Santiago Santoro, es un empresario muy exitoso que le huye al amor y no desea por nada del mundo formar una familia, por tal motivo se comprometió con Diana Lois, una mujer fría, calculadora y ambiciosa al igual que él. Sin embargo, su abuela Giovanna no está dispuesta a ver como su nieto se arruina la vida a lado de una mujer frívola, y le exige que cambie de opinión o de lo contrario perderá toda su fortuna. Santiago con miedo a perderlo todo, decide alquilar un vientre y tener el hijo que tanto desea su abuela, sin arruinar la hermosa figura de su novia. Pero de repente su vida cambia por completo, cuando debe dirigirse a un hospital a buscar a su verdadera hija, una hermosa niña prematura, de ojos claros que necesita con urgencia un tratamiento médico para salvar su vida.
Sin embargo, Karen Jones ¿Será capaz de abandonar a su hija realmente ? o ¿Hará todo lo posible por estar a su lado?
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Capítulo N°23
Pietro observaba como ella degustaba cada uno de los bocadillos y por un momento pensó en que Karen tenía muchas cosas en común con su madre. El aún no salía de su asombro, estaba como ido pensando en que su sobrina estaba esperando un hijo y él sería tío abuelo de una hermosa niña y seguramente era la hija de Santiago Santoro.
⎯ ¿De cuántos meses estás?⎯ preguntó para hacer cuentas mentales.
⎯ De 7 meses recién cumplidos; sin embargo ya no aguanto tanto peso.
⎯ Tu vientre es pequeño para esa edad de gestación.⎯ comentó Paola con obvia preocupación.
⎯ Lo sé, mi doctora dice qué se debe porque la niña no come lo suficiente, está creciendo lo justo y necesario por mes y eso que como de todo.⎯ explicó con pena.
⎯ No te preocupes, los últimos meses los bebés se ponen fuertes.
⎯ Eso espero, además aunque mi vientre no es muy grande igual me pesa, siempre estoy cansada y lo único que deseo es dormir.
⎯ Yo dormir 15 horas al día, eso es normal y el resto del tiempo solo deseaba comer.⎯ le comentó Paola para tranquilizar a la joven.
Pietro nuevamente se mantenía en silencio, él había confirmado sus sospechas y ahora tenía que seguir indagando.
⎯Te ves muy hermosa, ¿y tu novio como se llama?⎯ interrogó simulando inocencia.
⎯ No tengo novio.⎯ respondió al mismo tiempo que dejó la servilleta en la mesa y la apretó con fuerzas, el momento que temía desde que se encontraron estaba por llegar.
⎯ Debe haber alguien que se haga cargo de las dos.⎯ comentó Pietro.⎯ No creo en los milagros y esa niña no es del espíritu santo.
⎯ ¡Pietro!⎯ Paola lo pateó por debajo de la mesa y lo miró enfurecida; entonces se disculpó.⎯ Perdón corazón, mi esposo a veces no tiene tacto para decir las cosas. Es muy tonto para algunas cosas.
⎯Lo entiendo, pero no lo disculpo.⎯ fue su firme y contundente respuesta.
⎯ Pero el padre sabe de…⎯ volvió a preguntar pero ella lo interrumpió.
⎯ No hay nadie. Mi niña es solo mía y su padre no sabrá jamás de su existencia.⎯ respondió con una voz tan gélida como si fuera un témpano de hielo.⎯ Y respondiendo a la pregunta que seguramente se estás haciendo; sin embargo es muy cobarde de formular, la respuesta es sí. Eva es hija de Santiago Santoro, pero él nunca podrá reclamar su derecho como padre.
⎯ ¿Estás segura?- intervino Paola.⎯ ¿No quieres que él te ayude, o conozca a su hija?
⎯ Muy segura, ese hombre es un mujeriego, por su culpa me golpearon y para colmo me enteré que mientras estaba con Estrella y conmigo ya estaba comprometido con una modelo muy famosa.⎯ sin querer su voz se quebró.⎯ Es un patán y no quiero relacionarme con él.
⎯ Me parece perfecto.- Pietro tomó su mano.⎯ Respetaremos tu decisión y no le diremos nada.
Karen al sentir su contacto retiró con urgencia la mano, la sensación extraña que le produjo ese roce no lo sabe explicar y tiene temor, nuevamente sus alarmas se encendieron.
⎯ Él siempre llama preguntando por Cielo.⎯ intervino Paola.⎯ Quizás debas escuchar lo que tiene para decir.
⎯ Yo no soy cielo, soy Karen.
⎯Tienes razón y lo lamento.- la mujer se disculpó nuevamente.
⎯ Niña, no le diremos nada a Santoro.⎯ habló Pietro firmemente.⎯ Pero debes prometerme una cosa antes de salir de este lugar.
⎯ No tengo porqué obedecer, ni prometer nada.⎯ los miró enfurecida.⎯¡ Ustedes no son nadie para exigir nada de mí, ni siquiera los conozco! ¡Déjenme en paz!
Karen se puso de pie y aprisa quiso huir del lugar pero tuvo la mala suerte de chocar con una mesa antes de salir de la confitería dejando solo al matrimonio. En la esquina detuvo un taxi y se alejó lo más rápido posible. Dentro del vehículo comenzó a sentir un dolor punzante entre sus piernas y le pidió al chofer que se apresure.
⎯ Señora, ¿se encuentra bien?
⎯ ¡No! ⎯ se agarró del respaldo del asiento del acompañante y respiro con dificultad.
⎯ Oiga, no se le va ocurrir parir dentro de mi auto.⎯ el chofer la miro por el espejo retrovisor.
⎯ Usted solo conduzca.⎯ se agarró su vientre con terror y le habló a su hija.⎯ Calma bebé, debes quedarte tranquila y aguantar, aún no es hora para llegar a este mundo.
⎯ Llegamos, bájese, el viaje es gratis.⎯ el taxista observó como ella desciende con dificultad y arrancó antes que quiera ir a un hospital y le manche el tapizado.
Ella estaba tan nerviosa que apenas llegó a la casa agarrando su vientre y sudando frío. Sus partes bajas le dolían y sentía como un líquido tibio bajaba por sus piernas y ya no tenía ninguna duda de que la niña estaba por nacer.
⎯ ¡Eve, Eve!⎯ gritaba a medida que se aferraba a la pared e intentaba caminar.⎯ ¡Eve necesito tu ayuda!
Eve apareció en la sala con su pijama puesta y al ver la expresión de horror en el rostro de Karen llegó a su lado, colocó un brazo sobre su hombro y la ayudó a llegar al sofá.
⎯Tranquila, no te pasará nada.⎯ tomo su pulso y le hablaba muy suavemente para que se relaje.⎯ Estoy aquí.
⎯ Eve, no puede nacer ahora, es muy pequeña.
⎯ No te preocupes los niños prematuros son muy fuertes y sobreviven.
Carolina llegó con Dylan en ese preciso momento y se sorprendió al ver el rastro de líquido y sangre desparramado por el piso.
⎯ ¿Qué pasa?
⎯ Se adelantó el parto, la bebé ya viene.⎯ contestó Eve al mismo tiempo que le ordena a su hermana.⎯ Trae mi celular está en la mesa de luz y lleva a Dylan con la vecina, la bebé ya viene.
⎯ No quelo ir con la vecina, quelo ver a la bebé.
⎯ Dylan, vamos cariño, mañana visitaremos a la bebé en el hospital. Hoy tienes que ser un buen niño y obedecer.
⎯ ¡Caro trae las cosas!⎯ gritó Eve al ver que Karen está perdiendo mucha sangre.
⎯ Perdón, yo solo le explicaba...
⎯ ¡Ve, no tenemos mucho tiempo!
Carolina corrió a la habitación y regresó con el maletín y el celular. Eve llamó a emergencias al mismo tiempo que le tomaba la presión para verificar sus sospechas, la presión estaba muy baja, entonces preparó una solución fisiológica con una medicación y le aplicó el suero.
Los ojitos curiosos de Dylan estaban cristalizados, entonces le tiró de la falda a su madre y le preguntó.
⎯ ¿El mouto se va a morir?
⎯ No mi vida, la tía va a curar a Karen.⎯ Caro alzó en brazos a su hijo, lo llevó al cuarto y comenzó a preparar su mochila.
⎯ Mami, no quelo ir con la vecina.
⎯ Está bien.⎯ dejó todo en su lugar.⎯ Quédate jugando en el cuarto mientras ayudo a Eve.
⎯ Si.
Caro besó la cabeza de su pequeño y regresó a la sala, justo a tiempo para recibir a los paramédicos y ver cómo Eve en pijamas acompañaba a Karen en la ambulancia.
