Casada Con Mi Excuñado Discapacitado

Juliette se dirigió al salón de eventos de la empresa y allí la esperaban todos los empleados de la empresa, la mujer se reunió con ellos para presentarse con ellos.

—Buenos días, Soy Juliette King y soy la nueva presidenta de la empresa, a partir de hoy quiero un mejor rendimiento de parte de todos, ya que lo que vi al llegar no me gustó —Hablo y todos estaban muy preocupados es cierto que cuando llegó estaban fuera de sus puestos y se pusieron a ver quien era ella, pero no se imaginaban que era la nueva dueña.

—He visto también que son descuidados con el horario laboral y no me gusta la impuntualidad, los voy a supervisar a todos. —La gente estaba asustada, esta mujer no era como Gerard, a veces ni venía.

—No quiero dejarlos sin empleo, pero tampoco voy a poner en riesgo mi empresa, no permitiré ni una falta, entendido. —Todos respondieron asintiendo.

—Gracias por su tiempo, ahora regresen a trabajar. —La joven se dio la vuelta, había dejado a su esposo en su oficina mientras tenía la reunión, al entrar la joven que estaba en la foto sé su oficina estaba coqueteando con Elijah, pero este no le prestaba atención, solo estaba metido en celular.

—Amor, ya regresé. —Dijo y la joven miro con desprecio a Juliette.

Elijah se levantó casi que corriendo a abrazarla, estaba desesperado por la voz de esa jovencita.

—Mi Amor ya regresaste, mira conocí a la hija de tus tíos. —Ella miró a la joven de arriba a abajo, era bonita pero muy atrevida para su gusto.

—Ti debes ser mi prima verdad, hola soy Geraldine y este hombre tan bello es… Tu hermano. —Hablo con ironía la mujer.

—Es mi esposo Elijah King y yo soy Juliette y dueña de todo esto. —La joven abrió mucho sus ojos.

—Pensé que estabas muerta y no mira nada más, hasta estás casada y con un ring. —Juliette miro a su esposo y hablo.

—Amor, ya hice lo que vine a hacer, nos podríamos retirar, estoy cansada y no trabajaré aquí hasta que redecoren. —Dijo y la joven frunció el ceño.

—Que tiene de malo yo misma la decore. —Dijo y Julie contigo una risa

—Ah, ya veo porque está así. —Susurro y la joven alcanzó a oír y puso mala cara.

—Amelia, por favor, encárgate que la oficina quede como te pedí, puede salir por favor. —Hablo con su secretaria y luego con su prima y esta última puso sus ojos en blanco, paso por el lado de Elijah y le sonrió coqueta y le guiñó un ojo.

Julie timó la mano de su esposo y se dirigieron al elevador para irse, pero una vez la puerta de metal casi se cerraba la mujer, la prima de Julie lo detuvo y se metió haciendo que la rabia de la nueva dueña subiera aún más.

La mujer ignoró a su prima y miro a Elijah coqueta.

—Sería una idea maravillosa si fueran a casa para convivir en familia, no crees… Que dices. —Julie estaba a punto de olvidarse de sus modales cuando sintió que la agarraron de pronto y le estamparon un beso que la dejo sin aire.

Elijah estaba harto de esa voz chillona y también sabía que su pequeña luz estaba a punto de volverse un incendio, así que actuó para evitar una desgracia.

Elijah se separó de su esposa y dejo otro beso más en sus labios, antes de girarse a ver a la mujer a su lado.

—Disculpa dijo usted algo. —La chica suspiro pesado y le regaló una sonrisa fingida, en ese momento las puertas se abrieron y ellos salieron

—Sabes que te amo…—Dijo Elijah en el oído de su esposa y ella sonrió.

—También sabías que te ves divina, celosa. —Volvió a agregar y ella lo miró con una ceja alzada.

—No estoy celosa, además ya pasaste tu etapa de mujeres desagradables. —Dijo y él asintió sonriendo.

—Estoy de acuerdo contigo, además no podría estar con más nadie. —La joven no aguantó y lo besó y así llegaron hasta el auto donde los esperaba el chófer.

Una vez adentro, él la sentó en su regazo.

—Te dije que ese vestido me encanta, se ve todo tu escote y luces hermosa. —Ella sonrió y respondió.

—Por eso me tomaste de la cintura cuando todos me veían.

—Aun Ami el vestido, además solo quise que supieran que eres mía, aparte así usarás un cuello de tortuga, te comerían igual. —Ella lo besó.

—Celoso.

—Y mucho, pero tú no tienes la culpa de ello ni lo que te pongas tampoco.

Puedes salir en bikini y de igual forma te deberían respetar y más si estoy a tu lado. —Otro beso los unió.

El teléfono de Elijah sonó y un número desconocido se reflejó, tomo la llamada para ver que se trataba y la voz de su ex retumbó.

—Elijah mi amor… No aguanto más, no sabes cuánto te extraño. —Elijah miro el teléfono extrañado y respondió cortante.

—Al parecer se equivocó de número… —Antes de colgar ella habló de nuevo.

—Perdón no pude soportar tu accidente, el estrés me hizo reaccionar así y tu hermano me enredo, por favor amor si no regresas conmigo… —Hazlo una pausa y luego habló nuevamente.

—Sin ti no quiero vivir, juro que me cortaré las venas si no me dices que aún me amas y que me perdonas. —Dijo y Elijah habló.

—¿Blancas o rojas?…

—¿Qué, no entiendo amor? —Volvió a decir.

—Las rosas para tu funeral… ¿Quieres que sean blancas o rojas?—Respondió frío y ella sollozó.

—Idiota, yo te amo y siempre te amaré.

—Lamento decirte que yo ya no siento nada por ti más que lastima, tengo a la mujer que amo justo en mis brazos, así que si quieres suicidarte lo más que puedo hacer será regalarte un arreglo. —Termino y cortó la llamada, su esposa lo miró interrogante y él contestó.

—Sabana llamó, dijo que se mataría si no la perdono. —Dijo tranquilo.

—Amor, y… ¿Si lo hace? Sé que tú la amaste mucho y es poco tiempo para que la olvides, si tú la amas yo puedo… —Comenzó, pero él la tomó de las mejillas.

—Hey, yo te amo de acuerdo, no sé por qué fue tan rápido, pero no siento nada por ella, si quiere matarse no será mi culpa, te amo no lo dudes. —Ella sonrió y lo beso.

La pareja se quedó así, uno junto al otro no sabían qué había pasado, pero aquellos grandes amores en sus vidas se volvieron un recuerdo más.