Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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capítulo 11
— A ti te quería encontrar... perra...
Al sentir como las gotas de agua caían por mi barbilla, tome la servilleta qué tenía en mis piernas y una vez seque mi rostro, la lance en la mesa. Mire furiosa a Verónica y levantándome de mi silla dije.
— ¿Qué demonios pasa contigo? ¿Acaso perdiste la cabeza?
Veo como ella también me mira furiosa y dice.
— No te hagas la inocente, ¿Qué fue lo que le dijiste a mi hermano?
Gian se mantiene en silencio mirando toda la escena, pero su postura me muestra que solo se está conteniendo para no demostrar su verdadera personalidad.
Miró a Verónica fingiendo inocencia y contestó.
— No sé dé que hablas...
— ¿No lo sabes? Por tu culpa él está furioso conmigo... ¿Qué es lo que pretendes ahora con él? No te basta con meterte con mi prometido ahora también quieres ir detrás de mi hermano.
Sonreí burlona y conteste.
— Cariño aquí la única zorra que está obsesionada conmigo eres tú. No se te olvide que fuiste tú quien se metió en mi relación primero. Pero tranquila nena yo no me voy a poner en ese plan de andar peleando por un hombre. Me parece de lo más patético.— Veo como detrás de ella viene Vladímir al ver la escena que la mujercita está me estaba haciendo y de pronto mi semblante cambia y mis ojos se empiezan a humedecer. — No entiendo por qué sigues atacándome, yo no sé dé que me estás hablando.
— No te hagas la tonta, te conozco muy bien. Pero estás loca si piensas que voy a dejar que te salgas con la tuya...
— Verónica...— Intente acercarme y ella respondió como esperaba. Levantándome su mano intento golpearme y cubriendo mi rostro esperé su cachetada, pero esta nunca llego.
— ¿Verónica que demonios crees que haces? — Vladímir llego junto a nosotros y tomando a la loca en sus brazos la aparto de mí para luego decir. — ¿Perdiste la cabeza?
Gian quien se había mantenido al margen en todo momento, al ver que Vladímir se acercó, él también se levantó de su asiento y revisando mi estado dijo.
— ¿Bella estás bien? — Vladímir volteó a mirar a mi primo al oír su voz, y yo al ver esto solo asentí fingiendo estar afectada.
— Estoy bien primo, es mejor irnos. Ya no quiero ser el centro de atención...
— Tú no te vas a ningún lado maldita.
— Verónica es suficiente — Vladímir sacudió a su hermana para qué reaccionará y recobrara la compostura, pero esta parecía no estar en sí.
— No Vlad, esta maldita volvió para atormentarme. Como vio que con Eric ya no tiene oportunidad ahora se quiere meter contigo, pero está equivocada si piensa que yo voy a dejar que ella se acerque a ti.
Pronto Eric llego también y acercándose a Verónica dijo.
— Ya Verónica contrólate. ¿No te das cuenta de que todo el mundo está mirando la escena que estás haciendo?
— ¿Tú también Eric? ¿Acaso vas a ponerte del lado de ella? No ves que esto es lo que ella quiere, que todos piensen que estoy loca cuando claramente es ella quien se está metiendo conmigo.
Veo como Vladímir suelta a Verónica y mirando a Eric dice.
— Llévala a casa, más tarde hablaré con ella.
Eric asiente y mirando a mi primo de arriba abajo se va del lugar con Verónica gritando qué aún no terminaba conmigo.
Vladímir al ver que ya se habían ido, volteó a mirarme y hablo.
— Una disculpa señorita Bella...
De pronto interrumpiendo las palabras de Vladímir, Gian miró mi cuello y dijo.
— ¿Esas heridas también te las causó ella?
Miré a mi primo sería, pero al ver que Vladímir no nos quitaba la mirada de encima solo asentí.
— Sí, pero... no es para tanto...
— Bella este es el segundo ataque que recibes de esa mujer, y me dices que no es para tanto. Creo que esto lo tiene que saber Marco.
— Gian por favor, no le digas nada a mi hermano, yo puedo manejar esto sola.
Gian sin escuchar prácticamente lo que le dije volteó y mirando de frente a Vladímir dijo.
— Lamento tener que volvernos a ver en una situación así señor Salvatore.
— Lo mismo digo señor Mussicardi.
Mire a ambos y dije.
— ¿Ustedes se conocen?
— Sí, tenemos algunos negocios juntos.
— Ya veo.
— Espero que este asunto no afecte los negocios, pero como comprenderá mi familia es primero y quiero advertirle que si algo como esto vuelve a pasar me veré en la obligación de tomar medidas serias...
— No se preocupe señor Mussicardi. Lamento este incidente.
Al ver mi cara de disgusto Gian saco de su cartera algunos dólares y mirándome seriamente dijo.
— Vamos Bella, tenemos que hablar.
Mire a mi primo con el ceño fruncido y conteste.
— Adelantate por favor, ahora te alcanzo.
Vi como me miró, pero aun así asintió y se alejó para darme unos minutos a solas con Vladímir.
— No sabía que usted pertenecía a la familia Mussicardi...
— ¿Mi apellido no le dijo nada?
— Llevo más de cuatro años haciendo negocios con ellos y nunca la vi a usted entre los miembros de la familia.
— Los negocios de mi familia son algo que a mí no me incumben.
— Ya veo, — Vi como dudo por un momento en lo que iba a decir, pero luego mencionó – lamento lo acaba de suceder. Hable con mi hermana y le pedí que ya no se le acercará, pero veo que...
— Conozco bien a Verónica y sé lo que ella está pensando. Además, acaba de acusarme de intentar seducirlo con, según ella, intenciones poco claras.
Sonrió ante la ironía de mis palabras y al ver esto Vladímir pregunta.
— ¿Y eso es así?
Miró directamente el rostro del hombre que tengo en frente y al ver que está muy interesado en mi respuesta digo.
— ¿Qué intento seducirlo? ¿O qué tengo intenciones ocultas?
Veo como sonríe y contesta.
— Ambas.
— No intento seducirlo, estoy segura de que yo le atraigo.– Sonrió coqueta y al ver que él también lo hace agregó — Pero si el involucrarme contigo significa que tendré que soportar estos ataque de histeria de Verónica, prefiero dejar todo hasta aquí. No oculto nada señor Salvatore, mis intenciones con usted son las mismas que las suyas. Es una lástima que mi historia con su hermana influya en nuestra relación.
— ¿Quién dice que tiene que influir?
Sonrió ante su clara insistencia y tomando mi bolso cambiando el tema de conversación digo.
— Pronto voy a hacer un viaje y creo que no volveré por un largo tiempo. Espero poder verlo antes de eso. Aquí no hay nada para mí, mi vida está en Milán y como ya le había comentado voy a retomar mi vida donde la dejé.
Veo como su mirada se clava en mis ojos y dice.
— Veo que es una decisión tomada.— Asiento y él con una sonrisa agrega— Entonces espero que le vaya bien. Tal vez pueda ir a visitarla.
Al ver que sus palabras sonaban algo lejanas sonreí y conteste.
— Por supuesto, aunque tal vez no tenga tanto tiempo. Necesito recuperar el tiempo perdido y para eso voy a esforzarme mucho más que antes.
De pronto Gian llama mi atención haciéndome señas y digo.
— Tengo que irme, mi primo ya está perdiendo la paciencia.
Al mencionar esto voltea a ver el rostro serio de Gian y es entonces cuando pregunta finalmente.
— ¿Tiene planes para esta noche?
Veo como vuelve a mirarme y contestó con una sonrisa.
— No, pero solo aceptaré su invitación si hay vino.
— Pasaré por usted a las ocho de la noche.
— Muy bien, ahora debo irme.
Sin más me marché de allí, con una sonrisa en el rostro. Este juego que estaba jugando con Vladímir me gustaba más de lo que creía. Aun así tenía que recuperar mi vida si quería continuar adelante con mi venganza.
Camine hasta llegar con Gian, quien al ver mi rostro de satisfacción solo meneó su cabeza, pero aun así agregó.
— Vas a tener que decirme que es lo que está pasando si no quieres esto que paso hoy llegue a los oídos de Marco.
Mire con fastidio a Gian, pero aun así asentí. Era mejor tener a Gian de aliado si quería que mi familia me dejara resolver mis asuntos por mi cuenta...