Mi Cruel Realidad

En la ciudad de Salinas, las hermanas Lunas y Jamilec corrían por la arena mojada, felices y contentas, las olas mojaban sus pies y reían. Mientras José y Lucia se registraban en un modesto hotel, José no tenía suficiente dinero para hospedarse un hotel de lujo.

Lucía---: Ya está la habitación de las niñas y nuestra está a lado, mi amor ¿qué ocurre, has estado muy callado durante el viaje?

José---: Aurora sabe de nosotros.

Lucia, sentía algo extraño al saber que Aurora sabe de su presencia, sus emociones se habían mezclado entre alegría y tristeza, alegría porque posiblemente José se quedará con ella para siempre, y tristeza porque como mujer es duro ser reemplazada, Lucia abrazo por detrás a José que observaba la ciudad por el ventanal del hotel, sabía que él se sentía culpable, eran años de unión y entendió la situación.

Lucía---: No te aflijas amor, esto pasará y ella va a entender.

José---: tú no tienes ni idea de lo que ella sintió, sus lágrimas, ese dolor mezclado de odio hacia mí.

Lucía---: Ahora es momento de elegir, entre ella y yo.

José la miro a los ojos, Lucia es una mujer, bonita, sus ojos negros y cabello pintado rubio, vestía bien, su exquisito maquillaje la hacía ver una mujer elegante y llena de vida, su independencia era otro factor que llamaba la atención de todo hombre. José respiro profundo al comparar a su mujer con ella, porque Aurora es una buena esposa título que él jamás le dio, cuidaba de su hogar a cabalidad, es comprensible, amorosa, se contentaba lo poco que le daba y jamás pedía cosas de más, renunció a todo por estar con él y a pesar de usar ropa barata, y no usar maquillaje y estar siempre con el mismo peinado su belleza era superior al de Lucia.

Tenía que elegir, a la madre de sus hijos o Lucia que ya era aceptada por sus hijas, su corazón empezó a palpitar, con Lucia tenía solo dos años mientras que con Aurora tiene toda su juventud, Lucia lo conoció en su buena racha su taller tenía éxito, pero Aurora estuvo con él en la necesidad y le ayudo a crecer, él sonrió y acaricio la mejilla de Lucia con nostalgia porque su corazón ya había elegido.

José---: Crees que ya tengo que elegir.

Lucía---: Si, (entre risas) no estás casado, eso es bueno y no me hace sentir amante.

José---: (sonríe con tristeza) tienes razón, no hay duda de eso, tú eres una mujer hermosa y llena de vida, joven no pasas de los cuarenta, y sé que encontrará el amor.

Lucía---: ¿Que estás diciendo?

José---: Mi corazón ya eligió, y nunca debí hacer esto, me quedo con mi mujer, lo siento no debí darte esperanza, le explicaré todo a mis hijas y pediré perdón a Aurora así sea de rodillas.

Lucía---: Crees que ella te va a perdonar, ninguna mujer persona, una infidelidad, . Especialmente como la has tratado todos estos dos años, (sonríe).

José---: Insistiré hasta lograrlo, nunca debi traicionar a Aurora ni contigo ni con nadie, tú me devolviste esa pasión que se había convertido en rutina en mi hogar, pero ella es mi mujer de juventud, estuvo conmigo cuando yo no era nadie.

Lucía---: Tu no la amas, quieres terminar el resto de tu vida con ella solo por agradecimiento, José hay miles de manera de recompensarla, tu y yo nos amamos somos tan compatible, dos años es más que suficiente para enamorarnos.

José---: (seca las lágrimas de Lucia) No es agradecimiento, al verla llorar sentí un dolor muy profundo dentro de mi corazón y entendí que no es agradecimiento, que no es costumbre, Lucia te quiero, pero entiéndeme Aurora es algo más profundo.

Lucía---: Está bien, digamos que la amas y que no te importa nuestro amor porque tú dices que no es agradecimiento, yo digo que si lo es, no me queda nada más que esperar hasta cuando te des cuenta que tú y yo somos el uno para el otro, yo te amo y estoy dispuesta a esperar porque ahora no solo seremos cinco, pronto (tocando su vientre) seremos seis, José estoy embarazada.

José---: Pe...pero estábamos cuidandonos, a tus treinta y seis años cometes errores como estos.

Lucía---: "Error" ¿nuestro hijo es un error para ti? está bien.

José---: No quise decir eso, yo...

Lucía---: tengo cinco semanas de embarazo, te doy dos semanas para poner en orden tu mente, si en ese tiempo no me das respuesta, iré y me haré un aborto.

José---: Estás loca, como puedes decir eso.

Lucía---: tú lo has dicho tengo treinta y seis años, ya no estoy dispuesta a criar un hijo sola otra vez, solo te doy dos semanas.

La cabeza de José estaba revuelta, quería ordenar sus pensamientos al instante no lo logro, la amenaza de Lucia lo fastidio de un momento a otro, como estaba aturdido miro a Lucia con desdén, era la primera vez que se enojaba con ella en los dos años de relación que tenían.

José---: Lo siento, pero queda en ti y en tu conciencia si lo quieres tener o no.

José salió de la habitación dando un portazo, saco su celular y llamó a Aurora, él no podía estar tranquilo pensando que al escuchar la voz de ella podría tranquilizarlo, como no tuvo resultado él se preocupó aún más.

Nancy---: ¿Qué pasa papá?

José---: Llama a tu mamá, creo que me bloqueó.

Nancy---: Tiene apagado el celular, llamaré al convencional... No contesta papá.

Juliana---: Porque tienen esa cara.

Jamilec---: ¿Por qué lloras mamá?

Lucía---: José y yo nos daremos un tiempo, aunque es una lástima porque estoy embarazada.

Juliana y Nancy se miraron y sonrieron, ellas. Iban a tener un hermano pequeño, felicidad que solo era de ellas dos porque Jamilec no tomo con agrado la noticia, José también fulminó con las miradas a Lucia por ser tan imprudente, ahora él no estaba para tomar decisiones sobre él bebé, José solo quería saber si Aurora estaba bien.

Nancy---: Felicidades, Lucia.

Juliana---: Ahora sí no tendrá escusa papá, tendrá que estar contigo.

José---: Juliana cállate, está es una decisión mía, ninguna de ustedes pueden intervenir. regresaré a casa, esta todo pagado pueden quedarse y disfrutar de la playa.

Nancy---: ¿Vas a buscar a mamá?

José---: Sí, iré con Aurora.

Juliana---: Como puedes hacerle esto a Lucia, ella está embarazada y te necesita.

Lucía---: Déjalo, el tomo su decisión.

José---: No dejamos estable a Aurora, y me siento mal, necesito saber que esté bien.

Juliana---: Mi mamá solo está haciendo drama para llamar tu atención, ella siempre arruina todo, hoy quería presentarte a mi novio y te vas por ella.

Nancy---: Papá iré contigo.

Juliana se mordió los labios de la ira, para ella su madre era sinónimo de destrucción, porque siempre arruinaba sus planes, por el escándalo que hizo hace años cuando estaba en el colegio según ella había arruinado su reputación, incluso lloro para que la cambie colegio, cuando fue por primera vez a una discoteca ella fue la llevo a la casa casi arrastrándola nunca más sus amigos la invitaron, también recordó cuando ella llamó a los agentes municipales para que se lleven a su perrito y lo eliminarán, y ahora quería presentar a su novio y su papá tenía que ir por ella.

Juliana---: Como odio a mi madre.

Lucia al escuchar esas palabras sonrió tener a las hijas de José de su lado tendría una oportunidad más, aunque el embarazo fue un accidente, también es la escusa perfecta para tener a José a sus pies, Aurora podía ser la mujer de años, pero ella ha dejado huella en su piel que estaba segura de que tenía la batalla ganada.

Lucía---: Tranquila, yo estoy aquí, ahora ve lávate esa cara y salgamos a divertirnos.

Juliana asintió e ingreso al baño, como tenía que encontrar a su novio ya sus padres ella tenía que vestir para la ocasión, mientras que en el balcón Jamilec reclamaba a su madre por el embarazo.

Jamilec---:¿Por qué que te embarazaste?

Lucía---: Hija fue un accidente, pero es la única manera, que José se case conmigo, sabes que los trabajos no son eternos, y necesitamos estabilidad económica, y José fue el único que nos puede dar esa estabilidad, es dueño de un taller, tiene una hermosa casa, si él no me da solución en dos semanas yo me haré un aborto.