Cuatro Para Mi Secretaria

Cuatro Para Mi Secretaria

Capítulo 1 Chegando Em Nova York

Anne Louize Clifford, acabo de cumplir 22 años, llevo mucho tiempo planeando mi traslado a Nueva York, incluso en contra de los deseos de mis padres, que nunca lo entenderían.

Quiero perseguir mis sueños, aunque mis padres no entienden esta fascinación por Nueva York, podría quedarme en Nueva Jersey y buscar trabajo aquí a nivel local, pero eso no es lo que yo quería.

Soy recién licenciada en periodismo y llevo tiempo buscando trabajo aquí en mi ciudad, por insistencia de mis padres.

Al fin y al cabo, nunca apoyaron mi traslado a Nueva York, siempre creyeron que me iría muy mal allí, teniendo que pagar un alquiler y arreglármelas por mi cuenta en aquella ciudad de perros.

Al final se cansaron de mi insistencia y me ayudaron con unos ahorros, que me bastarían para estar tranquilo durante un año hasta que pudiera recuperarme del todo, y me facilitarían encontrar un trabajo decente, según dijeron.

Mi hermano mayor Alex se graduó en medicina, está comprometido desde hace dos años, actualmente trabaja en uno de los hospitales más renombrados de la ciudad. Allí conoció a su prometida Holy, ella es una maniática del control y nunca me ha gustado como trata a mi hermano, pero si él la ama no es asunto mío.

Han sido unas semanas largas buscando un lugar donde alojarme en Nueva York que sea asequible para mí, y he encontrado un sitio que, en el anuncio, dice que es tranquilo, con un ambiente familiar, detalle que agradó a mis padres.

El piso está completamente amueblado, una ventaja para mí, me ha facilitado la vida, sólo tengo que preocuparme de llegar y organizar mi ropa y algunos objetos para hacerlo más mío.

Pasa una semana, me despido de mi familia en el aeropuerto, mamá llora compulsivamente y papá, como siempre, no expresa mucha emoción.

Mum_ Por favor, llama tan pronto como llegues, no me hagas preocuparme.

_ Mamá, deja de llorar, no me voy al otro lado del mundo, Nueva York está aquí al lado, puedes visitarme todas las veces que quieras, ven aquí y dame un abrazo.

Nos abrazamos, me separé de mamá llorando, me acerqué a mi padre y le di un abrazo.

Pai_ Juicio jovencita, te deseo suerte, y si algo sale mal puedes correr a casa.

Le pongo los ojos en blanco, aún no lo saben, sé que algún día estarán orgullosos de mí.

\Gracias papá, chicos, os quiero, pero tengo que irme o perderé mi vuelo.

Sin contener mi emoción, lloro, pero lejos de ellos, un poco decepcionada de que mi hermano no haya venido en persona a despedirse de mí, enviándome sólo un mensaje de texto, diciendo que no pudo venir porque estaba atrapado en una llamada, por tristeza y un poco de orgullo termino por no responder a su mensaje.

Tras un vuelo rápido, llego a Nueva York, cojo un taxi en el aeropuerto y me dirijo directamente a la dirección donde estará mi casa durante los próximos meses.

Primeras impresiones: el caótico tráfico me dejó agotadísima, el taxi paró delante de un edificio con fachada antigua, el taxista fue muy amable y me condujo hasta la recepción, aunque insistí en que no necesitaba ayuda, se lo agradecí con una propina muy generosa.

En el edificio, un joven que parece ser el recepcionista me mira de arriba abajo y se dirige a mí con cierto desdén.

Hola, señorita, ¿puedo ayudarla en algo?

_. Hola, me llamo Anne Louize Clifford, reservé uno de sus pisos hace unas semanas. (Confiada).

Recepcionista_ Supongo que pagó el alquiler por adelantado, y envió toda la documentación por correo electrónico como se le pidió, porque puedo decirle que no alquilamos nuestros pisos a cualquiera.

Inmediatamente me pongo roja, no de vergüenza sino de rabia. Cómo se atreve a tratar así a alguien, independientemente de que yo pudiera o no permitirme alquilar uno de los pisos de aquí, debería tratar mejor a sus clientes.

Pagué el equivalente a seis meses de alquiler por adelantado, y envié toda la documentación por correo electrónico como se me solicitó, firmando así un contrato registrado en el notario el cual fue enviado semanas atrás, y si eso es todo, le pido que me entregue la llave de mi apartamento ahora mismo, ya que estoy cansada del viaje y para llegar aquí enfrenté un tráfico infernal.

Consciente de quién se trataba, sin más que decir, el joven Recepcionista me mira con una mirada furiosa, toma la llave y me la entrega, le agradezco y me alejo de su vista.

Con mucho esfuerzo tomo mi equipaje y lo meto en el ascensor, fueron necesarios dos viajes para cargar todo.

Bueno, eso es todo, sexto piso apartamento seiscientos uno, mi nuevo hogar.

Siendo una buena chica preparada, un mes antes de mudarme, envié algunos currículos a las principales revistas de la ciudad, meses atrás ni siquiera imaginaba que mi vida tomaría este rumbo, las oportunidades estaban ahí y no quise desperdiciar ninguna oportunidad de crecer en la vida, de ser alguien, y Nueva York es perfecta para eso.

Después de un largo baño, llamo a mis padres para avisarles que estoy bien y que tuve un buen viaje, les envío algunas fotos del apartamento para tranquilizarlos un poco más.

Mi madre todavía está un poco emotiva, papá sabe bien cómo calmarla, Ale aún no ha llegado a casa, comienzo a sentir sueño, me despido de mis padres, mi cuerpo está consumido por el cansancio y finalmente me quedo dormida.

... Continúa.

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