Amor En Medio Del Caos

Ya en casa Estrella dormía placenteramente, no asi Samuel, quien no podía conciliar el sueño porque no dejaba de pensar en el beso que le dio a Estrella. Se reprendió mentalmente varias veces, pues no habia sido capaz de resistir la tentación. Desde que la vio con ese vestido que resaltaba su figura tan bellamente esculpida, había estado controlándose para que su corazón no se desbocara, se preguntaba cómo pasó eso, cómo una muchacha tan joven pudo revolucionar en su vida tan solitaria y pacífica. Samuel no podía explicarse cómo o cuándo sucedió, tenía sentimientos encontrados, por una parte, muy en lo profundo de su corazón le agradaba esta sensación pero, por otro lado, ella era la hija de los mejores amigos de sus padres, era muy joven y sobre todo él no quería enamorarse. Su pasado complicado y doloroso le impedían enamorarse una vez más, no quería lastimar a Estrella, ella era una joven muy noble, sencilla y humilde no como esas mujeres que lo acosaban y jugaban trucos sucios con él, cuyos únicos propósitos era gozar del estatus social y económico que él les proporcionaría.

Samuel: No puede ser, espero que Estrella no me exija nada, que no se enamore y asi no complicamos las cosas, yo no puedo asegurarle nada, ella merece algo mejor. Recompensaré su primer beso que le robé ayudando a sus padres y cuidando de ella, como a una hermana, hasta que ellos esten libres y sin complicaciones.

Samuel durmió a penas una hora, se levantó y decidió ir a realizar ejercicios al gimnasio. Seguidamente, tomó un baño y se dirigió al despacho que compartía con su padre, llamó por teléfono y ordenó a sus subordinados cancelar el contrato de negocio con don Esteban Ferrer y dejarle muy claro, que su hijo Mario había ofendido a una mujer muy importante para él. Por otro lado, ordenó que se contratara a una persona que le buscara problemas a Mario para luego golpearlo, especialmente en la boca para que no se volviera a expresar mal de ninguna mujer.

Cuando terminó de ordenar sus asuntos ya eran las 7 de la mañana, decidió ir a tomar su desayuno y ver si podría dormir un poco, más tarde.

En el área de desayuno estaban sus padres quienes no perdieron tiempo para cotillear un poco.

Doña Susan: Samu, buenos días, cuéntanos ¿Cómo les fue anoche? ¿Cómo estuvo el evento?

Samuel: Nos fue bien, todo salió bien.

Don Luis: ¿Nada más? ¿No nos dirás los detalles? ¿Qué más hicieron?

Samuel: participamos en las actividades, me encontré con las señoritas que buscan a quien atrapar, Mario quiso causar problemas con Estrella, pero ella lo puso en su lugar. A propósito, papá cancelé el contrato con don Esteban para que aprenda a controlar a su hijo.

Don Luis: Tú sabes lo que haces.

Estrella: Buenos días. Disculpen ahora sí, me quedé dormida son las 8:30 de la mañana. Lo siento.

Don Luis: Ja, ja,ja no te preocupes, anoche vinieron tarde.

Doña Susan: Siéntate a desayunar, no tengas cuidado.

Estrella notó a Samuel muy distante con ella. Al terminar su desayuno Samuel buscó una oportunidad para hablar con Estrella a solas.

Samuel: Necesito que aclaremos algunas cosas. Deseo que lo que pasó anoche no afecte nuestra convivencia aquí en casa, ni nuestra amistad. Simplemente, no debe pasar a más, como adultos que somos espero que lo podamos manejar.

Estrella: (bastante desconcertada, porque no esperaba esta actitud de Samuel) No te preocupes, lo que pasó no debió pasar, haré de cuentas que nunca pasó.

Samuel: No quise decir eso solo que no podemos pensar en algo más, yo soy muy mayor para ti y además no deseo involucrarme con nadie por el momento.

Estrella: Entiendo (conteniendo el deseo de llorar.) Disculpa volveré a mi recámara para dormir un poco más, aún tengo sueño.

Samuel: Sí, yo iré a dormir también.

Al entrar a su habitación Estrella se acostó en su cama a llorar, ella pensó que Samuel la trataría diferente, que intentarían conocerse y quizás llegar a ser más que amigos, pero él no desea nada de eso y le pidió que olvidara lo que sucedió, que olvidara lo que había sido su primer beso.

Momentos después de llorar ella luchó por calmarse y decidió que olvidaría lo sucedido, pues lo que pudo haber sido su primera experiencia de amor terminó en fracaso. Lo olvidaría porque en este momento su prioridad eran sus padres, en primer lugar fue ella la culpable por desviar su enfoque, el cual era buscar cómo sacar a su padre de la prisión y ahora contactarse con su mamá. Eso haría, enterraría ese episodio fugaz de su vida, en lo profundo de su corazón y trabajaría duro para lograr su meta. Pensando en esto se contactó con el abogado Fernández para preguntarle si sabía por qué su madre no respondía sus llamadas.