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BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:37.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Adriánex Avila

Una amor cultivado desde la adolescencia. Separados por malentendidos y prejuicios. Madres y padres sobreprotectores que ven crecer a sus hijos y formar su hogar.

NovelToon tiene autorización de Adriánex Avila para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap. 6 ¡Por los chupetones que…

Angie no dijo una palabra. Solo les dirigió una mirada llena de una pena infinita y un atisbo de decepción antes de darse la vuelta y seguir los pasos de su hermana.

El portazo del auto de Bernarda, que resonó en el estacionamiento, fue el disparo de salida. Ambos se miraron, y sin mediar palabra, se lanzaron a vestirse a una velocidad que desafiaría a The Flash, el silencio roto solo por el ruido de la ropa y el pánico compartido.

El silencio dentro del lujoso automóvil era tan denso y gélido que podría haberse cortado con un cuchillo. Sin embargo, no se dirigían a ninguna de las mansiones familiares. El destino era el departamento que Belle y Samira compartían. La orden de Bernarda era clara: Alexander Ferrer no podía enterarse. Por ahora.

Y con buena razón. Alexander era un hombre adorable... hasta que se trataba de sus hijas. Y con Belle, su hija mayor, esa joven suave, dulce, terriblemente educada y amable que parecía hecha de porcelana, su celopatía paternal alcanzaba niveles épicos.

Cuando Samira abrió la puerta del apartamento y vio el desfile solemne, Bernarda impertérrita, Belle pálida como la muerte, y Diego, con la expresión de un hombre caminando hacia su propio funeral, se persignó instintivamente.

Belle la fulminó con la mirada, un destello de "cállate o muere" en sus ojos normalmente gentiles.

Rodrigo, que había llegado como un perro apaleado detrás de ellos, intentó escabullirse pegado a la pared, buscando refugio en cualquier habitación o, preferiblemente, debajo del fregadero. Pero no contaba con su hermano.

Diego lo miró. No fue una mirada, fue un dardo envenenado de "si yo me hundo, tú te vienes conmigo". La amenaza fue tan efectiva que Rodrigo se quedó petrificado, pegado a la pared como un insecto en una colección, con una cara de culpabilidad que eclipsaba incluso la del propio Diego.

Bernarda se instaló en el sillón como un juez en el tribunal. Bajo su mirada gélida, Diego y Belle se alinearon automáticamente frente a ella, como dos cadetes en formación. Incluso Rodrigo, desde su rincón, se enderezó instintivamente.

—Bien —comenzó Bernarda, su voz serena pero cortante como un diamante.

—Ahora quiero saber qué rayos está pasando. Hasta ayer por la mañana se supone que se odiaban a muerte. Y hoy en la tarde... esto —hizo un gesto vago, pero elocuente que abarcaba su desaliño y proximidad.

—¿Qué creen que están haciendo?

Mientras hablaba, no podía evitar ver frente a ella una versión a escala real de aquellos dos preciosos muñequitos que jugaban juntos en la playa, inseparables. La memoria añadió una capa de nostalgia a su exasperación.

Desde un rincón, Angie observaba, una sonrisa apenas contenida asomando en sus labios. Algo en su interior siempre lo había sabido: estos dos no podrían mantenerse enojados una vez se reencontrarán de verdad. No era casualidad. Ella misma había movido cielo, mar y tierra y unos cuantos hilos en la junta directiva para asegurarse de que Belle consiguiera su pasantía de muralismo realista, precisamente en la empresa de los Bretón. Algunas semillas solo necesitan un poco de agua para florecer.

—Tía Bernarda —comenzó Diego, con una voz más firme de lo que se sentía por dentro. Con un acto de valentía que le tensó la mandíbula, tomó la mano de Belle, entrelazando sus dedos en un gesto de unión.

—Belle y yo hemos hablado mucho esta mañana, y…

—¡Hablado y mucho más, por lo que se ve! —estalló la voz de Samira, incapaz de contener su imprudente comentario mientras señalaba con el mentón hacia un chupetón bastante visible en el cuello de su hermana.

—¡Por los chupetones que…

Su voz se apagó de golpe, estrangulada por el súbito frío polar que inundó la habitación. Cuatro pares de ojos, los de Bernarda, Angie, Belle y Diego, se clavaron en ella con la fuerza de un rayo láser combinado. Samira se encogió instantáneamente, deseando que el sofá se la tragara, se la digiriera y reciclara sus átomos en algo útil, como un felpudo.

Ante el silencio mortal que siguió al comentario de Samira, Rodrigo se despegó de la pared como una sombra. En un movimiento fluido que combinaba pánico y un instinto de supervivencia profundamente arraigado, se acercó casi en posición de rastrero, le colocó una mano en la boca a Samira y, agarrándola por los hombros, la sacó del salón.

—¡Mmmpfh! —fue lo único que logró articular Samira, cuyos pies prácticamente trapearon el suelo mientras era arrastrada sin ceremonia hacia la habitación más lejana. Su desesperación por no perderse el chisme era tan palpable como la determinación de Rodrigo de salvarles el pellejo a ambos... o al menos, salvar el suyo propio.

Con Samira y Rodrigo fuera de escena, la tensión en la sala podía cortarse con un cuchillo.

Diego, sintiendo el peso de la mirada de Bernarda y el calor de la mano de Belle en la suya, respiró hondo y recuperó el hilo de su discurso.

—Tía Bernarda —comenzó de nuevo, con una seriedad que no admitía dudas.

—Lo que Samira... ilustró de forma tan gráfica, es una consecuencia de lo que le iba a explicar. Ayer nos odiábamos por una serie de malentendidos monumentales. Malentendidos que esta mañana, hablando como dos adultos que se deben respeto, aclaramos.

Belle asintió, encontrando su voz.

—Mami, lo de Kendall fue una mentira. Y lo de que nos odiábamos... era más fácil fingir eso que admitir que nos dolía la distancia.

Diego apretó su mano en señal de apoyo.

—La verdad es que lo que sentimos no es nuevo. Solo lo habíamos enterrado bajo el orgullo y la estupidez. Le pido disculpas por las formas, pero no me arrepiento de lo que pasó anoche, porque nos trajo hasta aquí, a decirle esto frente a frente: Belle y yo estamos juntos. De verdad esta vez.

Bernarda los observaba, su rostro era una esfinge impasible. Finalmente, una ceja se alzó lentamente.

—¿Y están preparados para las consecuencias? —preguntó, su voz bajísima.

—Porque Alexander no será el único problema. Están reactivando un volcán que toda la ciudad recuerda. La prensa, los círculos sociales... y esa tal Kendall, a quien, por lo que veo, tendré que dar un... paseo en mi auto.

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Marleys Sofia Cervantes
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Milcaris
Veamos que vas hacer ahora Kendall porque estoy segura que esto no lo esperabas..
Milcaris
Si te llegó a pasar un pensamiento fugaz con esa chica de una vez olvídalo.
Milcaris
Al malo y tramposo siempre le llega la hora de la caída.
Milcaris
Porque hay víboras haciendo de las suyas y tú inocente.
Milcaris
Cuando algo es para ti no importa si te quitas, el destino siempre hará de las suyas para que llegue nuevamente a ti.
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Jaime deberias de vigilar muy de cerca a la serpiente de Kendall
Maria Mongelos
Kendall es una víbora, su caída va a ser estrepitosa
Maria Mongelos
Querida Adri, esta muy linda la historia🫶
Maria Mongelos
El orgullo los va a separar y Kendall va aprovechar esto
Maria Mongelos
Kendall, no sabes con quien te metiste, ella es la hija de Bernarda, no cualquier pasante
Maria Mongelos
Gabriela y Kendall, va por Diego o por lo que tiene? Estas dos arpías espero reciban su merecido
MARCE MIRANDA
ja ja ja ya me callo muy bien Mia. definitivamente seria mi amiga
Elvira Fretes
que momento tan intenso en el ascensor ❤️, Belle tiene un arma secreta y es su madre Bernarda 😂😂, Gracias bella Adrianex por los capítulos ❤️
Elvira Fretes
jajajaj Rodrigo no cambia, jajajja,
Elvira Fretes
el comienzo de la guerra, Kendall es una envidiosa malvada, espero Belle este a modo resguardo como dice
Elvira Fretes
que reencuentro tuvieron, pero por suerte todo terminó excelente, cuando hay amor verdadero, no hay barreras, gracias bella Adrianex ❤️
Elvira Fretes
Kendall te salió mal la jugada, el orgullo a veces no es buena consejera
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