Andrew Quintana, es un hombre de treinta y cinco años. Guapo, alto de muy buen ver, pero sobre todo millonario, tiene una reputación impecable. Muy pocos conocen a lo que realmente sé dedica, detrás de esa figura intachable, se esconde un verdadero hombre despiadado sin el más mínimo sentimiento, los que realmente lo conocen saben de lo que es capas, de hacer cuando se meten con él.
En una persecución, tratando de atrapar a su peor enemigo, recatada a una chica que lo hará perder la cabeza, poniendo su vida y su casa patas para arriba.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir de que es capas de hacer este hombre y quienes la chica que lo hará perder la cabeza.
NovelToon tiene autorización de Yingiola Macosay para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo. 22. Mi triste realidad.
Después de platicar con Diana subí a mi habitación, me di una buena y larga ducha, cuando salí me recosté pensado en mi pelirroja, en que estaría haciendo en esos momentos. Será que está pensado en mí.
Me sentí un poco extraña, pues me había acostumbrado a los lujos en la mansión de Andrew, pero esta era mi realidad, pero estoy feliz, de estar otra vez en mi casa con mis papás.
Al día siguiente me quede dormida, si no es por mi hermana que me fue a levantar, ya eran más de las siete de la mañana. Vamos princesa Quintana aquí no estás en tu mansión. Hay que ir al puesto, los tomates y las calabazas no se venden solas.
Me levanté a toda prisa me di un baño cuando salí me vestí lo más rápido que pude, me puse unos jeans ajustados con una blusa ancha color blanca y unos tenis. Solo quede viendo las zapatillas y se la di a mi hermana. Toma son tuyas.
Mi hermana solo me quedó viendo sin decirme nada, pensará que estoy loca, porque nunca le preste lo que eran mis zapatillas y ahora se las estoy regalando.
Después salí de cuarto, mi hermana ya tenía todo listó para irnos, solo que viendo al condenado carro viejo que por su culpa había ido a parar hasta Colombia, le rodé los ojos en blanco a mi hermana diciéndole. Y ya sirve el mugroso carro ese, o todavía sigue dando la lata.
Cuando quiere arranca bien, y si no ya sabes. Ya no le respondí nada a mi hermana si ya sé la respuesta, con respecto a ese carro viejo.
Esa mañana me levante un poco tarde, después de desayunar salí para mi empresa. Luis ya me estaba esperando pues teníamos que ir a ver unos terrenos, y después iríamos a ver otro terreno donde daremos inició a la construcción de un edificio para departamentos.
Así que tendré todo el día ocupado, pero eso no evita que no piense en mi niña pelirroja.
Cuando llegamos al mercado, la gente que me conocía solo me quedaban viendo como bicho raro.
Ya saben como es pueblo chico, infierno grande, aquí todos viven del chisme de los demás sin ver su cola de ellos.
No les di importancia y me puse acomodar todas las cosas que habíamos llevado para vender.
El día transcurrió de lo más lento, yo estaba más que aburrida, pues no había mucha venta. Solo podía estar pensado que podía estar haciendo mi loco amargado, mi hermana me saco de mi loco pensamientos. En que tanto piensa hermanita.
Nada, en que puedo pensar Itzel. Sabes ahora no voy a saber si pase mis últimos exámenes, estaba estudiando.
En serio Alondra, estabas estudiando.
Si, mi amigo Luis, me ayudaba a estudiar un poco, cuando no le entendía a algunas tareas.
Tu amigo Luis, y ese quien es.
Él es amigo de Andrew.
Así, y como es, es joven guapo.
Bueno si es joven, y digamos que si es algo guapo.
Y será que algún día ese chico, te venga a visitar. Digo como eres su amiga. Me quede viendo seriamente a mi hermana. Bueno, y a ti que te pasa ya estás urgida por marido.
Bueno no, pero que querrás que me case con uno de aquí del pueblo, que no vez que todos están feos, viejos y arrugados más que una ciruela pasa.
Pues entonces no te casa y ya, asunto arreglado.
Como eres de mala, como tú ya tienes a tú Andrew, que quieres que yo me quede solterona.
Yo no tengo a nadie, él es solo mi amigo.
Si como no, a otro perro con ese hueso, bien que te escuche que decías su nombre. Cuando escuche lo que dijo mi hermana casi me trago la naranja que me estaba comiendo, ella se comenzó a reír. Viste estoy segura de que tú estás enamorada de ese tal Andrew.
Mi hermana me estaba comenzado a sacar de mis casillas con todas sus tonterías no se a donde quiere llegar con tantas tonterías que dice. No quedo más que hacer que no la estaba escuchando me levante de donde estaba sentada y me acomode un poco mis cabellos.
Así pasamos todo el día en el puesto, hasta que llego la hora de irnos a la casa, comenzamos a levantar y acomodar todas nuestras cosas.
Cuando llegamos a la casa mi madre estaba sería nunca la había visto así, me quedo viendo para después decirme. A ver Alondra me puedes decir que significa esto.
Vi que ella esos tenía en sus manos una tarjeta de crédito y teléfono celular, yo no entendí nada en ese momento, así que le respondí tranquilamente. Pues eso es una tarjeta de crédito y eso un celular. Su usted no sabe, menos yo.
Vi que ni madre arqueo la cejas y le canto la mano para darme un golpe, no me quedó más que alejarme de mí madre si no quería que terminara dándome mis buenos golpes por respondona.
Tú crees que soy tonta, sé muy que es esto Alondra, te pregunto por qué lo encontré en tu bolso que trajiste.
Me quede pensando si yo no tengo una tarjeta de crédito y teléfono no deje, como es que eso llego a mi bolsa.
Alondra más vale que me digas de donde sacaste esto.
Ya le dije que yo no sé. Pero en eso recordé que baje para ir a los sanitarios y mi bolsa quedo dentro del auto, entonces fue Andrew quien lo puso ahí. ¡¡Quien más!!
Cuando venga tu padre le diré sobre esto.
Cuando escuche que dijo que se lo diría a mi padre, reaccione rápido inventando una mentira. A, ya mamá cuando estaba en esa casa salí de compras con una de las empleadas y medio a guardar su tarjeta y su teléfono, cuando llegue a la casa fue cuando el señor Quintana me dijo que me traería, así que se me olvido dársela.
Espero que sea cierto lo que estas diciendo Alondra. No quiero que por ningún motivo sigas en contacto con ese mafioso, recuerda tu lugar, no somos mas que unos pobres campesinos y tu una campesina, los ricos hacen lo que quieren con nosotros los pobres.