El Yerno Despreciado que se Convirtió en Mafioso

Se podían escuchar gemidos apagados respondiéndose entre sí en el interior de la habitación de un hotel de lujo. El sudor corría por los cuerpos de ambos.

El ambiente de aquella noche era cálido y excitante. El sonido de la cama crujiendo delataba la energía que aún los movía en la búsqueda del placer mutuo, en la entrega al calor del otro.

"Arga, yo voy a... ahhh...", Selena le dio la señal al hombre que la penetraba con furia, su futuro cuñado.

Arga asintió con la cabeza y dijo: "Juntos".

Con esas palabras, Arga aceleró el movimiento de sus caderas, penetrándola aún más profundo.

Finalmente, ambos gimieron al unísono, embargados por el placer, al sentir la liberación en la parte baja del vientre.

"Ahhh.... ahhhh..."

A Arga siempre le gustaba acabar dentro de las mujeres con las que se relacionaba, ya que para él era mucho más placentero que hacerlo externamente.

Se aseguraba de que todas sus parejas tomaran pastillas anticonceptivas, garantizando así que no se quedaran embarazadas. Arga sólo quería tener un hijo con una mujer de buena familia, como Luna.

Con la respiración entrecortada, Arga observó las marcas rojas y la saliva aún visibles en el pecho de Selena y, a continuación, la besó suavemente allí.

"Oh... Arga.", Selena abrazó la cabeza de Arga, besando la parte superior de su cabeza.

Arga se retiró del interior de Selena, dejando atrás la marca de su unión.

Tras dejar a Luna, Selena se había citado con Arga para satisfacer sus deseos mutuos. En realidad, Selena se sentía molesta con Arga, ya que este sólo la buscaba cuando necesitaba aliviar sus necesidades fisiológicas. A pesar de que Selena disfrutaba de sus momentos con Arga en la cama, él dejaba claro que su interés estaba únicamente en Luna. Para Arga, Selena era sólo una forma más de saciar sus deseos carnales.

"Entonces, ¿vosotros aún no...?", preguntó Selena a Arga. Ambos se estaban poniendo la ropa que habían tirado al suelo.

"Todavía no, esa mujer es muy difícil de convencer.", respondió Arga, vistiendo sólo los pantalones, exhibiendo su torso desnudo, mientras encendía un cigarrillo con su mechero.

Tras dar una larga calada y soltar el humo por la boca, Arga preguntó a Selena: "He oído que YBS está muy interesada en una colaboración con Wilson Group, ¿es cierto?"

"Sí, y yo estoy detrás de su CEO.", respondió Selena, ya completamente vestida. Se sentó al lado de Arga, que fumaba tranquilamente.

"Pero, ¿Rafael Wilson no está prometido?"

"Sí, lo está. Pero si hasta a tu futuro cuñado puedo conquistarlo, imagínate a un hombre simplemente prometido.", dijo Selena con arrogancia.

Arga soltó una carcajada: "Nuestro juego ha estado muy bien. Después de casarme con Luna, te visitaré siempre que necesite liberar el estrés."

Arga no se conformaba con sólo una mujer.

Selena acompañó su carcajada: "Vamos a ver quién se vuelve más adicto, ¿si yo o Luna? Y también quiero descubrir quién es mejor en la cama, ¿Rafael Wilson o tú?"

Selena comprobó su teléfono y suspiró, decepcionada, al ver que no había recibido ningún mensaje. Había contratado a tres hombres para que los grabaran mientras se acostaba con Luna.

Selena quería que Arga odiara a Luna. Esperaba que, después de la boda, Luna sufriera en manos de Arga, y que su matrimonio fuera un infierno.

"¿Por qué no me han enviado todavía el vídeo?", se preguntó Selena.

Drrrrtt...

Drrrrtt...

Drrrrtt...

El teléfono de Arga vibró. Lo cogió rápidamente y leyó el mensaje que había recibido.

[Jefe, la transacción del tráfico de órganos ha sido un éxito, hemos ganado bastante.]

Arga esbozó una sonrisa maquiavélica. No le importaban las víctimas de la trata de personas que controlaba. Lo importante era enriquecerse.

Cada clan de la mafia tenía sus propios sitios web y empresas, protegidos por sistemas de seguridad casi impenetrables. Y con el clan The Dragon no era diferente. Al fin y al cabo, no eran aficionados.

Arga se acordó de Luna. No la había visto en todo el día, ya que había estado muy ocupado con sus negocios. Siempre que se sentía cansado o estresado por el trabajo, necesitaba encontrar una forma de liberar sus frustraciones. Por eso, había llamado a Selena aquella noche.

Ya había llamado a Luna cuatro veces, pero ella no contestaba. Eso lo estaba poniendo de mal humor.

"¿Dónde se habrá metido Luna? ¿Por qué no contesta al teléfono?", murmuró Arga, irritado.

Selena sólo sonrió, ya que sabía exactamente dónde estaba Luna y lo que estaba haciendo. Estaba segura de que Arga se quedaría en shock cuando viera el vídeo de Luna acostándose con tres hombres al mismo tiempo. Selena planeaba enviarle el vídeo la noche de bodas de Arga y Luna.