamente y aclaman ¡Vivan los novios!. Emir y yo tomamos asiento en la mesa principal, allí también se encuentran mis padres y Emré.
El almuerzo se torna aburrido, yo no he tenido ganas de probar bocado pero mi madre ha insistido en que lo haga. Y así pasó el tiempo, hasta que llegó el momento de abrir la pista y por supuesto los encargados de esto seríamos Emir y yo. Oh maldición.