Isabella, tras ser traicionada y asesinada, reencarna en un universo que creyó solo existir en las páginas de un libro. Ahora, en un cuerpo ajeno, sus poderes mágicos comienzan a despertar mientras enfrenta pruebas arcanas y oscuros secretos que amenazan con destruirla.
Rodeada de criaturas míticas y antiguos grimorios, deberá descubrir la verdad de su nuevo mundo. En esta segunda vida, la batalla por su destino apenas comienza.
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Capítulo 2: El grimorio
Alguien toca suave y bajo a la puerta, Isabella no sabía quién pudiera ser, hacía poco unas doncellas habían entrado para ayudarla a bañarse y darle la cena; su madre también había vuelto a pasar, ya estaba más calmada, pero se había tenido que ir lo cual había puesto un poco triste a Isabella.
En los recuerdos que tenía, la condesa amaba mucho a la chica, pero se la pasaba viajando, en ese mundo las mujeres también podían trabajar y tener títulos o negocios, aunque los padres aún podían decidir con quién casarlas; su madre era alguien importante, tenía negocios en varias ciudades, pero a veces requerían su presencia o la del conde y no le quedaba más opción que irse y dejar a Isabella bajo el cuidado de sus doncellas o de su institutriz.
Cuando Isabella había visto a su madre después del accidente se había sentido feliz y había llorado porque no la veía desde hacía meses, al parecer, cuando había caído en coma le habían avisado y por eso estaba ahora con su hija. Quizás no era la madre de ella realmente, pero su cuerpo la quería mucho y no podía evitarlo.
Vuelven a tocar sacando de sus pensamientos a la chica y con pereza se levanta para abrir la puerta. Una niña como de su edad le sonríe del otro lado; largo cabello gris, ojos azules como un cielo despejado, y una tez tan pálida como delicada, realmente el nombre le sentaba perfectamente, Christal la miraba como esperando que la dejara pasar.
- Adelante, pasa- dice sin ganas Isabella.
- ¡Oh, Isa, estaba muy preocupada por ti! Le pedí a papá que me dejara verte y me dijo que ya no había problema y que estabas despierta.
Christal se sienta en un sofá que había en la habitación con total confianza y le habla despreocupadamente sin notar que Isabella no le prestaba atención. La pelirroja regresa a la cama y se tapa casi completa, de verdad no quería lidiar con la chica, no le parecía mala, pero su nivel de sociabilidad estaba bajo en esos momentos.
- Isa, mira, te traje chocolates, papá los trajo de su viaje con mamá- Christal se levanta y camina hasta su lado, le pone los chocolates sobre la mesita de noche y le sonríe.- ¿Cuándo te mejores ya podremos jugar a las escondidas?- Isabella se comenzaba a sentir ansiosa y le responde cortante.
- Christal, en vez de andar jugando, deberías estudiar más, creo que estás siendo negligente con tus clases.- Christal la mira interrogante.
- Negligente ¿qué significa eso Isa? Realmente eres muy inteligente.
Isabella rueda los ojos, no podía creerlo, ignorando a la chica, toma uno de los bombones y lo abre para luego comerlo. Era chocolate con leche y dentro tenía una crema de maní deliciosa. Hace un pequeño gesto de satisfacción al probarlo.
- Te lo dije, mira, prueba éste, tiene algo verde dentro, está muy raro pero sabe bien.
- Christal, por favor, te agradezco los chocolates, pero ¿te puedes ir?- la albina la mira triste y asiente.
- Vale, nos vemos luego entonces.
- Sí, sí, lo que digas, pero déjame, por favor.- Da la vuelta y se marcha con la cabeza baja.
- Finalmente, sola pero no entiendo ¿cómo fue posible que la tonta de Christal engañara a todos haciéndoles creer que era la heroína?- se pregunta Isabella.
En la novela Christal era descrita como alguien alegre y sociable, también se narraban varios sucesos en los que ella había salvado a personas de morir y los ciudadanos la veían como alguien valiente. Por sus características había logrado llamar la atención del rey y la reina, por lo que en un acuerdo con el conde, le habían presentado al príncipe, Philips Klinger y el amor había surgido sólo.
Isabella se recuesta y prueba otro chocolate, realmente estaban deliciosos. Alguien vuelve a tocar, y ella irritada rueda los ojos, no quería volver a levantarse así que desde la cama manda a pasar.
- Con permiso- Era una chica bonita, de cabellos y ojos marrones, radiaba tranquilidad y belleza.
- ¡Oh, Luna, eres tú!- se alegra de verla, por lo que Isabella recordaba de la historia, y por las memorias de su cuerpo, Luna era la institutriz que la cuidaba y enseñaba, era muy ingeniosa, aunque a veces podía ser algo misteriosa, solía aparecer de la nada y sorprender a Isabella.
- ¿No crees que deberías salir ya de esa cama? Llevas varios días sin preocuparte por tus estudios- Isabella asiente.
- Mañana temprano nos podemos ver, aunque...- piensa por un momento- Luna, ¿sabes dónde puedo encontrar un grimorio?- la morena la mira curiosa.
- Sí, creo que tengo uno que te puede ser de utilidad, fue un regalo de una amiga, una poderosa bruja, pero te advierto, si no tienes el don, no vas a poder usarlo, de hecho, sólo una bruja real puede entender lo que dice, ¿para qué quieres algo así?- se cruza de brazos.
- Digamos que tengo un buen presentimiento y quiero hacer una prueba. ¿Y cómo es posible que tengas algo así, Luna, incluso conocer una bruja poderosa?- por lo que sabía de la novela, en ese mundo sucedía lo mismo que en el suyo, las brujas eran muy raras debido al poder que tenían, en el pasado las habían eliminado poco a poco por la envidia y el odio de otros seres logrando que existieran cada vez menos.
- Estás muy preguntona tú, a demás de conversadora. El grimorio me lo dejó para cuidarlo y dárselo a quién realmente lo mereciera, mi amiga sabe que viajo mucho y existía la posibilidad de encontrar alguien con el don que fuese merecedor de los conocimientos que ahí se guardan.
Luna se acerca y de entre las sombras hace aparecer un libro grande, Isabella se asombra por cómo hizo para manifestar el grimorio. Su cubierta era negra, un pentagrama sobresalía y en letras doradas Isabella podía leer el nombre.
- "El Gran libro de los Hechizos". Qué interesante el nombre- Luna la mira de forma burlona y se le acerca.
- ¿Sabías que nunca supe cómo se llamaba el libro?- se aleja y se ríe- parece que esta traviesa guarda un secreto, supongo que cuando sea el momento me lo dirás. Toma, creo que con el simple hecho de que pudiste leer el nombre, te hace alguien merecedor, no necesito verte usándolo, para saberlo.
Luna le coloca el grimorio sobre la mesita de noche, le deja un beso en la cabeza, Isabella le sonríe y cierra los ojos, pero cuando los abre, la chica ya no estaba. Era muy rara su institutriz, pero se veía que la quería mucho.
Con cuidado toma el libro y al momento unas cosquillas en su piel se hacen presentes, podía sentir el poder que guardaba aquel viejo objeto. Lo coloca sobre sus piernas y comienza a leer y hojearlo, habían demasiados hechizos que no se conocía. En su vida anterior tenía uno, pero no era ni la mitad de éste, se sabía varios hechizos poderosos y los utilizaba cuando eran necesarios en su trabajo, aunque realmente empleaba más las armas. La chica hace un cálculo y suspira, para poder aprenderse tantos hechizos tendrían que pasar años, sabía que debía ser diligente con su estudio y preparación, más aún frente al futuro que le podía esperar si ella no cambiaba varias cosas, y una de ellas era su estado físico. Se mira sus flacuchos brazos y niega con la cabeza.
- Con razón nadie se fijaba en ti, Isabella, si eras un hueso.
La chica no iba a esperar al día siguiente para comenzar a estudiar, lo haría en ese mismo momento, busca al inicio del grimorio y lee con cuidado. La noche había pasado, Isabella sin darse cuenta se había quedado dormida y alguien le había colocado el libro nuevamente en la mesita y la había arropado. Cuando abre sus ojos al día siguiente se percata de ese detalle y se pregunta quién habría sido.
Unas doncellas entran a ayudarla a vestirse y prepararse, Luna la esperaba ya en el estudio para comenzar con las clases de ese día. En su camino por los pasillos iba mirando todo curiosa, ve un jardín y como le quedaba tiempo, sale a observar también el lugar por fuera, hasta que se topa con alguien. Un chico más alto que ella, ojos azules y cabellos rubios, sus ropas eran muy elegantes, llevaba una capa y una especie de armadura, al verla le regala una sonrisa y camina hasta ella.
- Ayer me contaron que ya habías despertado. Mira que te he dicho que tengas cuidado montando- quién le hablaba era Liam Grant, su hermanastro.
- Liam, no te preocupes, no lo volveré a hacer, tendré más cuidado para la próxima.
- Más te vale, por cierto, mañana hay una fiesta en el palacio y Christal es demasiado inmadura para ir, ¿quieres ser mi acompañante? Es el cumpleaños del príncipe, a demás viene el joven emperador de Gevil, será el invitado especial.
- Vale, iré contigo, supongo que es bueno hacer nuevos amigos, disculpa, Liam, pero me debo ir, Luna me espera para mis clases y no quiero llegar tarde.
Liam sin que ella lo esperara se acerca y le besa la frente, el gesto la toma por sorpresa, se queda paralizada por unos segundos y cuando vuelve en sí, Liam la miraba. El beso se había sentido muy extraño, le había traído un mal recuerdo a la mente, mueve su cabeza a los lados, como si se tratara de sacudir esas ideas y le sonríe de vuelta al chico.
- Nos vemos después, Liam.
Isabella se da la vuelta y se marcha. Como por instinto sabía dónde quedaban las cosas, su cuerpo seguía caminando hasta que llega a su estudio personal. Abre la puerta y Luna la recibe, ambas hacen una reverencia y se sientan.
- No deberías acostarte tarde estudiando, si quieres hacemos un espacio en el horario para que aprendas los hechizos.
Isabella se sorprende ¿acaso Luna era adivina? la mira con curiosidad y la morena se ríe. Le hace unas cosquillas y le habla.
- Tú no eres la única que guarda secretos.
Le guiña un ojo. Era como si Luna conociera su pasado y algo más, debía descubrir qué sabía su institutriz, pero antes necesitaba conocerla mejor, quizás en el futuro pudiera combatirse en una buena aliada.
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Hola 👋 chic@s:
Imagino que quién ya conoce a Luna sabe qué no es cualquier institutriz y qué clase de secretos guarda 🤫 Para aquellos que no lo saben, un grimorio es un libro de conocimiento mágico; en algunas culturas es conocido por servir de ayuda a las brujas, pues contenían hechizos, y éste que aparece en la imagen lo creé con una IA especialmente para la historia, los hechizos van a aparecer escritos en latín, después sabrán el porqué de ésta elección mía.
Como ven, ya conocimos a la "protagonista" original de la historia de Isabella y a su encantador hermanastro. En el próximo capítulo conoceremos a otros personajes importantes también.
Espero que lo poco que han visto les esté gustando, trataré de actualizar aunque sea una vez al día para no dejarl@s esperando tanto. Sin más, adiós.
Mua Mua 😚❤️
Los lectores:¿!Queen!?😱
a quien no le gustaría perder a propósito para quedarse con él XD
eres increíble al hacer estás escenas
creo que hasta yo tuve un 0rga.m...😂😂😂