Con un gran y doloroso problema sobre sus hombros, Flavia es acorralada de nuevo, sin embargo, la gran confusión la sumergirá en un mar de sensaciones y dolor. El amor no siempre es claro, el amor es solo amor.
Como toda madre, su principal deseo es velar por el bienestar de su hijo, aun si tiene que hacer cosas que la degradarían a más no poder. Como aquel contrato que firmó, donde a cambio de salvar a su hijo, tendría que darse como pago. Volviéndose así en la amante de su benefactor.
Una vez acabado aquel acuerdo, ya no tendría nada que hacer como aquel hombre que devoró sin piedad todo su ser; sin embargo, la vida caprichosa tenía preparado otros planes.
¿Podrá su herido corazón tener espacio para volver a creer en el amor?
¿Podrá el destino apiadarse de aquella madre abnegada?
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13 Flavia, por eso te hice esta oferta
Esa noche Flavia meditaba la situación, aunque sabe que sus ex suegros no pueden quitarle la custodia del niño, harán una campaña para pasar tiempo con él, atraerlo hacia ellos, ahora que lo necesitan, seguramente lo ayudarán como las ratas convenencieras que son, sin embargo, ella está disgustada, ellos no se merecen a su Saúl, si fuera por ellos, su hijo, habría muerto hace 5 años, cuando su hijo la abandonó con él niño enfermo y ella casi sin recursos.
Al día siguiente, Leila se acercó a Flavia para hablar con ella, tenía un mensaje de Gerardo, el cual había concertado la cita, lo que le sorprendió al hombre, fue saber que Santiago estaba en el pueblo alojado en una residencial y citaba a Flavia ahí, después del último entuerto, Santiago mandó a decir que ella le había prohibido ver a Saúl y eso podría pasar si él estaba en la hacienda.
—Jefa, buen día, me indica el abogado Gerardo que el Presidente Flabel la espera en el residencial las rosas, que se está hospedando ahí y que la espera a cualquier hora, siempre que sea en la mañana, ya que se va pasando el mediodía — dijo Leila mirando con nerviosismo a su jefa, se notaba que había una relación con ese hombre y que eso la ponía terriblemente tensa y malhumorada.
Flavia frunció el ceño mientras miraba a Leila, no entendía lo desfachatado que era Santiago, pero debía hablar con él, si saber lo que estaba pasando y cuál era el papel de ese hombre con este asunto.
—Bien, gracias Leila, dile a Aleida que se quede con los niños, yo vuelvo enseguida — dijo Flavia tomando su cartera.
Leila y Aleida vieron partir a la hermosa rubia mirando por la ventana.
—Señora Aleida, las cosas con el presidente Flabel son difíciles, ¿verdad? — dijo la trigueña mirando aún el auto alejarse.
—Pues es muy complicada, pero creo que cualquier mujer se complica con un hombre tan guapo como ese — dijo Aleida divertida, cuando lo vio en vivo y directo casi muere de la impresión, en las revistas se lo ve muy guapo,
pero en persona es un dios griego literalmente.
Leila asintió dichosa, ella también creía eso, y al saber que es el padre de los terremotos, ella estaba celosa del buen sentido, su jefa se había dado un banquete, aunque no sabe las difíciles connotaciones de su relación, era un hecho de que ellos hacían una hermosa pareja.
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Más tarde, Flavia llegaba a la residencial, ella estaba molesta, sabe lo que ese hombre está haciendo, pero ella va a averiguar lo que está pasando.
Santiago había terminado de darse una ducha, el lugar tenía un agradable clima templado, así que se había puesto una polera ligera y un pantalón deportivo, así que cuando sonaron unos golpes en la puerta, él abrió sin mucho contratiempo, pero antes de poder decir o hacer nada, Flavia entró como un rayo, ella no estaría ahí afuera esperando que todo el mundo la vea esperarlo, eso haría que rumores infundados se esparzan.
—Bien, aquí estoy, ahora quiero que me aclares como es que el presidente Flabel sabía que esa gente estaría interesada en Saúl — dijo Flavia terriblemente molesta.
Santiago cerró la puerta y le señaló la silla a un lado de una mesita de té dentro del lugar.
—Por favor, toma asiento — dijo tranquilo mientras que ella lo miró con indiferencia y se fue a sentar.
Santiago se sentó en la otra silla y la miró con tranquilidad y procedió a explicar.
—Bien, hace un año, esos descarados fueron a buscarte a la empresa, habían averiguado que tú trabajabas ahí y que habías renunciado, y me exigieron que les diga dónde estabas, que cualquier referencia sería válida, se atrevieron a decir que habías huido con su nieto, que fuiste tú quien rompió con la familia y abandonaste a tu ex, te llevaste al niño enfermo y ellos te buscaron durante años, unos sinvergüenzas de lo peor.
—Bueno, después de encararlos y decirles cómo habías sufrido el abandono de su adorado hijo, la situación terrible en la que estaba, que sacaste al niño sola y ahora no necesitas a nadie, ya que el niño estaba bien, los mandé a sacar con los guardias, se atrevieron a negar lo que decía, así que los eche a la calle, de ahí supe que te seguían buscando, incluso hablaron con gente de la empresa, pero todos tenían prohibido decir algo sobre ti.
—Hace un mes, cuando la cooperación entre nosotros se firmó, las noticias corrieron, y no sé aún cómo es que ellos se enteraron de tu localización, ahora resulta que están buscando al muñeco de ojos de Ónix, resulta que el viejo Gonsalves solo heredará a quien le dé un bisnieto varón — dijo tranquilo mientras que Flavia lo mira con sospecha.
—¿Me estás diciendo que no haces esto para aprovechar y llevarte a mis niños? — dijo ella mientras lo fulmina con la mirada.
—No, no tengo nada que ver con esa gente absurda, sé que tampoco tengo la moral, pero lo que ellos hicieron es repugnante, Saúl era un bebé, dejarlo morir, así como así, solo demuestras sus pocos e insignificantes valores — dijo Santiago mientras saca su celular, Martín lo bombardea con mensajes, quiere saber si aún está vivo y si Flavia no lo ha quemado en una hoguera.
Flavia dio un suspiro de frustración, aunque esa gente no puede hacer nada legalmente, tampoco puede evitar que se acerquen al niño, Saúl aún lleva su apellido y fue cuando escuchó la profunda voz de Santiago.
—Flavia, por eso te hice esta oferta, sé que ellos no se pueden pedir nada, aunque te difamen e inventen una terrible historia de esto, pero no podrás evitar que se acerquen a Saúl, si te casas conmigo, reconoceré a Saúl como mi hijo, ellos no podrán acercarse si yo no lo deseo, aunque sean sus abuelos biológicos, podría iniciar acciones legales si ellos insisten en su aproximación, además de amenazarlos con iniciar un proceso legal por no asistir al niño cuando tú quedaste abandonada — Dijo Santiago tranquilo, pero Flavia dio una sonrisa de burla.
—No te necesito para hacer eso, puedo deshacerme de ellos, ya no estoy tan desprotegida como antes — dijo ella levantando la barbilla, Santiago levantó sutilmente la comisura de los labios, sabe que ella se va a resistir, pero él tenía un punto más válido que nada.
(autocorrector travieso)
😒😒😒