Juliette Bernard DuPont tenía la familia más amorosa del mundo, fue una niña muy feliz hasta que un fatídico accidente le quitó a sus padres.
La jovencita tuvo que irse de su país y de su vida para mudarse con la tía de su madre, la joven cambió su estilo de vida y ahora solo sobrevivía con una mensualidad que le daba para vivir bien.
Juliette se enamora de Ethan King, hijo de una de las familias más ricas de Inglaterra, pero este solo la ve como el gusto que se quiere dar porque es muy poca cosa para él y para eso hasta le propone matrimonio.
Luego de dos años de noviazgo, él la humilla en el altar y ella desecha y lista para recuperar su antigua vida, decide ir antes a una boda con su amiga, lo que no se imagina es que pasará de ser invitada a la novia y nada más y nada menos que del hermano de su ex, el cual está en silla de ruedas y por eso es plantado.
¿Podrán estás dos almas rotas unir sus pedazos y ser felices, o solo se unirán para cobrar venganza?
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Dolor
Elijah sintió una presión muy fuerte en su pecho, la escena era muy clara, Julie su Luz con la cabeza en el pecho del hombre y dormida, estaba desnuda, solo una chaqueta la cubría puesta encima de ella, se veía su pierna, no se imaginaba la gran sorpresa que se llevaría.
La prima de Juliette seguía insistiendo con que se fueran y no era para menos ver, esto era muy fuerte, lo agarraba del brazo y lo quería sacar de esa oficina.
Elijah ya acarreaba el miedo a la traición y ver esto era algo devastador.
—Elijah ven… vámonos, te llevo a tomar un trago, no mires más, por favor no lo mereces. —Dijo y Elijah se giró a ver a la mujer.
—Mejor vete tú, por favor. —Hablo tajante y la mujer lo tomo de las mejillas
—No mereces esto Elijah, nadie debería dañarte así, eres tan bueno. —Dijo acercándose a su boca, pero él la alejó.
—Vete por favor… —Dijo sacándola de la oficina, entonces con todo y dolor se acercó a la pareja frente a ellos.
—¡Juliette!, ¡Juliette! —La llamó dos veces y no contestó. —Su corazón dolía, pero ¿por qué no se iba y ya? Era muy fácil irse con esa mujer que era obvio lo que quería, pero ella no era su luz, ese ángel no era así.
Elijah se acercó a ellos y la movió, pero no pasó nada, también lo movió a él y tampoco, allí se preocupó y levantó del cuerpo de ese hombre a su esposa, el hombre estaba en bóxer y ella si estaba desnuda solo tenía puesta unas pequeñas bragas.
La rabia lo consumió, lanzó la chaqueta del hombre lejos y la cubrió con la de él, su mujer estaba indefensa, parecía dormida, pero estaba pálida y muy fría.
—Miguel, sube de inmediato necesito que te encargues de llevar al hospital al hombre que está en la oficina de Julie, y deja a alguien cuidando la oficina para que nadie entre. —Ordenó y bajó con su mujer en brazos.
Tomó el ascensor privado y mientras el dolor en su pecho aumentó, pero ahora era por miedo a perderla para siempre.
Observo a su mujer y al ver la hilera de sangre que bajaba de sus partes imaginó lo peor y casi enloquece, su mujer estaba muy lastimada.
—Amor, Julie… mi luz despierta… —Elijah salió de la caja metálica minutos después con su esposa en brazos. Miguel, por otro lado, subió y encontró la escena.
Miguel se maldijo por no haberle hecho caso a la petición de Juli y esperar en la sala de descanso que daba justo frente a su oficina y era toda de vidrio, observó al hombre dormido o más bien inconsciente y lo sacó de allí, ese hijo de puta pesaba, dejó a dos hombres más cuidando la oficina y bajó.
Elijah se subió en la parte de atrás con su mujer y le pidió a su chofer llevarlo a la clínica más cercana con urgencia, el auto iba muy rápido y así mismo de acelerado estaba el corazón de Elijah
—Mi luz despierta, perdón por dudar de ti, estuve a nada de irme por el dolor en mi pecho, maldita sea Luz abre tus ojos. —Estaba desesperado, llegaron a la clínica y de inmediato la atendieron en ningún momento se quiso salir y dejarla sola, los doctores la revisaban y le pedían salir, pero no hizo caso.
—Soy Elijah King, esposo de esta mujer y de aquí no me voy. —Los doctores lo dejaron, no se echarían a un King encima, hicieron lo que pudieron para estabilizarla, la revisaron y limpiaron todo frente a los ojos de Elijah, la presión se le había subido.
Elijah aguardaba pacientemente mirándola, pidiéndole a Dios que la ayudara, que la salvara y que por favor no le quitara a su luz.
Un rato después la dejaron sola y él comenzó a llamarla y a hablarle, pero no despertó.
—Mi luz despierta, por favor cariño, aquí estoy lamento, mi comportamiento fui un idiota amor despierta, yo te necesito. —Habló bañado en lágrimas.
—Señor King, acompáñeme por favor. —Pidió un doctor, una vez afuera habló.
—Señor King, su esposa fue drogada con un alucinógeno y un afrodisíaco. —El corazón se le oprimió a Elijah y este apretó sus puños.
—Lo peor es que este tipo de sustancias es compatible con alcohol, normalmente se sirve en discotecas a sus víctimas, pero no es compatible con cafeína. —Dijo y Elijah frunció el ceño.
—Como se dio cuenta, revisamos muy bien a su mujer y no hay lesiones ni indicios de que haya tenido relaciones sexuales. —El doctor seguía.
—Esto se debe solamente a que cuando los componentes se mezclaron causaron fuerte impacto en ambos, imagino que se desmayaron al instante y eso no era lo que querían con esta droga. —Elijah no podía procesar todo lo que escuchaba.
—Me informaron del hombre que encontraron con su esposa y él ya está reaccionando, pero con su señora es más complicado, señor.
—Qué quiere decir. —La voz del hombre estaba llena de preocupación.
—La sangre que encontramos en su esposa es por una amenaza de aborto, su esposa está embarazada y el bebé está en peligro al igual que ella. —El hombre se quita los lentes y lo mira, mientras que en la cabeza de Elijah solo se repite embarazo y aborto.
—Si usted hubiese dudado en traerla, su esposa estaría muerta en este momento señor King, ya tratamos de sacar la sustancia de su sistema, ahora solo queda esperar. —Dijo y esta vez el corazón de Elijah casi se detiene, se culpaba por no sacarla de inmediato de allí, por haber siquiera dudado un instante, la cabeza de ese hombre era un total caos.
El esposo de Julie permaneció allí, sentado a un lado, no se iba a mover de ese lugar, Miguel lo llamo para darle un reporte de efectivamente el café era que traía la droga, ya había llevado las tazas a revisar.
—Miguel quiero las cámaras de la oficina ya. —ordeno Elijah.
—Ya las buscamos, señor King, no está grabado todo el día de hoy, esto lo tenían planeado, ya me estoy encargando. —Hablo el hombre.
—Sigue buscando cualquier cosa que nos diga quién pudo haber Sido. —Dijo y colgó.
—Mi luz, por favor despierta, debes hacerlo, quiero ver esas hermosas esmeraldas si, no te rindas, Bebé nos necesita. —la mano de él tomó la de ella, estaba arrodillado a su cama con el alma por el suelo.