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Una Novia Para El Príncipe

Una Novia Para El Príncipe

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Aventura de una noche / Embarazada fugitiva / Riqueza en una noche / Pretendiendo ser otra persona / Mujeriego enamorado
Popularitas:29.7k
Nilai: 5
nombre de autor: GénesisAleex

Su nombre es Mia Velasquez, ella justo a dos amigas había habían viajado a una hermosa isla en el mediterráneo remota, con una cultura impresionante aunque desconocida para muchos, lo más atractivo de ese lugar es que aún existía la monarquía.

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Capítulo 02.

La adrenalina corría por las venas de Mia. Nadie vendría a su rescate. Después que estos desalmados abusaran de Ella seguramente la iban a echar a un río o un basurero, esa era las ideas perturbadoras que pasaban por su cabeza, mientras sentía una sucia mano tocar por debajo de su muslo subiendo descaradamente hasta que:

—  ¡Quítale las manos de encima, ahora!— Escucho una voz furiosa. Todos los chicos se apartaron de Mia, ella como pudo se acomodó el vestido noto que le había roto el tirante se le veía parte del sostén.

— ¿Quién eres tú para mandarnos? Es mejor que sigas tu camino sino quieres problemas— Le dijo uno de los chicos.

Mia miro aliviada y agradecida que es Sebastián que estaba ahí pero luego cayó en cuenta que ellos eran cinco y él solo uno, temió por su vida aunque aparecía no estar preocupado sino molesto, sus manos cerradas en un puño.

— Si no dejan a la señorita les voy a partir a la cara a cada uno de ustedes— Dice gritando de la rabia, mientras miraba furioso a los cinco chicos que sostenían a Mia.

— De verdad que eres muy valiente a enfrentarte tú solo contra cinco—. Dijo burlándose.

Uno de los chicos tomo del brazo a Mia con fuerza, haciéndola llorar de nuevo asustada, eso como que enojo más a Sebastián, se aproximo al chico que la sostenía y le dio un golpe tan fuerte que lo tumbo al suelo.

Pero otro de los chicos, golpeo a Sebastián. Terminaron todos en una gran pelea, Mia veía horrorizada como los cincos se abalanza sobre él, aún llorando trato de ayudarlo golpeando a los otros con los puños y patadas.

— Suéltenlo, imbéciles— Les gritaba, golpeando a uno de ellos en la espalda— ¡Dejenlo ya!

Sebastián también los golpeaba aunque eran más, parecía que aquello no tenía fin, nadie aparecía para ayudarlos hasta que se escucharon unas sirenas de policía a lo lejos. Los chicos salieron corriendo hasta la camioneta algunos iban con moretones pero Sebastián estaba en el piso quejándose con la mano en la nariz se la habían roto, Mia se agacho ayudarlo.

— Oh, Dios mío. ¿Estás bien?—Viéndole el moretón que tenía bajo la mejilla.

— Si, no te preocupes por mí —Se levanto del piso como pudo. Mia vio preocupada la sangre que corría por su rostro.

— Es mejor pedir ayuda, tal vez llamar a una ambulancia, no te veo muy bien- Le sugirió preocupada.

- Estoy bien y tu ¿como estas? ¿No te hicieron nada?

- No, gracias a ti que llegaste a tiempo.

Sebastián iba a caminar pero parecía que le dolía el abdomen temiendo que le habían fracturado alguna costilla, se tuvo que apoyar de su auto tratando de respirar porque ardía como el infierno. Mia se sentía realmente culpable, después de todo él se habría ofrecido a ayudar pero por su terquedad ahora el pobre chico está herido y ella no siquiera tenía un celular para llamar una ambulancia.

— Estas herido, seguro tienes alguna costilla rota. Debemos ir al hospital—.Dice Mia corriendo a su lado mientras lo ayuda a sostenerse para que no se cayera.

— Nada de eso, solo necesito tomarme unos segundos para reponerme ¿Sabes manejar?

—No...—Se lamento—.Mira allá se ve un motel, podemos pedir algo para curarte esas heridas y llamamos a la policía. Vamos— Ayudándolo para que se apoyara de ella colocando su brazo alrededor de sus hombros.

Cuando llegaron al motel que estaba vacío excepto por la recepcionista, una mujer con canas debía tener como setenta años, ayudo a Sebastián a sentarse en el vestíbulo mientras Mia camino hacía la anciana.

— ¿En qué puedo ayudarlos?—Pregunto amablemente aunque un poco alerta porque la manera que Mia sostenía a Sebastián para que no terminará cayendo al suelo.

— ¿Será que tiene algún botiquín? Es que tuvimos un incidente hace un momento. Golpearon a mi amigo, por favor— Dice mirando a Sebastián quién tenía sangre saliendo de su nariz.

La mujer se alarmó miro al herido, luego a Mia.

— Si, claro. Sería mejor que lo llevarás alguna de las habitaciones, así estará más cómodo.

— Bueno deme la habitación—.La reservo pago con el poco efectivo que tenía.

— Ahora mismo le subo el botiquín— Dándole la llave, Mia fue hasta Sebastián, lo ayudo a ponerse de pie. Subieron las escaleras a pasos lentos porque a él le dolían mucho las costillas. Cuando llegaron Mia abrió la puerta con su mano desocupada, al entrar Sebastián se sentó en la cama. Al rato llego la mujer con el botiquín.

— Déjame curarte. Estás muy golpeado. De verdad perdóname fue mi culpa—.Le dijo con voz quebrada con lágrimas a punto de salir.

— No tienes porque disculparte— Acostándose en la cama despacio, apoyando los codos en el colchón.—No iba a permitir que esos pervertidos abusaran de ti.

— Pero pudieron matarte, ellos eran más.

— Lo sé, aunque yo también les di unos buenos golpes.—Tratando de sonreír, pero eso no calmo a Mia seguía angustiada y nerviosa—  Tranquila, estoy bien.

— No estoy segura de eso— Saco del botiquín, el algodón y alcohol. Se lo paso por las partes que tenían heridas, algunas veces se quejo así que Mia lo hacía lo más delicado posible— Quítate la camisa— Dice sonrojada agradeció que no hubiera mucha luz y él no podía notarlo.

— ¿Qué?— Sorprendido pero enseguida una sonrisa pícara se asomo en sus labios. Ella solo pudo poner los ojos en blanco.

— Para ver si tienes más heridas.— Tartamudeo nerviosa evitando mirarlo a sus ojos grisáceos que la miran confusión.

— No puedo, me duele mucho los brazos—.Dice el chico, Mia respiro largamente se acerco a él.

— Bueno yo te ayudo—.Con dedos temblorosos, le fue quitando la camisa. De verdad que ese hombre tenía un cuerpo fabuloso y unos brazos fuertes, seguro iba al gimnasio al menos dos veces por semana, Mia trato de no pensar en eso. Se sobresalto cuando él toco su cabello.

— Gracias.— Le dijo en voz baja y dulce. Mia se le erizo la piel y el corazón le latía con rapidez, se aparto de su lado. Vio que tenía algunos moretones en el abdomen.

— ¿Te duele?—Tocándole el estomago con cuidado. Pero él no decía nada solo la miraba fijamente, Mia se puso nerviosa y quitó la mano.

— No...— Sonrió, podía notar que las mejillas de la chica estaban sonrojadas— Me siento mejor. Aquí hace mucho frío, y tú con ese vestido— Mirándola de arriba bajo— Acuéstate conmigo, aclaro que cuando digo así es para que agarres calor— Se echo a reír, al verla fruncir el ceño y cruzarse de brazos— Sonó mal de todos modos mis palabras.

Mia no pudo contener la risa por mucho tiempo, comenzó a rejalarse un poco al fin de cuenta, el chico la había salvado de una violación,  aunque por dentro se estaba muriendo de la vergüenza.

— Si entiendo lo que quieres decir, en realidad me muero del frío— Se acostó en la cama con él, cubriéndose con las sabanas. No quería tocarlo, no por sus heridas si no que si se acercaba más seria su perdición— Lamento haber sido tan infantil en la disco, no se porque no acepte que me llevarás a mi casa, nada de esto hubiese sucedido.

— Ya te dije que no tienes que disculparte nada. Soy un caballero, nunca dejaría a una señorita tan linda como tú en apuros con esos tipos —Dice serio, Mia sonrió encantada.

— Me llamo Mia Velasquez—sonrió, viéndolo a los ojos grisáceos los más hermosos que haya visto en su vida y una mirada penetrante que le llegaba alma.

— Es un bonito nombre, para una mujer tan bonita como tu— Se acercó más hacía a su lado pasando uno de sus brazos por debajo del cuello de Mia, a pesar de eso tenía demasiado frío, comenzó a titilar sus dientes.— Déjame abrazarte, no voy aprovecharme de la situación. Lo prometo.

"Pues hazlo" se dijo así misma, avergonzada con sus pensamientos. Pero aún así dejo que la abrazará, estaba tan cálido se sintió más segura en sus brazos, así estuvieron algunos minutos sin decir una palabra en medio de una habitación oscura. Mia abrazando a un extraño pero ahora se sentía realmente segura, sin duda esa noche había sido bastante intensa.

Sus miradas se encontraron mientras él toca su cabello, bajaba su mano hasta su cuello y busco su boca, Mia se sorprende de que aquel chico se atreviera pero tampoco hizo nada para evitarlo. La beso apasionadamente ningún hombre la había besado de aquella manera tan fascinante, no pudo evitar un gemido al sentir su lengua rozar la suya. Con su mano comenzó a tocarla con tanta intimidad, Mia no quería que parara le gustaba como la besaba y acariciaba. Una parte de su cabeza le decía que no estaba bien pero otra la que esta ganando la batalla le decía que siguiera, nada podía resultar mal de eso.

Las cosas pasaron a otros niveles, cuando Sebastián toco el cierre de su vestido comenzó quitárselo dejándola en ropa interior, ella lo ayudo también a quitarse el resto de su ropa lanzándola en algún lado de la habitación. No dejaron de besarse en ningún momento, es la primera vez para Mia cuando se lo dijo a Sebastián, él trato de ser lo mas delicado posible no quería hacerle daño pero estaba muy excitado y ansioso de hacerle el amor aquella chica que acababa de conocer hace unas horas. Entro despacio en su interior, ella se quejo vio sus ojos llenos de lágrimas, beso sus labios para aliviarla que solamente pudiera disfrutarlo tanto como él a los minutos el dolor se fue esfumando comenzaron a moverse lentamente en la cama, las uñas de Mia enterradas en la espalda de Sebastián, tratando de controlar las emociones que llegan su mente en ese momento. Él beso su cuello con ternura mientras se dejaba ir, ambos cayeron exhaustos y sudados pero los dos extasiados por lo que acababa de suceder entre ellos. Sebastián coge el cobertor para tapar sus cuerpos desnudos, abraza a Mia de costado y le da un beso en la frente.

— Eres especial, Mia. Esto siempre lo voy a llevar en mi corazón— Aquellas palabras tan tiernas, conmovieron a Mia luego se quedaron dormidos.

Los rayos del sol atravesaron la ventana de la habitación, Mia abrió los ojos lentamente para encontrarse el bello rostro de Sebastián a su lado, estaba dormido lo supo por su respiración pausada. Enseguida le vinieron los recuerdos de anoche, se sonrojo.

"Dios me he acostado con un desconocido" gimió en sus adentros, se levantó de la cama tratando de no despertarlo, le dolían partes de su cuerpo que no podía mencionar. Fue al baño y se ducho con rapidez, se coloco su ropa de nuevo. Aquello había sido un terrible error, debía irse lo más rápido posible, sentía vergüenza de sí misma que no se pudo resistir a las caricias de un hombre  que acaba de conocer. Tenía que salir lo más pronto de ahí, no quería verlo a la cara cuando despertara iba hacer demasiado incómodo. Salió de la habitación sin mirar atrás quería llorar se sentía estúpida, de haberse acostado con Sebastián, sobretodo haberle entregado su virginidad.

Por fin vio un taxi y lo detuvo. Le dio la dirección del apartamento, que pensaría Sebastián cuando se diera cuenta que se había ido sin despedirse ni siquiera una nota le había dejado, se dijo con tristeza. Al llegar, vio que Claudia y Regina desayunaban de lo más tranquilas como sino les importará que Mia estuviera desaparecida toda la noche.

— Gracias por dejarme sola en la disco que buenas amigas son.— Cerrando de un portazo. Estaba realmente molesta con ellas. Las dos la miraron avergonzadas. —Espero que tengan una buena razón de lo que hicieron.

— Mia, yo lo siento mucho, es que los muchachos tenían otros planes cuando nos dimos cuenta, tu no estabas y nos quedamos varados en la carretera. Fue horrible. Quise llamar a la policía para que te buscarán pero Bruce dijo que no era necesario que te habían visto irte con un chico.

Mia abre los ojos sorprendida de que Bruce le haya dicho semejante mentira a su amiga.

— ¿Horrible? Horrible fue lo que estuvo a punto de pasarme a mí. Esto no se los perdono. Ahora mismo me voy de Villa Hermosa.— No quiso seguir escuchándolas a pesar que la siguieron a su cuarto le cerró la puerta en sus caras. Se lanzo en la cama a llorar no por sus amigas, sino por Sebastián porque eso nada más sabía de él, su nombre.

Cuando estuvo más tranquila, Regina hablo con Mia disculpándose por lo sucedido, luego Mia les conto lo que le paso claro no les dijo la parte donde estuvo en la cama con su salvador.

Mia decidió quedarse y seguir sus vacaciones en fin no volvería a ver a Sebastián, aquella isla es grande. Ojalá que si fuera no tendría cara para verlo, después de lo que paso.

Pasaron cinco semanas, efectivamente no supo nada de él seguro la estaría odiando por haberse ido así como lo hizo, mientras estaba en el balcón leyendo un libro bajo una sombrilla, sintió unas terribles nauseas, salió corriendo al baño. Así fue durante unos días todas las mañanas.

— Oh Dios, no puedo estar embarazada—. Dijo a si misma cuando veía el resultado de una prueba casera que compró en la farmacia ya que sospechaba por sus síntomas, se sentó en la cama a llorar y lanzó la prueba a la basura.

A escondidas de sus amigas, se fue algún laboratorio para hacerse una prueba más efectiva luego de hacérsela, se sentó a esperar los resultados en la oficina del médico.

— Sí, está embarazada de cinco semanas, felicidades—Le dijo el médico pero Mia no estaba feliz más bien destrozada.

— No puede ser—Llevándose las manos a la cara, aún en estado de shock— ¿Está seguro?

— Sí, aquí mismo lo dice en su prueba de sangre, tiene que cuidarse mucho las primeras semanas de un embarazo son de riesgo.

Presto atención a las indicaciones del médico y salió del laboratorio aún sin poder creerlo ¿Qué iba hacer ahora? estando embarazada y sola. Como vería a la cara a su padre luego que le dijo que no quería que fuera a ese viaje y  de paso llegar a la casa con un hijo de un hombre que ni conocía, seguro eso lo mataría apenas esta comenzando a vivir su juventud.

Mia no sabía como salir de aquel aprieto, ni siquiera sabía si buscar a Sebastián para decirle sobre el embarazo, estaba perdida.

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Angela Maria Londoño Rojo
Ese hombre tiene las siete vidas del gato, 😡 ahora solo falta que se una con la loca de Helen y ahí sí apaga y vámonos 🧐🫣🫣
Angela Maria Londoño Rojo
Ahora será que la madre de Sebastián y Helen tuvieron que ver con el accidente de Mía 🤔🤔🤔
Angela Maria Londoño Rojo
Pensó que no les va a quedar fácil con todo lo que conlleva un cargo de esos pienso que tendrán muchos tropiezos para llegar a ser felices🫣🤔🤔
Angela Maria Londoño Rojo
😱Dios y ahora 🫣🤔🤔
bruja de la imaginación 👿😇
por lo menos no la olvido
bruja de la imaginación 👿😇
uno no escucha y se deja llevar , otros no explican y callan y otros manipulan y se aprovechan
Tania Gomez
que falta de respeto
Tania Gomez
porque no han subido más capitulos
Valeria paz Muñoz cacerea
Excelente
Nohelia González
me apareció una novela espectacular, con un trama diferente a otras que he leído.
Nohelia González
por favor cuelga un poco más, quedó con ganas de seguir leyendo
Belkys Soto
maratón, maratón,, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón, maratón
Katty Diana Rojas Vicente
que bueno que Helen ya firmó el divorcio,deberían darle cadena perpetua a Frank
Nohelia González
quiero maaaaaaaaassssssss
Nohelia González
hay que poquito
Nohelia González
tan poquito
Ibis Morrón Bulet
Esperar hasta cuando??
Nohelia González
hay ya ley lo poco que suben y me quedo con gana de más.
bruja de la imaginación 👿😇
pues entonces 😒no te merece
Nohelia González
por favor maratón
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