Nick es un hombre millonario, exitoso, guapo, y amable, alguien que lo ha tenido todo… Pero su pasado es mucho más gris y profundo que aquella fachada, porque años atrás, luego de perder la memoria, terminó en un orfanato donde la pasó abusos, humillaciones y problemas, pero gracias a la bondad de un hombre que lo adoptó, su vida mejoró. Sin embargo, ¿quién podría imaginarse que, aun así, le faltaba un obstáculo mucho más complicado que enfrentar? El amor llegó a su puerta, de una manera singular e incluso puede parecer incorrecta.
Por otra parte, Jennifer creció como una hermosa joven, que aunque no tenía a su madre, sí tenía un hogar lleno de amor junto a su padre y sus cuatro hermanos adoptivos. Sí, adoptivos, que aunque no tenían un lazo de sangre que los uniera, el lazo de la familia… o del amor, era más fuerte. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
ESTA NUEVA NOVELA ESTARÁ LLENA DE EMOCIONES, PROBLEMAS Y CONFLICTOS… PERO IGUAL QUE EN MIS OTRAS NOVELAS, EL AMOR PREVALECE.
LOS AMO
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Capitulo 10 "Primer día viviendo juntos"
Es la primera vez que Jen viene a mi apartamento, a decir verdad, espero que le agrade. Está acostumbrada a tener su espacio y ser tan libre como quiera. Yo soy más organizado y mucho más meticuloso, ella cuando cocina deja la cocina hecha un desastre; en cambio, yo limpio hasta el más mínimo detalle, pero en cuanto a alegría y libertad, no hay nadie que le gane. Ah, y también en ser mandona.
—¿Qué tanto me ves? —pregunta enojada en el ascensor
—Nada. Es la primera vez que vienes a mi apartamento —saco el tema para hablar.
—He estado muy ocupada —balbucea rápidamente, apartando la mirada.
—¿Tanto como para no visitarme ni una sola vez?
—No quería incomodar a tu novia la hipócrita peli teñida. Además, la universidad me absorbe mucho tiempo, y si tanto querías que te visitara, podrías haberme invitado.
—Lo hice, en dos ocasiones, pero jamás resiví respuesta de tu parte, así que creí que era mejor no insistir.
—Eso ya no importa. Viviré contigo porque no tengo otra opción. Sé que no me quieres cerca, yo tampoco te quiero en mi radar, así que será mejor que coloquemos reglas.
—¿Quién dijo que no te quiero cerca? —ignoró mi pregunta y directamente salió del ascensor tomando la maleta ella misma, luego se giró para qué la guiara, llegamos a la puerta de mi apartamento en el último piso —mi contraseña es 04109, agregaré tu huella digital en la tarde —asintió y entonces entró directamente algo incómoda
Entró y dejó la maleta a su lado, observó un poco y carraspeó al verme, entonces suspiró.
—Bien… ¿Dónde dormiré? ¿Puedo guardar mis cosas?
—Claro, te enseñaré tu recámara. Si quieres, puedo cocinar algo mientras desempacas —me vio extrañada, entonces continué —no has desayunado aún.
—Puedo arreglarlas sola, gracias —sin más entró a su recámara y cerró la puerta sin verme siquiera. Suspiré y me dirigí a mi estudio donde tenía que revisar algunos documentos, entonces al rato salió y vi que me estaba mirando de reojo en la puerta.
—Debo ir a la universidad a arreglar unos documentos y notificar que comenzaré mis prácticas —dijo mientras tomaba un bolso juvenil de jean y se lo colocaba a un lado.
—Claro, arreglaré esto y te llevo —me levanté para seguirla, pero entonces me detuvo.
—Puedo ir sola, Nicolas
—No, no puedes estar sola por ahí. Vamos —me dirigí a la puerta y me siguió camino al subterráneo donde están los autos, llegué al mío y cuando iba a abrirle la puerta, entró una llamada.
—Señor Monroe, la señorita Pirs, ya está para la reunión que solicitó —me recordó mi asistente y maldije para mis adentros.
—¿Ahora? Entretenla un poco, llevaré a mi her —puedo ir en un taxi—interrumpió Jen de la nada y alejé el teléfono.
—No, te llevaré yo.
—Tienes suficiente trabajo en la empresa y no eres mi niñera. Tengo guardaespaldas, tomaré un taxi y ellos me seguirán como siempre. Adiós —sin más se dirigió a la salida trasera y vi que se subió en el primer taxi que miró. Entonces me encaminé a la empresa.
¿Por qué demonios ya no me sonríe? Se supone que yo era su hermano favorito. ¡Qué frustrante es esta mujer!
Al llegar a la empresa me reuní con la señorita Pirs y cerramos el negocio de la nueva tecnología que le venderemos. Después revisé documentos y leí los planes de negocios para ver cuáles autorizar y hacerles seguimiento o cuáles otros descartar. En eso llegó Vanesa de la nada y entró a la oficina.
—¿Qué hace aquí, señorita Taurrens? Creí dejarle claro que, a menos que se trate de negocios, no quiero volver a verla en mi empresa.
—¿Y qué te hace pensar que no vienes a hacer negocios?— canturreó feliz, acercándose contorneando sus caderas en su vestido verde ajustado.
—En ese caso debe hacer una sita como mi asistente, estoy bastante ocupado para atenderla en este momento, por favor—le señalé la puerta y apretó la carpeta entre sus manos.
— Creo que merezco un poco de exclusividad, ¿no? Después de todo, tenemos historia, amor.
— Justamente por eso es que prefiero dejarla de última en la fila, incluso me atrevo a decirle que no me interesan sus negocios. Ahora salga de aquí y recuerde que no hay nada entre nosotros.
—Sabes que volveré
—Y siempre recibirás el mismo rechazo, ahora vete o llamaré a seguridad, ¡señorita Williams! —Llamé a Lara y entró a la oficina—por favor, acompañe a la señorita Terrens a la salida.
—¡Puedo irme sola! —se alejó de Lara al mirarla mal, entonces mi teléfono sonó y al ver que era Jen sonreí.
—¿Dime?
— Terminé lo que tenía que hacer aquí, voy camino a la empresa para que arreglemos mis prácticas.
—Muy bien, te espero y luego podemos ir a almorzar a tu restaurante favorito y tomarnos la tarde libre —la siento sonreír por lo bajo, entonces también sonreí.
—¿Estás seguro? ¿No tienes planes?
—No, cancelaré todo y podemos tomarnos la tarde. Hace tiempo que no pasamos tiempo juntos. Sube a un auto de los guardaespaldas y ellos te traerán.
—Muy bien, nos vemos ahora entonces.
—Te espero —sonreí de nuevo y me quedé mirando el teléfono un momento, entonces al levantar la vista, mi sonrisa se convirtió en una mueca al ver a Vanesa aún aquí—¿no se ha ido ya? ¿Espera una tarjeta de salida o qué?
—¿La maldita de Jennifer va a venir?—me tensé de la rabia y a zancadas la acorralé contra mi escritorio con enojo y el miedo se apoderó de su expresión.
—Primero, ella no es ninguna maldita, y para ti ella es la Señorita Monroe, quien próximamente será la dueña de esta empresa. Así que trátala con respeto si no quieres que te arruine la vida. Segundo, si ella viene o no, no es asunto tuyo ¿Entendido?
—Si viene, si es asunto mío, esa maldita no es más que una oportunista. Ustedes ni siquiera son hermanos y lo saben; lo peor es que esa maldita te ama.
—No digas estupideces, es mi hermana, tus celos son sin sentido ni fundamento. Ahora lárgate de aquí o llamaré a seguridad y te sacarán de una manera menos amistosa.
—No te molestes, debo hacer algo yo misma—salió como alma que lleva el diablo, entonces Lara sonrió.
—Usted también puede retirarse, señorita Williams.
— Nick, soy Lara. No me gusta que me llames por mi apellido.
—Es mejor mantener la formalidad —me solté el botón del traje y me dirigí a mi silla, pero Lara seguía adentro, entonces crucé las manos sobre la mesa y fijé la miera en ella —¿Qué quieres, Lara?
—Solo quiero disculparme —entreabrí los labios confundido, entonces ella pareció indignada —lo sé, sé que es difícil de creer. Pero… creo que si no te dignaste a darme una oportunidad en cuatro años que te he perseguido, no lo harás nunca. Así que dejaré de desperdiciar mi vida en ti —sonreí incrédulo, entonces enrojeció de rabia—¡es en serio! Hay alguien que… bueno
—Te interesa —deduje con una sonrisa aliviado—muy bien, te deseo felicidad, y tus disculpas son aceptadas, Lara —dije en tono más cálido y sonrió dulcemente como años atrás—puedes salir
—Gracias. Ah, y… cancelaré tus reuniones para que pases la tarde con tú… con la señorita Jennifer.
—Mi hermana —le corregí, pero sonrió de lado.
—Claro, tu hermana —dijo en un tono más burlesco y salió de la oficina. Bueno, un problema menos, sería lindo recuperar a una amiga.
JEN
¡No lo puedo creer! Pasaremos la tarde juntos, tal y como antes. “No te emociones” me recuerdo una y otra vez tomando mis mejillas.
Al llegar a la empresa, voltearon a verme. Es verdad que no llevo ropa elegante, pero de todas maneras no me veo mal, y la mayoría me conoce, así que sonreí. Tal vez se extrañan al ver que me siguen cuatro hombres con traje de negro y porte de robot.
—Buenos días a todos —saludé sonriente y asintieron sonrientes. Me dirigí al ascensor que da directo al de presidencia donde está Nick, pero al entrar me choqué de frente con Vanesa y su mirada soberbia ¿por qué está ella aquí?
—Señorita Tarrens —la saludé formalmente e intenté entrar al ascensor, pero me detuvo del brazo, entonces la encaré—. ¿Qué quieres?
—No, ¿qué quieres tú y qué pretendes al visitar a mi prometido?
¿Prometido? ¿Ya se comprometieron? No pude evitar decaer, pero entonces levanté la mirada. El que estuviera triste o no, no tiene ella por saberlo.
—Tengo derecho de visitar a mi hermano cuántas veces se me dé la gana, así que la apártate de mi camino —la hice a un lado y me adentré y justo cuando estaba por cerrarse el ascensor, ella lo impidió y metió un pie.
—¿Hermano? Ustedes no son hermanos reales. Quién sabe si ya no habrás pasado por sus sabanas como la arrastrada que eres?—me restregó en la cara con soberbia y sonreí.
—Si sucedió o no, no es tu asunto, querida. Y qué poca fe le tienes a tu “prometido” ¿En serio vas a seguir con él aún con las dudas de si pasé por sus sabanas? —sonreí con tranquilidad, entonces de la nada me quiso dar una cachetada, pero se la detuve en el aire— no, no, no, no te equivoques conmigo. Soy paciente, pero tengo un límite. A mí me respetas, te guste o no. Porque si no te casas con Nick, te guste o no seré la dueña de esto, y si lo haces serás mi cuñada y me deberás respeto. Así que más te vale que empieces a bajarle a tu soberbia
—Cuando Nicolas y yo nos casemos, me aseguraré de acabar contigo. Te guste o no él es mayor que tú y prácticamente es el presidente de este lugar
Me reí abiertamente de sus ridiculeces.
—Primero, asegúrate de seguir siendo su novia. Se nota que no conoces a Nick ni un poco, y no te preocupes, no tengo intención de quitarle su lugar ni su esfuerzo. Así que perfectamente podremos manejar las empresas, después de todo somos un imperio. Uno que está muy por encima del tuyo, querida —la mire de arriba abajo con desdén cruzada de brazos y aunque es más alta que yo y viene superelegante y bonita no me dejo intimidar —Guardias, acompañen a la señorita a la salida, no vaya a ser que se equivoque de camino —asintieron a la vez y ella intentó zafarse, pero no la soltaron y la sacaron casi en el aire del lugar, entonces llegué a la oficina de Nick
No sé ni qué pensar, esa mujer no le conviene para nada.