Katy West Miller es rechazada por toda su familia, siendo la mala de la historia, cuando su hermana y su familia esconden sus trapos sucios dentro del gran imperio West MIller, ¡Hasta que un hombre llega a su salvacion a recuperar todo lo que se le fue arrebatado!
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CAPITULO 14
Justo hoy eran de esos días no podía aguantar el trabajo. Generalmente siempre ,diario, disfrutaba de hacer mi trabajo; pero justo hoy esto no estaba marchando para nada bien. Desde ayer mi cabeza era el impedimento para poder avanzar en mis informes de cierre de mes. En cinco días era la junta directiva; donde íbamos a mostrar nuestros avances y lo que podíamos mejorar, bueno ya sabrán lo que paso en la primer junta, por lo que un nivel de estrés alto me estaba consumiendo mi cabeza.
Una parte era por el estrés laboral porque no tenia ninguna duda. Mis informes, que aunque con la ayuda de Marcus, salieron con éxito; también tenia que los demás encargos tuvieran que salir bien ya que después de lo que Marcus hablo sobre mi padre y el cargo, muy dentro de mi, aunque no lo creyera, necesitaba que todo estuviera perfecto porque queria seguir demostrando de que aunque la familia se este yendo por el borde, mi trabajo hablara sobre mi esfuerzo y dedicación.
Pero creo que me estaba sobreexplotando. Apenas tenia dos horas de estar en mi oficina, tratando de revisar los mapas de un edificio, pero me era imposible. De verdad no podía, al grado de que ni siquiera revise si tenia alguna reunión hoy.
—No puedo mas…— como si el clima entendiera mi situación. El sol no se encontraba en el día; al contrario el día estaba demasiado nublado y parecía que mas tarde iba a llover, jodida mierda. — No. No voy a aguantar…
Esto no iba a terminar bien, no habia duda. Rápidamente apagué la computadora, acomode los documento en los que al menos pude avanzar y tome el teléfono interno de la empresa.
—¿Elena? — tocaba mis sienes porque esto no estaba bien— ¿Tengo mas asuntos por hoy? — pude aguantar una junta en línea pero si tenia mas asuntos no lo iba a hacer. Elena de inmediato que no habia mas juntas por lo que con la poca energía que tenia agradecí. De inmediato le informe que iba a retirar por lo que el trabajo que hoy, en caso de que mejorara, estaría para mañana.
Salí de la oficina, y rápido busque mi coche para llegar a casa porque no aguanta mas el dolor.
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—¿Señorita? — abrí la puerta de la casa, y ahí Anastasia justo estaba pasando en cuanto entre pero no debió de gustarle como me veía porque se acerco y me quito todas las cosas que traía y acerco a mi. —¡Por dios que le paso! — la voz de Anastasia era muy angelical y tierna, por lo que cuando hablo mas fuerte no me molesto en absoluto.
—La cabeza Anastasia; me esta matando. — me tomo entre sus brazos y me acompaño hasta llegar a mi puerta. La abrió y no me soltó hasta que no estuviera en mi cama— Gracias Anastasia…
—No hay de que — me ayudo a quitarme mis zapatos y sin anunciar bajo las cortinas de mi cuarto. — Al contrario; ¿Por qué usted se fue así? ¡No debió hacer eso! Y no crea que no la vi ayer. Estaba como un zombi.
Aun con el dolor persistente sonrei. Anastasia seguía acomodando las cortinas, por lo que me levante y rápidamente me cambie por mi pijama y me volví a acostar. La observaba moverse con tanta tranquilidad en mi cuarto, por la casa y podía ver, confirmar que ella de verdad era como si de verdad fuera mi otra mama.
—Lo se; pero tenia trabajo Anastasia. Lo de final de mes no se podía quedar así, ¡Y mas en estas fechas! Además todo tiene que estar listo porque en unos días es la junta directiva y no puedo fallar de nuevo.
Anastasia termino de bajar las cortinas y se acerco hasta donde estaba. Su mirada de preocupación de verdad me hacia sentir muy cómoda. Por eso ella era muy especial para mi.
—Usted debería de preocuparse menos señorita. Hace tantas cosas cuando bien podía llevarlo con mas calma.
—Tu misma lo has dicho Anastasia; podía, pero no lo puedo hacer— Anastasia se acerco a mi cajón, donde guardaba mis pastillas, medicamentos y saco el bote blanco que ya sabia que era para cuando esto me pasaba. Tomo una pastilla junto con mi termo, y me los ofreció; de inmediato me la tome.
Cuando estaba en la universidad y tenia parciales me colapsaba al cien por ciento. Marcus me, a pesar de que era una mierda absoluta, me habia enseñado a estudiar sin la necesidad de entrar en pánico ni en estrés, pero mucho mas allá de sacar sobresalientes ,que era algo que siempre me proponía, tenia siempre en mente que debía de complacer a mis padres, mucho mas que habia roto su tradición de la licenciatura.
¿Cuál fue el resultado?
Mis niveles de estrés se subían y en esas etapas la cabeza me dolía profundamente. En las noches me era muy difícil conciliar el sueño y mucho mas pensar o hacer cosas…Pero todo era normal; el estrés, en mi caso, me atacaba con dolores muy intensos de cabeza, muy parecidos a la migraña, pero sin llegar a serlo. Pero la mala parte es que con cualquier cosa que me llevara a este estado me provocaban los dolores, como ahora.
—Tengo los ojos de mama y Kate sobre mi Anastasia. No puedo, por nada del mundo, dejar o hacer menos mi cargo además, tu me conoces y sabes perfectamente que siempre hago como deben de ser mis cosas.
Anastasia sonrió tomando mi termo, dejándolo en mi buro que estaba justo a mi lado y se paro, recta, aun conmigo.
—Lo se muy bien señorita; ¿O cree que ya se me olvido sobre sus triunfos universitarios? Claro que no señorita, para nada.
Sonrei un poco, acomodándome en mi cama, con mis almohadas, sobre mi espalda y mi cabeza donde podía reposar mejor.
—Yo se que no lo olvidas. Tu memoria nunca falla. — Cerré mis ojos porque la oca luz que incluso entraba y de mi lámpara me estaba molestando.
—¿De verdad se encuentra bien? ¿No quiere que llame al doctor William? Puede ser algo peor señorita.
El doctor William era el medico de la familia y amigo de papa. A pesar de que eran de ramas diferentes mi padre y el congeniaron muy bien por lo que nuestra salud estaba en sus manos. El mismo me habia revisado sobre mis dolores ,mucho mas por que de verdad yo pensaba que pudiera ser mas que una migraña, pero con sus estudios y su orientación era solo por mi estrés.
—No Anastasia, de verdad solo necesito descansar— abrí mis ojos y de inmediato vi que su mirada de preocupación estaba ahí y no se iba a tranquilizar hasta que al menos lograra convencerla de que no era nada malo. — de verdad. Es mas; si despierto y aun tengo el dolor lo llamare de inmediato, ¿Esta bien?
Un suspiro salió de sus labios, que me dio otra sonrisa, y con eso pudo irse tranquila de mi habitación no sin antes decirme que me dejaba comida suficiente para que en cuanto despertara lo comiera de inmediato.
Salió de mi habitación; dejándome sola y con eso sabia que era mi luz verde para cerrar mis ojos y poder recuadrar el sueño que habia perdido en los últimos días.
La oscuridad me lleno y una gran carga estaba siendo quitada de mi cuerpo; por fin…
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Mi cuerpo fue quien reacciono. Abrí los ojos y la oscuridad de mi cuarto me lleno. Me gire, lentamente, y vi por el rabillo de la cortina que lo poco del dia aun estaba fuera por lo que asumía que aun no era tan tarde.
Me senté, con cuidando en mi cama, estirándome, tomando mi teléfono y mi termo. Tenia una sed bastante grande, por lo que di sobros lentos. Prendí la pantalla de mi teléfono y de inmediato las notificaciones de mensajes y llamadas de mi padre y Marcus se hicieron presentes. Fruncí el ceño por que no era ni una ni dos llamadas por parte de papa; quince llamadas perdidas era bastante por lo que habia dos opciones: algo estaba mal en la empresa o segundo, que era menos probable, papa me llamaba para saber donde estaba porque le habia dicho a Elena que le avisara sobre mi ausencia en caso de que me requiriera.
En el otro caso; Marcus, tenia veinte llamadas perdidas y mensajes sobre porque no contestaba. De inmediato la calidez que el siempre me daba se hizo presente sin poder evitar sentirme querida por sus acciones. Después de la noticia, la cual habia tomado con mucha tranquilidad, decidimos dejar todo como estaba; llevar todo esto muy tranquilo y sin presiones porque de verdad era lo que menos queríamos, ambos.
Pero ahora véanme sonreír por el hombre que me gusta.
Sentada en cama, recostada sobre el cabecero de la misma tome mi teléfono, viendo que eran las cinco y media de la tarde… ¡Diablos! Habia dormido siete horas y media…pero habia funcionado; tal como lo habia previsto.
Mi dolor habia desaparecido y lo única molestia, mínima, que sentía era que mis ojos estaban secos y me ardían un poco, pero era menor.
Aun así, mas cómoda conteste a los mensajes de Marcus, explicando mis dolores y que no se debía preocuparse tanto ya que estaba mejor. Le envié el mensaje, junto con una selfie mía que aunque me veía hinchada de la cara, se la mande porque de verdad lo menos que queria era preocupación de su parte.
El hambre aun no me llamaba por lo que decidí seguir acostada en cama. Estaba demasiado cómoda ya que no habia ruido; además de que como poca luz aun entraba no me molestaba tanto así que era como una escena única. En mi taburete, en mi segundo cajón tenia el libro que habia estado leyendo y que en estos meses habia abandonado. La portada de God of Ruin, de Rina Kent se asomaba, por lo que lo tome y después de varias semanas por fin puedo retomarlo.
Leer era uno de mis pasatiempos preferidos. Cuando mis padres ni Kate estaban siempre me iba a la pequeña biblioteca que teníamos en esta casa. Casi nadie la usaba por lo que se me hacia un desperdicio que estuviera aquí si nadie entraba a ella por lo que se termino convirtiendo en mi lugar de relajación y tranquilidad…Pero ahora, solo me apetecía leer por el resto de la tarde y despejarme de todo.
Lo necesitaba... pero como por algo inusual tocaron a mi puerta. Deje el libro sobre mi regazo y espere a que entraran, solo que la verdad me sorprendió la persona que estaba entrado a mi refugio.
—¿Puedo pasar hija? —papa estaba en traje, pero sin saco y sin corbata, solo con su camisa blanca y su pantalón gris. A pesar de los años siempre veía que el no envejecía.
—Claro papa— me acomode mejor en la cama. De inmediato mis manos empezaron a sudar, porque con lo del articulo no supe no he hablado con el.
Papa, a pasos lentos se acerco hasta mi cama y con algo de duda se sentó en la misma. Podía verlo con mayor detenimiento y sus facciones lucían cansadas, mucho mas de lo normal.
—Pareces cansado— papa sonrió, como lo hacia cuando estaba mas joven. Así se veía mas tranquilo.
—Lo estoy hija— se acerco mas hasta donde estaba mientras que yo me aferraba a mi libro. Yo sabia que estaba siendo muy torpe por sentirme así con papa pero con diferentes actitudes que habia tomado hacia mi; la verdad es que me dio un miedo enorme el como podía enfrentarlo. — Pero mas me canso saber que mi hija se habia retirado de la oficina— levante mi vista de la portada de mi libro y vi en sus ojos preocupación— Elena me dijo que no estaba bien. Queria salir antes pero tenia cierre de negocios y no pude. ¿Estas bien? ¿Aun te sientes mal? Porque si no podemos llamar a William y…
—¡Papa tranquilo! — sus ojos se agrandaron mientras y sonreía. Sabia que el podía seguir siendo el mismo a pesar de mama y Kate. Su preocupación, como cuando estaba pequeña esta aun presente. — Fue solo dolor de cabeza papa, no paso a mas.
Una cara de alivio le lleno su ser, porque su ceño dejo de verse preocupante.
—¿Regresaron los dolores? — el lo sabia, junto con Anastasia porque ambos vieron cuando me pasaba.
—Fue solo ayer y hoy papa, pero de verdad que hoy en la mañana ya no podía. Espero que no te haya molestado. Mañana terminare lo que no termine en la mañana.
—¡Por supuesto que no hija! —Papa me tomo una de mis manos. Su mano también era grande, pero sus agarres eran fuertes. — Se que esos dolores te mataban en la universidad, así que no tienes de que preocuparte. Es mas si necitas quedarte mas tiempo no hay problema y lo sabes hija.
—No te preocupes—le di un pequeño apretón a su mano y la solté lentamente. Aun no sabia como reaccionar con el—mañana me presentare norma. Solo hoy necesitaba descansar.
Papa asintió y como distracción rápidamente empezó a evaluar mi cuarto y también lo que era mi pequeña área de trabajo. Papa no era de los que se quedaban a mirar cosas por lo que sabia que tenia algo que decirme y sabia perfectamente a que se refería.
—No recordaba tu cuarto así— Se levanto de mi cama y se acerco a mi mesa de trabajo. Ahí tenia mi computador, plumas, documentos y libros que me habian ayudado a llevarme por el buen lado.
—No ha cambiado mucho; créeme— papa volteo a verme pero no decía nada. —pero de verdad que no estas aquí para decirme algo mas, ¿O me equivoco?
Y a lo mejor podria parecer soprendido ante mis palabras porque mucha gente no tenia la confianza en mi, pero eso era un punto a mi favor porque podía examinarlos con total suficiencia como para saber sus puntos fuertes y débiles; o mejor aun saber sus intenciones.
—Me conoces muy bien…— papa camino y de nuevo se sentó en la orilla la cama, sin ocupar mucho espacio en esta— Y sabrás sobre lo que quiero conocer— papa se puso un poco serio, con su mirada en mi— Tu madre me enseño el articulo y la foto de Marcus y de ti.
¡Bingo! Sabia que papa no iba a dejar pasar esto y mucho mas si habia salido de la boca de mama.
—Supongo que tu madre se acerco a hablar contigo— ni me recuerden eso por favor…— y sinceramente iba a hacerlo yo también en cuanto me lo enseño pero por una cosa o otra no pude.
Respire profundamente y estaba tratando de ser muy tranquila, claro si el también lo era, porque si venia a atacarme por mas queme doliera también tendria que defenderme de el. A capa y espada.
—Esta bien—alce mis hombros, aun con mis manos aferradas al libro— puedes hablarme.
—Katy— se levanto de mi cama, metiendo sus manos en las bolsas de su pantalón empezando a caminar por mi habitación— Se que esto es tu vida y que tu eres muy responsable sobre tus decisiones, ¿Pero porque Marcus hija?
Abrí un poco mas mis ojos. Sinceramente esperaba un ataque como el de mama, pero mi papa habia tomado otro rumbo.
—Es difícil de explicártelo, ¿Sabes? Porque solo puedo definirlo en mis sentimientos. Decirle a alguien sobre como me siento es difícil explicarlo con palabras papa. Pero lo único que se, es que el me gusta mucho.
Su rostro cambio de asombro a una ligera preocupación hacia mi.
—¿Pero con el Katy? — papa retomo su camino a mi alrededor— se supón que solo seria un apoyo para ti, laboral— hizo énfasis en la ultima palabra.
—Eso lo se papa, pero cuando hay atracción y sentimientos de por medio no lo puedes negar. Ni con lo mas absurdo.
—Aun así Katy. Yo lo se; pero cuando vi la foto, es como si viera a mi propia familia ahí, entiéndeme hija.
Un momento. Creo que esto se estaba saliendo de control. Sabia que principalmente a el también podía dañarle la noticia y la foto pero sentía que su comentario estaba fuera de lugar. Habia algo que no queria decirme. El era así.
—Lo entiendo papa, pero te pregunto directamente, ¿Qué es lo que te molesta de nosotros? ¿La edad? ¿La relación que tenemos en común? —papa se paro y me observaba— dime porque quiero entenderte.
—Tu me preocupas hija, porque tu eres mi sangre y me dolería con todo mi ser que alguien, que es mi mejor amigo, te lastimaría.
Bueno; al menos ve aun por mi. Aun no se desviaba de la vía.
—Gracias papa, de verdad, pero es mi vida y como se lo dije a mama; son mis decisiones, mi vida y se que el me gusta y mucho. Independientemente de la relación que tenemos en común, eso no nos afecta porque papa; Marcus ha estado en todos estos momentos que han pasado entre mama y Kate.
Su mirada de inmediato cambio. Tristeza, desilusión fue lo que vi en cuanto dije mis palabras.
—Marcus me ha alentado papa. Me ha apoyado laboralmente, pero también personalmente. El me ha ayudado a lidiar con mi madre y con mi hermana. Ellas me han herido de muchas maneras y Marcus ha estado conmigo cada segundo que sentía que podía romperme pero no solo eso. Marcus me ha demostrado ser un hombre cuidadoso, respetuoso. A su lado me siento tranquila y con muchas ganas por demostrar lo que soy.
—Hija— papa respiro profundamente. — yo se que tu mama y Kate pueden ser muy fuertes contigo; pero lo hacen por tu bien hija.
Negué con mi cabeza. Por eso mi miedo a hablar con el, porque corría el riesgo de que las defendiera y ahora, lo estaba haciendo.
—Si lo hicieran por mi bien no me tratarían así papa; ¿O es que solo yo soy la loca? Porque tanto ella como Kate me han humillado y menospreciado, pero eso es solo algo que no quiero recordar mas— negué con mi cabeza. — Yo solo se como me afectan sus palabras pero eso es algo que tu no ves, ¿Cierto?
—Katy…
—No— negué sin dejarlo terminar. Era mi turno— y no es un tira y afloja con ellas, es la verdad papa, pero desafortunadamente es algo que tu no veras por que siempre estarás con mama. Pero no te enojes— sonrei y levante mis hombros — se que mama es a la mujer que amas y eso no va a cambiar y estas en todo el derecho de estar con ella… Pero ahora solo pido que me dejen ser feliz con Marcus, porque yo lo soy papa y no arrepiento. Además, no es necesario que te preocupes por mi— lo seguía observando— Me he cuidado yo sola por muchos años papa. Se lo que hago; así que no te preocupes.
No pensé que mis palabras le llegaran a doler, porque en cuanto dije eso se despidió y salió de mi habitación. Cerré mis ojos, acomodando mi cabeza sobre las almohadas.
No habia dicho mentiras y de verdad ver sus ojos así de decaídos de un momento a otro me dolía, pero mas era el dolor que sentía porque aun así, siendo su hija no creía en mi y siempre iba a estar con mama.
Por eso mismo lo dije… Habia estado cuidándome yo sola por años cuando ellos dejaron de confiar en mi y ahora también podía hacerlo, porque tenia que ver por mi estabilidad psicología y personal porque ya habia mucho daño de por medio y no podía dejarlo avanzar.
Tenia que cuidarme por mi misma, como lo habia estado haciendo y como Marcus lo estaba haciendo tambien.
La novela es buena pero para escribir asi quitela.