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El Silencio De Los Herederos

El Silencio De Los Herederos

Status: En proceso
Genre:Matrimonio arreglado
Popularitas:2.9k
Nilai: 5
nombre de autor: sonhar

Angela, una psicóloga promesa del país, no sabe nada de su familia biológica y tampoco le interesa saber, terminará trabajando para un hombre que le llevara directo a su pasado enterandose la verdad de su origen...

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CAPITULO 20

A la mañana siguiente Matt ya estaba vestido y se sentaba junto a Luc en el comedor, hojeando distraídamente un cuento con dibujos de animales.

El timbre sonó, puntual como siempre.

Luc fue a abrir y la encontró ahí, como todos los lunes: con una carpeta en una mano y una sonrisa contenida en los labios.

—Buenos días, Ángela.

—Buenos días, Luc. ¿Matt ya está listo?

—Más que listo. Hoy ha estado curioso desde temprano.

Ángela entró, saludó al niño con cariño, y enseguida se sentó a su lado en la alfombra. Matt, apenas la vio, le ofreció uno de sus dibujos como si fuera un tesoro.

Desde el pasillo, Lucas los observaba. No solía estar presente durante las sesiones, pero esta vez no podía evitarlo. Había algo distinto en el aire… o quizás era él quien ya no podía mirar igual.

Ángela reía bajito cuando Matt le mostraba sus dibujos. Tenía una forma suave de hablarle, de guiarlo, sin presionarlo. A pesar del trauma que el niño cargaba, con ella se abría como con nadie. Y esa complicidad… se sentía familiar.

Después de la sesión, Ángela fue a lavarse las manos. Al pasar por el pasillo, Lucas la interceptó con naturalidad.

—¿Tienes un minuto?

—Claro —respondió ella, secándose las manos con una servilleta de papel.

—Solo quería agradecerte por lo de hoy. Matt parece estar mejor contigo que con cualquier terapeuta que hemos probado antes.

Ángela sonrió, pero bajó la mirada.

—No es nada. A veces siento que él me entiende… más de lo que yo lo entiendo a él.

Lucas asintió. Y entonces, sin pensarlo demasiado, lo preguntó.

—¿Tú conservas recuerdos de tu infancia? ¿Antes del orfanato?

Ángela se sorprendió por la pregunta, pero no pareció molesta.

—No muchos, la verdad. Recuerdo la sensación de estar en hospitales, de voces… sombras. Pero no rostros. Solo fragmentos.

—¿Y nunca intentaste averiguar más?

—Lo hice, pero siempre fue como chocar con un muro. En el orfanato decían que llegué muy pequeña, sin documentos, sin historia. Solo con algunas cosas…

—¿Cosas?

Ángela asintió, dudando un momento.

—Sí. Un par de objetos. Un peluche viejo. Y un dije… azul. En forma de lágrima. Siempre me pareció extraño… pero lo guardé.

Lucas sintió que el tiempo se detenía. Esa piedra. Ese detalle.

El mismo que había encontrado horas antes en la casa de Emma.

—¿Aún lo tienes?

Ángela lo miró sin notar el cambio en su tono.

—Sí. Aunque casi no lo uso. Solo… a veces. Me hace sentir acompañada es como mi amuleto, cada lo uso me pasa cosas buenas.

Lucas no dijo nada. Su mente ya no podía callar lo que le dijo Emma

Y ahora, ahí estaba. Ángela. Con un dije igual al que Emma reconoció.

Pero no. No podía apresurarse. No tenía pruebas. Solo sospechas.

Y eso, en su mundo, no era suficiente.

—Bueno… gracias por contarlo —dijo finalmente, volviendo a su tono neutral.

Angela asintió, sin saber que algo profundo acababa de cambiar.

Mientras ella volvía a la sala con Matt, Lucas se quedó en el pasillo, sintiendo cómo empezaban a entrelazarse con hilos invisibles en una sola dirección.

Ya por la tarde Luc estaba en el comedor revisando documentos con Lucas, mapas mentales y argumentos jurídicos que podrían inclinar la balanza a su favor en el juicio por la custodia de Matt.

—¿Esperas a alguien? —preguntó Lucas, cuando escucharon hablar a Gloria que no podía pasar.

Luc negó con la cabeza, pero no tuvo que moverse: la puerta se abrió y ahí estaba Abigail, de pie, radiante como siempre, con una bolsa de regalo de marca en una mano y una caja pequeña envuelta con papel azul en la otra.

—Hola, Luc. Hola, Lucas —dijo con voz melosa, como si la visita fuera casual y no meticulosamente planeada.

—Abigaíl… —Luc se incorporó, desconcertado—. ¿Qué haces aquí?

—Pasaba cerca y pensé que sería buena idea traerles esto. Para Matt… y para ti —dijo, levantando las manos con una sonrisa—. Un pequeño detalle para animar el ambiente.

De la bolsa sacó una elegante caja de perfume francés.

—Conozco tus gustos, Luc. Te vendrá bien para esa audiencia tan importante —dijo, entregándoselo con seguridad—. Y esto es para Matt —añadió, mostrando una tableta nueva—. Tiene una app que convierte dibujos en palabras, pensé que tal vez le ayudaría a comunicarse.

En ese momento, se abrió la puerta del pasillo, y Ángela salió con su carpeta en los brazos. Su rostro serio se volvió aún más distante al ver a Abigaíl en la sala. La observo tan mal dando a entender que no soportaba serla ahí.

Luc bajó la mirada. Lucas la observó con atención.

—Matt no puede usar eso —dijo sin rodeos, sin alterar el tono.

Abigaíl levantó una ceja, sorprendida.

—¿Perdón?

—Una tableta solo lo aislaría más. Él necesita contacto real, no una pantalla. Además… aún no sabe escribir y menos leer.

El silencio cayó en la sala. Luc tragó saliva. Lucas ni parpadeó. Abigaíl sonrió con cierta frialdad.

—Oh… pensé que ayudaría. Solo quería aportar algo.

Ángela no contestó. Giró hacia Lucas.

—Te dejaré el informe de Matt mañana en la mañana. Estoy ajustando unas observaciones importantes.

—Gracias —dijo Lucas, serio.

Ángela asintió con cortesía. Luego se giró hacia la puerta.

—Que tengan buena tarde —dijo, y se fue.

No se despidió de Luc, ni una palabra y eso no pasó desapercibido.

Abigaíl se quedó un segundo mirando la puerta, luego volvió su mirada hacia Luc con una mueca fingidamente inocente.

—¿La terapeuta siempre es tan… cordial?

Lucas respondió antes que él.

— Es muy amable con nosotros, tampoco pidas que te trate bien después de lo que paso... Luc ya que estas ocupado con tu visita será mejor que termine el trabajo solo. _ Lucas junto todos sus papeles para guardar en su maletín y se fue sin más.

— Al parecer tampoco le agrado a tu amigo, acaso no les explicaste que yo no tuve nada que ver con lo que te paso, solo intentaba ayudarte... ahora todos me ven como si fuera la villana de la historia.

— Tampoco exageres, Lucas está así por lo que dijiste de Ángela en la prensa, ella es amable con todos y ese par se llevan bien.

__ tampoco era para tanto que sensible es, se ofenden por cualquier cosa, se me hace que Lucas se está enamorando de esa chiquita engreída.

___ ya basta Abigaíl… y no es chiquita, se llama Ángela y gracias por tu regalo, pero estoy muy cansado y quiero descansar otro día hablamos del centro comercial, tu padre ya me informo que tú estas a cargo del proyecto…

Abigaíl le interrumpe antes que Luc siga hablado. __ yo no vine por trabajo, vine a ofrecerte mi apoyo con el caso de Matt, puedo ir con el juez y hablarle bien de ti que eres un buen tío y seguro cuidarías de Matt como a un verdadero padre.

__ no te molestes en hacer eso, se bien que tu padre mantiene una amistad de años con el juez, la mejor manera de ayudarme es estando lejos de mí, deja de crear rumores que tu y yo estamos saliendo, lo que menos necesito ahora es involucrarme en algún escándalo, quiero que tengas bien en claro que solo somos socios por el proyecto del supermercado, no imagines cosas… me voy a dar una ducha antes de dormir. Luc se fue dejando sola a Abigail en el comedor.

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