Charlotte que fue engañada por el hombre que juraba amarla, vuelve en el pasado para cambiar su pasado y proteger a su esposo, a quien ella mato con sus propias manos tras haber sido manipulada.
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capitulo 4- Noche de boda
La chica se aleja rápido volviendo a sentarse en su puesto.
—Yo… Yo lo siento, fue un accidente, no quería… —Trata de disculparse, pero Killian la frena.
—No importa. —Este mira la ventana, escapando del incómodo ambiente que los rodea. Charlotte mira su mano recordando.
«Lo tiene bastante grande»
Se golpea más mejillas para volver a la realidad, no puede creer que esté pensado en esas cosas en este momento cuando debería pensar cómo evitar que las cosas se vuelvan a repetir
Miró la ventana para darse cuenta de que han llegado al palacio. Killian es el primero que bajó y ayudó a Charlotte a bajarse. Ambos caminan sobre la alfombra roja ingresando al palacio. Ahora mismo todo el reino era un festival, el emperador por fin tenía su emperatriz.
Pero tanto Killian como Charlotte no planeaban asistir en ese festival sin contar que, debido a ambos, tenían que pasar la noche junto a una regla importante para los recién casados y la emperatriz madre se estaba asegurándose de eso, ya que pronto. «Quería un nieto»
Tras entrar en la habitación, lo primero que hace la chica es quitarse el velo, sentándose en la cama, quitándose los zapatos. Nunca le ha gustado utilizar zapatos altos, pero esto era una ocasión especialmente importante, así que tuvo que hacerlo. Intenta alcanzar el cierre de su vestido, pero es algo imposible.
Killian que entró tras la chica, la mira, estupefacto, y más al ver cómo esta intenta bajar el cierre del vestido enfrente de él como si nada.
—Me ayudas.
—¿Qué? —Abre los ojos sorprendido, asegurándose de que no haya escuchado mal. ¿Le estaba pidiendo ayuda?
—Solo ayúdame. —Charlotte se da vuelta, esperando que este le baje el cierre; sin embargo, tras esperar no hay ninguna opción. —¿Qué pasa? —Lo mira sobre el hombro, entrando en cuenta y ríe. —¿Qué pasa? Ya somos esposos, y prácticamente tendremos que pasar la noche, juntos. No olvides que la emperatriz madre pidió un nieto, ¿cómo cree que le vamos a dar uno si ni siquiera eres capaz de bajar el cierre de mi vestido, majestad?
—Pensé que estabas bromeando en ese momento. —Mira la chica fijamente en los ojos.
—Para tu información, estaba hablando en serio. —Sonríe tras sentir cómo Killian toma el cierre bajándolo. —De todos modos, un día sí o sí tendrá que pasar.
—Te das cuenta de lo que dices. —Sisea, es sorprendente que la chica actúe de esa manera con él, cuando está ni siquiera quería casarse en primer lugar.
—Si me doy cuenta y solo estoy siendo realista, Su majestad. —Charlotte lo mira confundido cuando esté la toma del hombro, dándola vuelta, mirándola fijamente.
—Para empezar, llámeme por mi nombre… Killian. —Mira fijamente a Charlotte. — Justo, como dijiste, nos acabamos de convertir en una pareja; lo más común es que me llames por mi nombre.
—De acuerdo. — La chica sonríe de acuerdo. —Entonces nos llamaremos por nuestros nombres.
—Segundo, es que dejes de provocarme. —Dice por fin, sintiendo como si un gran peso de su hombro hubiera desaparecido. — Me he estado conteniendo desde que te vi entrar con ese vestido, pero tú no cooperas, Charlotte.
—¿Qué? —Abre sus ojos lo más que puede. ¿Conteniéndose? Por supuesto, sabía a lo que se refería, pero era algo difícil de creer. Por lo que sabe, él nunca tuvo algún tipo de interés en ella en el pasado.
—Eso es todo, iré a tomar aire afuera. —Con esas últimas palabras se da vuelta para irse, sin embargo, una mano lo detiene, se gira mirando la mano de la chica aferrando a la manga de su ropa.
—Puedes dejar de contenerte, Killian. —Sisea mirando fijamente al emperador.
—¿Qué? —Quedo sorprendido por aquellas palabras.
—Como estábamos en esa habitación, puedes dejar de contenerte, me tienes aquí y estamos solos. Además, ya somos esposos, no veo el motivo de contenerse. —Lo mira fijamente diciendo aquellas palabras. —Te doy permiso.
—¿Entiendes tus palabras? —Sin embargo, los labios de la chica lo interrumpen. No dudó un segundo en corresponder aquel besó, saboreando los labios de Charlotte, lo que tanto había deseado por años. La toma en la cintura profundizando el beso. Hasta que finalmente los pies, de Charlotte, ya no se encontraban en el suelo, sino que rodeaba alrededor de sus piernas.
Ambos finalmente se alejan debido a la falta de oxígeno, mirándose fijamente.
—¿No te vas a arrepentir? —Cuestiona mirando fijamente a la chica que niega, indicando que no se va a arrepentir, haciendo que el corazón de Killian diera un vuelco de felicidad, aunque no lo demuestra.
Para Charlotte, que había desaprovechado esa oportunidad en el pasado, no permitía que el mismo error se volviera a repetir. Killian ahora era su esposo y no desaprovecharía semejante hombre como en el pasado, solo por un maldito como Edwin.
—No me voy a arrepentir de eso, debes estar seguro. —Sonríe pícaramente, motivando más al hombre que nuevamente la besa, tomándole de la nuca, profundizando aquel beso, dirigiéndose hacia la cama.
Dejando a Charlotte en la cama sin romper el beso, subiendo su mano bajo el vestido de esta, quien respira agitada tras finalmente que se alejara.
Jadea cuando Killian sube su mano bajo su vestido. Este sube el vestido besando cada rincón de su cuerpo. Charlotte gime y jadea cuándo mete su mano en su zona íntima, acariciando su lugar secreto.
Su cuerpo tiembla y se estremece ante aquella sensación y en unos segundos el vestido ya se encontraba, fuera de la cama. Y las manos de Charlotte quitando la camisa del emperador, dejando el dorso del hombre al descubierto, al igual que sus abdominales.
—En serio, no me voy a contener, Charlotte. — Tras dejarla desnuda debajo de él, se cerca susurrando en la oreja de la chica, no sin antes de darle un leve tirón cuando que el cuerpo de esta se estremeció, bajando hasta sus senos descubiertos para comenzar a darlos unos leves mordiscos, que hace que Charlotte se estremezca de placer
—No te contengas, Killian. —Responde.
Al escuchar las palabras de Charlotte, este sonríe alejándose para atraer a Charlotte en el borde de la cama, hundiendo su cabeza entre las piernas de la chica.
Definitivamente, no se contendría, y de eso se aseguraría.