Corazones Rotos.

...Kaleus....

El sudor recorría mí cuerpo mientras la embestía con fuerza, nuestros gemidos y jadeos salían al unísono con cada golpe. Bajé la vista, viéndola en cuatro para mí, pero no me generaba nada.

Cerré los ojos para recordar a la mujer de cabello negro y ojos color océano que me la ponían dura con sólo una mirada. Igual que los últimos meses, he tenido que recurrir a imaginarla a ella, mí Ori...

Su imagen, su piel, su boca, su sabor... La necesito.

Comencé a moverme con más fuerza y rapidez, queriendo acabar lo antes posibles. Irina gritaba como una jodida perra, mientras que yo intentaba concentrar mí mente en Oriana para poder venirme.

Ya estaba cerca, la tomé del cabello y la excitación me llegó cuando la recordé, sudada y temblorosa debajo de mí, gimiendo mí nombre.

—¡Ah~! Ori... Ori... –Gemí su nombre y, de pronto, la mujer que estaba conmigo se apartó de inmediato, regresandome a la realidad–.

Levanté la vista y me encontré con Irina, quien tenía los ojos llorosos y no por placer.

—¡¿Acaso dijiste el nombre de otra mujer mientras teníamos sexo?! –Acusó, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Suspiré agotado, no físicamente, sino mentalmente–.

Tomé asiento en el borde de la cama y enterré mí rostro en mis manos.

—Escucha Irina, ya te lo he dicho, haber vuelto contigo fue un error. Estaba confundido; me sentí deslumbrado por tu presencia cuando regresaste, pero ahora me doy cuenta que quiero a Oriana.

—¿Q-Qué? –El horror llenó su rostro, hace tiempo que venía dándole indicios de que extrañaba a mí Ori, pero Irina se hacía la tonta. Creo que, de algún modo, pensó que no la dejaría–.

Pero ya no puedo seguir con ésta mentira, me equivoqué.

Cuando volví a ver a Irina, mis sentimientos resurgieron como una flor marchita, todo lo que creí haber olvidado y superado, regresó como un tsunami. Cuando supe que teníamos un hijo juntos, fue la confirmación necesaria que buscaba para volver con ella.

No pensé en Oriana, ni en cómo se habrá sentido ella cuando la dejé por su prima, peor aún, a dos días de nuestra boda. Una boda que yo mismo propuse. Asumo que, de algún modo, tenía miedo de casarme y por ello busqué una excusa para acabar con todo.

Al principio, no me importó, Irina estaba de regreso y sólo eso tenía valor para mí. Irina, nuestro hijo y yo, nos mudamos juntos ya que no queríamos seguir estando separados luego de tantos años.

Comenzó siendo la vida ideal, nos dábamos mucho afecto, pasábamos tiempo con nuestro hijo, salíamos a todos lados, igual que cuando éramos jóvenes. Pero pronto esa realidad cambió, Irina comenzó a volverse grosera, ya no hacía las tareas del hogar y era muy mala con nuestro hijo y conmigo.

Poco a poco comencé a darme cuenta de mí error, fue mí culpa por anhelar algo que desapareció hace tantos años. La Irina que conocí y amé, murió el día que se fue a Alemania, pero mí estupidez no me dejó verlo. Ahora perdí a Ori, la mujer que realmente amo, pero no voy a permitirlo, la recuperaré.

—Ya escuchaste, amo a Oriana. Lo siento, te quiero mucho, pero ésto fue un error.

—N-No... –Ella se arrodilló y tomó mí rostro entre sus manos, obligándome a mirarla–. ¡P-Piensa en Alex, piensa en nuestro hijo! —Exclamó y la aparté–.

—Todavía seguiré pasando tiempo con él, pero ya no quiero estar contigo.

—¡N-No lo decidas aún, piénsalo! ¡¿Realmente crees que Oriana volverá a aceptarte luego de que rompiste con ella antes de la boda?! –Se burló, era la primera vez que veía este lado de ella, y no me gustaba para nada–.

—No me importa si me acepta o no, tengo mucho tiempo para enmendar las cosas entre nosotros, y para eso tienes que irte. Sal de mí vida, Irina, ya no te quiero.

—¡¡A-Al menos espera a que pase el cumpleaños de mí abuelo, mantengamos las apariencias hasta entonces y luego rompemos si así lo quieres!! –Suplicó, algo que Irina no puede soportar es pasar vergüenza y perder, supongo que ese es el motivo por el cuál quiere seguir con ésta farsa–.

—Bien, pero luego del cumpleaños de tu abuelo, me voy.

Desde entonces fingimos ser una pareja amorosa, pero que no se aman en absoluto. Pronto supe que Irina encontró un amante que satisfacía sus deseos, cosa que yo no hacía, y no pudo importarme menos. Sólo quería que éste tiempo terminara para poder volver con mí hermosa Oriana. Pero pronto supe que no iba a ser tan fácil como yo pensaba, cuando la ví aquél día de Navidad, tan rota y molesta conmigo supe que la iba a tener muy difícil.

Claro, ¿Qué estaba pensando? Literalmente la abandoné a dos días de nuestra boda, encima por su propia prima. Y, lo que es peor, mí niña estaba sufriendo tanto que cayó en depresión, perdiendo aquéllos kilitos de más que yo tanto amaba.

Y todo empeoró para mí, cuándo la vi en aquél restaurante con ese hombre, ¿Quién era ese imbécil y por qué se presentaba a sí mismo como el novio de mí Ori? Ellos van a ir juntos a ese maldito cumpleaños, pero no me importa, luego de ese día seré libre y recuperaré a mí niña hermosa, sin importar cuánto me cueste.

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...Creo que Kaleus y Aziel serían muy buenos amigos ya que comparten el mismo nivel de estupidez🤌🤌...