Bruja, Rompe La Maldición.

—e-espere excelencia...no creo que sea el mejor momento para decirle. Al menos, sea su acompañante en el baile.— suplica.

—alargar mi aclaración y acompañarla al baile, solo hará creer lo que no es. Además he quedado con la princesa Chevalier, ¿será usted quien le diga que no iré porque tengo la obligación con la santa?—

El sacerdote se sobresalta con tal idea, jamás se atrevería a enfrentar de esa forma a la princesa, esa familia esta conformada por bestias malignas. ¿Quien querría enemistarse con los Chevalier?, hay que ser tonto para hacerlo.

—excelencia...yo...— nos encontraba que más decir, así que agacho la cabeza guardando silencio un momento.— hablaré con la señorita Emilia...

Dicho esto, se puso de pie, retirándose de esa oficina. Aunque, estaba molesto, la presencia de esa mujer estaba arruinando sus planes, pero, no había forma de quitarla del camino, ella era peligrosa.

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Más tarde, la madre de Eldritch, Adele, estaba feliz por la noticia, su hijo estaría a salvo de un castigo, así que, estaba dispuesta a darle un regalo a Aleksey por ayudar a Eldritch, aunque, es difícil saber que puede ofrecerle a una princesa que lo tiene todo.

—tal vez debería entregarte a ti.— observa a su hijo.— creo que le gustas.

—madre por favor, creo que olvidas un detalle.— le recuerda.

—lo sé, lo sé...solo bromeo, aunque...su familia posee magia poderosa, ¿no podrán ellos romper la maldición?— se pregunta.

—le he preguntado, dijo que me ayudaría, pero no hay que hacerse ilusiones aún.— le advierte a su madre.

—pero, es una pequeña esperanza...hay que creer en que se puede.— la archiduquesa trata de ser positiva.

—lo es, solo debemos tener en cuenta que podría no funcionar, ¿de acuerdo?— si se ilusiona demasiado y no funciona, sabe que la archiduquesa sufrirá, esa mujer es muy sensible al tema de la maldición que carga su hijo.

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Por otro lado, Aleksey ha salido a un paseo nocturno, ella corre por el campo, pasando por el establo, mientras es perseguida por hombres vestidos con trajes negros y máscaras para ocultar sus rostros y poder camuflarse en la oscuridad.

Aleksey se detiene, siendo rodeada por sus perseguidores. Estos llevan dagas y espadas, listos para atacar, pero, uno de ello da unos pasos hacía adelante y le lanza en la cara a la albina un líquido oscuro. Aleksey pasa su mano en su rostro, y observa el líquido con un extraño olor.

—ahora sí...es veneno hecho con la flor de luna negra, el veneno más letal para un licantropo.— se burla aquel hombre.

Aleksey observa el líquido en su mano y sonríe, para después lamer su mano, sorprendiendo a sus atacantes.

—tú lo has dicho, para un licantropo, pero, esto, me causa ni un dolor estomacal.— se burla Aleksey.

—n-no puede ser...ese veneno es altamente letal...— balbucea aquel hombre.

—si, lo es, aunque parece que olvidan, que mi linaje va más allá de ser solo un licantropo.—

Los ojos de la albina brillan y un sello aparece bajo ella, del cual emerge una espada de color negro.

Ella lo sujeta y con una velocidad inhumana, corta con precisión los hombres que la rodean, estos no tiene ni oportunidad de defenderse, y por último, la espada se clava en el hombro de aquel que le tiro el veneno y lo hace caer al suelo, poniendo su pie en el pecho de este.

—¿quieres un veneno letal?, he enseñaré uno.—

Aleksey desliza su dedo en el filo de su espada y la sangre se desliza por esta cayendo hasta donde esta la herida de aquel hombre. Este no tarda en sentir como su cuerpo se calienta, mientras un dolor le invade y su respiración es casi imposible. Aleksey aparta su espada y lo ve revolcarse de dolor, incluso alcanza escuchar sus balbuceos pidiendo ayuda, pero, de nada funciona, su vida se extingue en segundos.

Tras esto, Aleksey cae de rodillas tratando de sostenerse con la espada, el veneno en verdad eral letal, su cuerpo solo estaba tardando en sentir el efecto, pero, justo cuando esta por caer de espaldas, Eldritch la sostiene y la carga.

—alteza...resista, llamaré un sanador.— Eldritch camina a prisa de regreso a la mansión.

—no hace falta...mi cuerpo solo se esta adaptando a un nuevo veneno...— alcanza decir.

Eldritch llega a la mansión y ordena a los sirvientes ir por un sanador, mientras que el lleva a una habitación a la joven, donde la deja suavemente sobre la cama.

Minutos después, el sanador que había llegado a atender a la princesa le dice a Eldritch que ella está bien, solo fue una leve intoxicación por el veneno, pero que su cuerpo, se adapta a este.

—es una característica única en la familia, se dice que es herencia de la emperatriz, incluso su sangre, es venenosa.— explica el sanador.

—he escuchado sobre eso, la vi desmayarse y creí que estaba en peligro.— responde Eldritch.

—entiendo, su alteza no corre peligro, déjela descansar y mañana estará bien.— el sanador hace una reverencia y se retira siendo guiado por el mayordomo.

La archiduquesa no tarda en llegar al haberse enterado de lo sucedido, la mujer luce preocupada, pidiéndole a Eldritch que le diga sobre la salud de la princesa.

—tranquila madre, ella esta bien, solo debe descansar.—

Suspira aliviada.— por un momento creí que algo malo le había pasado. Debes de cuidarla, no la dejes sola.— advierte.

—en todo caso, quien podría quedarse durante la noche en la habitación, debería de ser usted.— responde Eldritch.

—yo no puedo, tengo algo que hacer hasta tarde. Quédate tú, estará mas segura que dejar a una doncella con ella.— insiste la mujer

Eldritch solo deja escapar un suspiro pesado, porque entiende lo que su madre trata de hacer.

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Mientras tanto, en aquel campo, una mujer de cabello negro y ojos oscuros, observa a los mercenarios muertos, en especial a aquel que cuyos ojos y boca habían sangrado por el veneno de la albina.

—malditos estúpidos...les dije que usarán el veneno.— patea uno de los cuerpos y al ver luces que se acercan, corre rápidamente hasta perderse en la oscuridad.

Estos eran los guardias del archiducado que habían ido a verificar sobre esos atacantes y si había algo que les pueda decir de donde vienen.

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