Sin Importar La Edad

_____ Rafael: No me grites.

_______ No estoy haciendo nada malo para que me hables de esa manera tan violenta.

_______ Solo he venido a ver a una amiga que no visitaba desde hace mucho.

_____ Desde que nos casamos me has mantenido encerrada, no puedo salir a ninguna parte sin tu permiso. Como si fuera tu prisionera.

Mi voz se iba quebrando con cada palabra que decía. Mis manos temblaban agresivamente. No podía ocultar el miedo tan grande que le tengo a Rafael.

_______ ¡¿Estás escuchando lo que dices?! _____ Rafael soltó un fuerte grito.

_______ Sí...

_______ Eres mi esposo, pero no mi dueño.

______ ¡No, más, Rafael! _____ Respondí sintiendo como un nudo en mi garganta.

Por un corto tiempo se hizo un incómodo silencio.

Leandro pasó su mano por mi hombro, era una bonita forma de darme ánimos.

Respiré con dificultad, no podía controlar las emociones. Sentía mucho miedo. Era algo que no puedo eliminar de un día para otro.

Fueron 38 años viviendo sometida a la voluntad de un hombre narcisista y manipulador.

No es nada fácil cambiar de un momento a otro. Romper las cadenas de amargura que llevas cargando por tantos años.

El poder que ellos ejercen sobre ti, es demasiado. Te hacen perder la voluntad.

Te metan a la cabeza que sin ellos no eras nada, que dependes de ellos hasta para respirar. Te atan de manos y pies con una cadena invisible.

Te manipulan de tan manera que cuando te das cuenta de que no es normal, ya no tienes salida.

La única luz que hay son ellos. Así que inconscientemente de dejas llevar por ellos.

Te confundan emocionalmente. Cuando quieren te demuestran amor, te hacen creer que eres todo en el mundo. Te llevan al cielo, te hacen la mujer más feliz del mundo, y luego te arrojan a las llamas del infierno, te confunden, eres una muñeca en sus manos.

Tu mente, como mi corazón se van a acostumbrando a los desaires de mi esposo. Tu misma te vas culpando de no poder ser lo que ellos quieren.

Pierdes todo, hasta la vida.

______ Te estás volviendo muy valiente. Debemos hablar cuando vuelva. Vamos a ver si te queda un poco de valentía.

Rafael se atreve a amenazarme, pensando que estaba sola, sin embargo, esta vez se equivocó.

______ ¡Soy tu esposa, no tu esclava!

_______ No te voy a permitir faltas de respeto y mucho menos un golpe más. La paliza que me pudiste el otro día fue la gota que derramó el vaso.

No sé de donde saque esas fuerzas para enfrentarme a Rafael aunque sea por teléfono.

Se escucha la respiración agitada a través de la línea, enseguida, un fuerte ruido, provoca que un escalofrío recorra mi espalda.

______ ¡Vuelve a la mansión, estúpida, de lo contrario lo vas a lamentar!

Levanté la mirada aterrorizada de lo que Rafael me pudiera hacer.

Rafael termina la llamada, y puedo respirar con más tranquilidad.

Leandro se pone de pie y me abraza, mis manos se enredan suavemente sobre su cuerpo, dejando caer mis lágrimas sobre su hombro.

______ Tranquila, ya todo pasó. _____ Me consuela.

______ Estoy sintiendo mucho miedo.

______ Rafael se está volviendo un hombre sumamente agresivo. Tengo miedo de que me pueda agredir. _____ Dije con una voz ahogada en llanto.

_____ ¿Desde cuando su esposo le pone una mano encima? _____ Me preguntó Leandro como todo un profesional.

______ En el pasado, solamente, me gritaba o hacía comentarios ofensivos hacia mi persona, pero, desde hace unos meses todo cambio. Me ha comenzado a poner una mano encima, el otro día me golpeó sin ninguna razón.

______ Me empuja, me hace comentarios sobre mi aspecto físico. Insinúa qué no soy una mujer, que ya mi belleza se fue y que no debería llamarme "mujer".

_______ ¿Nunca trabajaste? _____ Me pregunta Leandro.

Bajé la mirada, no me atrevía ni siquiera a verlo a los ojos.

_______ Debe responder a mi pregunta. ____ Menciona con mucha seriedad.

______ No... _____ Respondí para en seguida agregar.

_______ Desde el momento en que firme el acta de matrimonio me convertí en la sirvienta personal de Rafael.

______ Mi trabajo era arreglar su ropa, tenerla acomodada por orden alfabético. Tener listo sus cosas, arreglarme para que al despertar siempre me vea perfecta.

______ Rafael odia todo aquello que tenga defectos, es demasiado perfeccionista. _____ Hice una leve pausa, me hace difícil seguir conversando sobre esto con Leandro.

______ ¿Te daba algún sueldo, por el trabajo que hacías? ______ Volvió a preguntarme Leandro.

_______ Era su esposa, ¿qué sueldo podía recibir? ____ Conteste.

Leandro apaga el celular donde había grabado toda nuestra conversación.

_______ A partir de este momento debes encontrar donde vivir. Iré a poner una demanda en contra de Rafael por maltrato doméstico.

_______ Al haberte amenazado por teléfono, un Juez te dará la orden para que Rafael se mantenga alejado de ti hasta que salga el divorcio y sí evitar que te haga más daño.

_______ ¿Estás seguro de que Rafael no me podrá hacer nada? _____ Me emocioné mucho al saber que Rafael no podrá hacerme más daño.

_______ Sí... Por ahora debo ir a poner una demanda. Tú debes ir a una psicóloga y tomes ayuda urgente.

_______ De ahora en adelanto todo nos va a ayudar para tu divorcio con Rafael y que él pague todo el daño que te ha causado.

Leandro era tan diferente al chico del pasado. Los años le han venido muy bien, sea convertido en un hombre maduro y mucho más guapo que antes.

________ Haré lo que me pidas. Quiero divorciarme de Rafael aunque no me de ni un solo dólar. _____ Hablé con mucha seguridad.

Leandro se quedó callado, se me quedó mirando de una manera que hace erizar mi piel.

Me sentía como una jovencita tonta que acaba de reencontrar un viejo amor.

_______ ¿Te casaste? ¿Tienes hijos? _____ No puede evitar preguntarle.

Quería saber todo de él, qué fueron de él todos estos años. Leandro movió la cabeza, confirmando una de mis preguntas, en voz baja, dijo.

_______ Me casé y tuve dos hijas. Ester de 12 años y Mariela de 15 años.

Las pocas ilusiones que me había hecho al reencontrarme con Leandro se desbordaron. Forcé una leve sonrisa.