Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 20 la cena con los Müller
Betsabet kohler
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-Al mirarme en el espejo, estoy lista. Veo un mensaje en mi teléfono; es de Salvatore, quien ya me espera en la sala. Me aplico colonia y salgo de la habitación. Al bajar, veo a Salvatore revisando su teléfono, y me sorprende encontrar a su lado a Stepp, quien al verme corre hacia mí y me dice-¡Hola, Chloe! ¡Qué linda te ves! Pareces una reina.
-Me agacho a su altura y le respondo-Gracias, precioso. Tú te ves muy guapo. ¿Te gustaría ser mi príncipe esta noche, para esta reina?
-Él sonríe y dice-Pero yo no soy un príncipe, soy un rey. -Toma mi mano y añade-No te dejaré sola, te protegeré.
-Le sonrío y le digo-Entonces, mi rey, que sea una promesa, porque ya me siento muy segura.
-Toco su nariz con un dedo; él sonríe y yo le correspondo. Escuchamos un carraspeo; al voltear, vemos a Salvatore con una expresión seria que dice-Ya debemos irnos o se nos hará tarde.
-Sonrío y le digo a Stepp-¿Ya escuchaste? Vamos.
-Él asiente y dice-Sí, vamos.
-Camino de la mano con Stepp hasta llegar al auto, y en el camino le pregunto-Niño Stepp, ¿qué piensas hacer en tus vacaciones?
-Él me responde-Estoy terminando un listado de las cosas que quiero hacer para mostrarle a mi abuela. ¿Te gustaría verlo?
-Le digo-Me encantaría.
-Stepp añade-Mañana te lo mostraré cuando juguemos juntos. ¿Mañana vendrás a la mansión, verdad?
-Me mira con tanta ilusión que no puedo decirle que no; además, le había prometido. Sin embargo, también me preocupa tener problemas con Salvatore. Lo miro a él y veo que me observa con seriedad. Luego, miro al niño y le digo-Precioso, te lo prometí y lo cumpliré. Cuando salga del trabajo nos veremos un rato y jugaremos todo lo que quieras. Llevaré helado, ¿te gusta?
-Él responde emocionado-¡Sí! Me encanta, me gusta el helado de fresa. ¿Y a ti?
-Le digo-A mí también, es mi favorito.
-Él me abraza y yo le correspondo. Salvatore habla en un tono fuerte-Stepp, compórtate. Ella mañana no irá a jugar contigo; ya tuvimos una conversación. Ella tiene trabajo, así que no la molestes.
-El niño se aleja, baja la mirada y dice en voz baja-Sí, padre. Lo siento, señorita Chloe.
-Esto me molesta; ¿por qué tiene que tratarlo así? Stepp no está haciendo nada malo. Tomo su mano, me acerco a su oído y le digo en voz baja-Los reyes no bajan la cabeza, y tu reina cumplirá su palabra. Mañana jugaremos y comeremos helado de fresa. No estés triste, o yo también lo estaré.
-Veo cómo su rostro se ilumina y sonríe, asintiendo. Yo le sonrío a él y luego miro a Salvatore, cuya expresión se vuelve molesta mientras me observa. Al llegar, Salvatore se baja del auto y yo hago lo mismo al lado de Stepp. Noto que estamos en una hermosa mansión. Salvatore dice-Stepp, adelante.
-Le suelto la mano y se aleja. Salvatore se acerca a mí y toma mi brazo, irritado, y me dice-¿Qué le dijiste? Fui claro en que no te entrometieras.
-Golpeo su mano para que me suelte y le digo, molesta-¿Qué te pasa? ¿Por qué tenías que hablarle así? Por ser su padre no tienes por qué tratarlo de esa manera. Él no hizo nada malo. ¿Cuál es el problema con que juegue con él? ¿Acaso no quieres que vaya a tu mansión o te molesta que me acerque a tu hijo?
-Él respira hondo y dice-Chloe, eres solo mi asistente. Tu deber es estar a mi lado, no jugar con mi hijo. Debes tomar tu lugar y no asumir responsabilidades que no te corresponden.
-Me quedo en silencio, sonriendo amargamente. ¿Solo soy la asistente? Con todo lo que hemos compartido juntos. Ayer me dijo que le gustaba, y hoy que solo sería para mí. Ahora, solo soy la asistente. Le digo-Lo siento, jefe. No volverá a suceder.
-En ese momento, escuchamos una voz que dice-Chloe, hijo, ¿qué hacen todavía aquí? Por favor, entren; ya los estamos esperando.
-La señora Adeline se acerca y me saluda. Comenzamos a caminar hacia la puerta y, al llegar al comedor, observo que hay muchas personas. La señora Adeline dice-Familia Müller, les presento a Chloe Rose; es amiga de Salvatore y también su asistente.
-Noto que ella guiña un ojo y todos sonríen. Digo-Buenas noches, es un gusto conocerlos.
-Todos me responden. La señora Adeline me invita a sentarme junto a Salvatore, quien empieza a servirnos aperitivos. A un lado de la señora Adeline, hay un hombre que se parece a Salvatore. Analizo la situación: hay dos jóvenes de cabello blanco que también se asemejan a él, pero su cabello es blanco como el de Adeline, al igual que el de otra mujer presente. La señora Adeline dice-Chloe, qué gusto conocerte. Cuéntanos de ti, ¿cómo está tu familia?
-Con una voz tranquila le respondo-Mi familia está bien, en el cielo.
-Todos quedan en silencio. La señora Adeline añade-Lo siento mucho. Dime, ¿cómo te conociste con mi hijo?
-Le respondo-En una gala.
-Observo que nos sirven un postre y, al probarlo, me doy cuenta de que es realmente delicioso; se trata de un postre de frutos rojos, tan exquisito como el que hace Gisel. Al probarlo, ellos menciona lo delicioso que es, que es lo más rico que he probado. Uno de ellos dice-Sí, está rico, ¿verdad? Yo ayudé a hacerlo, prácticamente lo hice yo, sabía que les gustaría.
-Uno de ellos, en tono de burla, comenta-¿Tú hacer esta maravilla? A ti se te quema hasta el agua. ¡Qué mentiroso!