En un pequeño pueblo donde los sueños y la realidad a menudo se entrelazan, Valeria es una joven de 19 años que vive atrapada entre la inocencia de su corazón y las sombras de lo desconocido. Soñadora y curiosa, su vida da un giro inesperado cuando un misterioso desconocido se obsesiona con ella, llevándola a una encrucijada peligrosa. Atrapada en un matrimonio forzado, Valeria descubre que el amor que anhelaba no era más que una ilusión.
En medio de esta nueva vida, se encuentra con su esposo, un hombre de carácter difícil y secretos ocultos. A medida que Valeria navega por las tormentas de su nueva realidad, comienza a desentrañar capas de su propio ser y, poco a poco, descubre que el amor puede surgir en los lugares más inesperados.
Con giros inesperados y emociones intensas, esta historia es un viaje sobre el descubrimiento personal, la lucha por la libertad y la búsqueda del verdadero amor. ¿Podrá Valeria encontrar su voz en un mundo que intenta silenciarla?
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Capitulo XIII Ansiedad
Punto de vista de Leonardo
Mis padres seguían presionando para qué me casará con Mariana Campos, así que agilice los trámites para casarme con Valeria, al menos a ella la podía manipular a mi antojo, sé que ella no era la mejor opción y no porque haya estado con otros hombres, sino porque lo hizo solo para ganar dinero, mis prejuicios no me dejaban ver la maravillosa mujer que había en ella.
Había planeado llevarla con el doctor y que esté me dijera si ella estaba en condiciones de quedar embarazada.
“Ella aún no se encuentra bien de salud, si queda embarazada puede ser peligroso para ella y el bebé”. Respondió con el ceño fruncido.
“Pero si durante el embarazo tiene los cuidados necesarios, ella puede que esté bien”. Dije queriendo una respuesta afirmativa.
“Es posible, pero los riesgos son altos, debes tenerlo en cuenta”. No quise seguir escuchando al doctor, él no conocía la importancia de tener a Valeria unida a mí y sabía que un hijo nos uniría aún más, así mis padres dejarían de molestar con lo de la dichosa boda.
Salí del consultorio y lleve a Valeria conmigo, ya tenía planeado el día, solo faltaba comprar algunas cosas. La llevé al supermercado y después de llevar lo que necesitaríamos emprendimos el viaje por la montaña, había un lugar muy bonito por esos lares y sabía que ahí nadie nos interrumpirá, estaba dispuesto a hacer lo necesario para que ella accediera a estar conmigo.
Llegamos al atardecer a la cabaña, ella se veía muy emocionada por la belleza del lugar. El calor que había en ese sitio era muy reconfortante, prepare la cena y después de comer Valeria limpio lo que yo había ensuciado, pensé que era el momento para empezar a seducir a Valeria, sé que estaba siendo egoísta, pero yo le ofrecería todo lo necesario para que ella esté bien en caso de quedar embarazada.
Estaba distraída, se encontraba en la cocina, así que la abrace por la espalda y empecé a recorrer su cuerpo con mis manos, su piel era tan suave, tan delicada, su olor me embriagaba, haciéndome querer perderme en su hermosa figura. Hice que me mirará y esa mezcla de ternura e inocencia me estaba volviendo loco. Ella había aprendido muy bien el arte de la seducción, pensé. Le quité la camisa dejándola en ropa interior, tenía un cuerpo espectacular y ahora que estaba recuperando su peso, se veía mucho mejor.
Me arriesgue a besarla, aún sabiendo que ella me podía rechazar, pero esta vez fue diferente, ella aceptó mi beso, sentir sus labios era adictivo, me perdí en la dulzura que estos me ofrecían, sin pensarlo la lleve en mis brazos hasta la habitación, dejándola suavemente sobre la cama, la despoje de que quedaba de su ropa y mirarla así solo para mí me hizo sentir muy afortunado. Por unos instantes el recuerdo de saber que ella había estado con otros hombres por dinero me hizo sentir ira, no podía creer que su padre fuera tan ruin como para venderla como si ella fuera un objeto. Saque esos pensamientos de mi cabeza y me dediqué a disfrutar de este momento, quería ver qué tanto sabía hacer está niña.
Cuando llegó el momento, pude sentir algo que me sorprendió dejándome inmóvil por unos segundos.
“¿Es tu primera vez?”. Le pregunté intrigado y con asombro.
Ella solamente asintió con la cabeza, estaba ruborizada, se veía demasiado hermosa y mis ganas por hacerla mía y solamente mía crecieron aún más.
Sin pensarlo continué cuidando de no lastimarla, la noche fue espectacular nunca imaginé que al estar con ella me sentiría tan bien. Al terminar la abracé fuertemente a mi pecho y así me quedé dormido, sintiendo que estaba en un sueño.
La mañana llegó muy rápido, cuando desperté Valeria aún dormía, se veía tan hermosa, mi corazón empezó a latir rápido al recordar la noche anterior, una sonrisa se dibujó en mi rostro y por inercia le di un suave beso en los labios.
“Por qué me dejaste?, si yo te amaba”. Mi rostro cambió al escuchar aquellas palabras que salían de la boca de Valeria mientras dormía. Era obvio que ella amaba a alguien más y por eso era que siempre estaba triste. Mi ego se vio golpeado abruptamente, sentí mucha ira así que para no lastimarla, me levanté de la cama, me vestí y me fui a caminar.
Punto de vista de Valeria
Desperté después de aquella noche tan especial, un sueño muy extraño me despertó, en el le reclamaba a Leonardo el haberme abandonado, le decía que lo amaba y cosas así, me sentí muy tonta, era obvio que él solo buscaba acostarse conmigo, ya que al despertar no estaba a mi lado.
Me puse de pie y fui a asear mi cuerpo, no sabía cómo sentirme, pues era una mezcla entre confianza y desconfianza. Confianza en que Leonardo solo hubiera salido en busca de algo y desconfianza porque al ver que finalmente obtuvo lo que quería ya no le interesaba. Cuando estuve lista salí de la habitación, estaba algo débil, necesitaba comer, ya que mi condición física no era la mejor. Busque a Leonardo por la cabaña, pero no había señales de él, ya empezaba a asustarme, pensaba que me había dejado en ese lugar sola. Llena de dudas salí de la cabaña, el auto ya no estaba, el miedo me abrazo, el viento soplaba como riéndose de mí, sentí perder el aire, el oxígeno empezó a faltarme, veía los árboles más altos, todo me daba vueltas, mi pesadilla se estaba haciendo realidad, esa que tenía desde que recuerdo dónde yo estaba perdida y llamaba a mi mamá. Caí al suelo y abracé mis piernas, estaba indefensa, vulnerable, sola en aquel sitio, no podía creer que Leonardo hubiese sido tan cruel. De pronto el día se volvió noche y a mi alrededor todo se oscureció, no podía dejar de llorar y temblar al tiempo, escuché un auto acercarse, este no era el de Leonardo, vi a un hombre bajar del auto junto a una hermosa mujer y fue entonces que perdí el conocimiento.