Él es un CEO renombrado, visto por las mujeres como un canalla, está enfocado y siempre consigue todo lo que quiere. ¿Será verdad? Ella, una joven carismática e impetuosa, muy inteligente y por encima de todo muy orgullosa, ¿cederá ante los caprichos de su nuevo jefe?
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Capítulo 12 Não É Não Cara
...**Anne Louize**...
En el asiento trasero del coche, todavía me preguntaba qué diablos estaba haciendo aquí. Vale que fuera fin de semana y que no saliera mucho de fiesta, supongo que fue una mala idea.
Durante todo el camino, notaba las miradas de Jacob sobre mí a través del espejo retrovisor, y cuando él me veía mirándolo, apartaba la mirada fingiendo desinterés.
Después de quince minutos, nos detuvimos en un aparcamiento que conducía hacia la discoteca. Tuvimos facilidad para entrar, ya que entendí que el dueño era el mejor amigo de Jacob, quien hizo una llamada y los guardias nos dejaron entrar de inmediato. Beneficios de tener buenos amigos.
Fuimos directamente a la zona VIP. No voy a mentir, fue una buena idea venir, de vez en cuando es divertido. El lugar está lleno, hombres guapos por todas partes. Nos mezclamos en la multitud y bailamos como si no hubiera mañana. De vez en cuando, pillaba a Jacob mirándome.
Muy cansada y sudada, salí de la multitud y me dirigí hacia la barra, donde había más tranquilidad y menos ruido. Pedí un chupito y lo bebí de un trago, eso me animó un poco. Pedí otro al camarero.
Un chico habla desde lejos.
...- Cuidadito, princesa, así vas a acabar borracha enseguida.
Casi me río de su comentario.
*Louize* - Gracias\, pero ya he bebido antes y sé lo que hago.
...- Vaya delicadeza, pero voy a ignorarlo. ¿Quieres una compañía bonita?
*Louize* - No\, gracias. Solo quiero disfrutar de la música y ya tengo mi compañía aquí. - Agito el vaso hacia su dirección\, esperando que se dé cuenta y se vaya.
...- Wow, me encantan las mujeres con temperamento fuerte.
Dice esto acercándose aún más.
...- Soy Devon, ¿y tú?
No tenía ganas de conocer a nadie, y menos a este tío engreído.
*Louize* - Mira\, lo siento\, no quiero ser borde contigo\, pero no quiero tu compañía. Esta discoteca está llena de mujeres guapas\, ve a jugar tu encanto con ellas\, seguro que tienes éxito.
No miento, era atractivo, pero simplemente no había conexión.
*Devon* - No quiero a ninguna otra\, la que más me ha llamado la atención está justo delante de mí. Venga\, ¿te haces la difícil ahora? Conozco a tu tipo\, jovencita.
Insiste, con una sonrisa traviesa me agarra con fuerza, besa mi cuello y luego mi boca. Por instinto, desvío la boca para evitar el beso y, sin pensarlo dos veces, le golpeo justo en el medio de las piernas. El bastardo cae al suelo retorciéndose de dolor. Salgo corriendo como una loca y, sin darme cuenta, choco de frente con los brazos fuertes de Jacob.
*Jacob* - Tranquila\, mujer\, ¿estás huyendo de alguien? - Me pregunta\, sosteniéndome y apartándome el pelo de la cara.
Estoy destrozada, sudorosa, un caos total.
Sin darme tiempo a responder, Devon aparece frente a mí y me asusto tanto que grito.
*Devon* - Maldita perra\, me has dado de lleno\, todavía duele. Voy a enseñarte cómo respetar a un hombre. - Dice acercándose amenazante hacia mí.
En ese momento, Jacob se coloca delante de mí, protegiéndome.
*Jacob* - Si fuera tú\, no haría eso\, ten cuidado con lo que dices\, o tendré que enseñarte cómo tratar bien a las mujeres.
*Devon* - Ah\, veo que la zorra ha encontrado un defensor. Bueno\, ya veremos\, mocoso.
Sin darle tiempo a responder, Jacob le golpea en la nariz, lanzándolo por los aires y chocando con la gente que estaba cerca.
Los curiosos nos miraban atentos, Devon se recupera y viene hacia Jacob como un toro, pero sin éxito. Jacob le da otro golpe certero, inmovilizándolo con una llave de brazo. En ese momento, una multitud nos rodea, y los guardias llegan abriendo paso entre la gente, agarrando al agresor y echándolo fuera del local. Nunca había agradecido tanto el salir de una confusión como esa.
Jacob corre hacia mí.
*Jacob* - Eh\, ¿estás bien? ¿Te hizo daño? Todo ha terminado... - Dice abrazándome.
*Louize* - Estoy bien\, gracias por defenderme. Hay hombres que no saben aceptar un no.
Com toda la confusión, terminamos perdiendo de vista a Jessy. La música volvió a sonar a todo volumen y rápidamente olvidamos todo el lío del que acabábamos de salir. A pesar de ello, la noche aún no había terminado por completo.
