Diana es una chica de solo 20 años que, se ve comprometida con el que tiempo atrás fuera su novio, sin embargo ella se niega a casarse por que el es un mujeriego qué siempre le fue infiel durante su relación y es por eso que ella decidió terminar la relación. Sin embargo su padre debe una cuantiosa suma de dinero a causa de un negocio que salió mal y el se ve en la necesidad de comprometer a su hija con Roberto su ex novio a cambio de él pagar la deuda. Diana esta tan decepcionada y molesta que se va a un bar a beber y allí se encuentra con Mateo quien cambiara su vida por completo.
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Capítulo 4
Al recordar al hombre de inmediato jiró la cabeza, buscándolo, esperando que solo hubiera sido un sueño.
Al encontrarse de frente con el extraño se dio cuenta de que todo había sido real tan real como lo recordaba su rostro se ruborizó sentía que la cara le ardía.
Estuvo a punto de exclamar un grito qué de inmediato fue ahogado para no despertarlo, se cubrió la cara con sus manos tratando de asimilar todo eso.
Se maldecía a sí misma por lo que había pasado, pensando como había sido tan atrevida en donde había quedado su pudor.
Lo miro por un momento, era muy guapo y al recordar la noche juntos sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, como pudo salió de la cama. Tratando de hacer el menor ruido posible para no despertarlo, pues lo mejor era salir antes de que él pueda verla de lo contrario sería muy difícil esta situación, Diana estaba realmente apenada por su comportamiento y se lamentaba por haber tomado tanto tequila.
Tratando de calmar su remordimiento, pensaba que ella no sería capaz de hacer algo así, que de no ser por tanto tequila qué tomó ella nunca hubiera hecho semejante locura.
Diana tomó su ropa y entro al baño para asearse y poder vestirse al mirarse al espejo vio en su cuello algunos moretones, que solo le recordaban todo lo vivido, Diana se quedó por un momento perdida en sus pensamientos mientras inconscientemente tocaba su cuello donde tenía las marcas.
Al mover un poco más su mano se dio cuenta de que algo le faltaba y desesperada movió su mano por todo el cuello, buscando un rosario qué le había regalado su abuelita antes de morir.
Diana buscó inútilmente pues el rosario no estaba por ningún lugar sacudió su ropa esperando que por allí saliera pero fue inútil.
Después de eso lágrimas comenzaron a brotar como torrentes por sus ojos era irónico, ella había perdido su virginidad y su rosario al mismo tiempo, las dos cosas que más le importaban en la vida. Sin embargo, le dolía más el haber perdido su rosario, ya que era el único recuerdo de su abuelita.
Y sintió un gran pesar, al recordar a su abuelita y el momento en el que se lo dio, para ella era casi cómo si junto a ella estuviera su abuelita y cada que lo sentía era como si su abuelita le hiciera una caricia y estaba cerca de ella.
Después de todo se vistió, por lo borracha qué estaba bien pudo haberlo perdido en cualquier lugar incluso en el bar. Le dolió bastante, pero tubo que recomponerse y hacerse ala idea de que no lo podría recuperará jamás.
Diana salió sigilosamente del baño y echándole una última mirada a aquel extraño qué aun dormido se veía bastante guapo y atractivo, se dispuso a salir, ella tomó el pomo de la puerta y cuando estaba a punto de girarlo, escuchó una voz gruesa y seductora qué la dejo helada.
- Te piensas ir así sin despedirte, le dijo aquel extraño hombre a Diana, ella tímidamente se giró para mirarlo, y Aunque quiso decir algo de su boca no salió un solo sonido lo único que hizo fue abrir y cerrar la boca sin decir nada, no tenía la menor idea de que decir.
Ella se puso aún más nerviosa, cuando él se le acercó, ella trató de no mirar, mientras el rostro se le ruborizó al instante qué lo vio, solo con un short dejando desnudo todo su dorso.
A Diana le pareció muy sexy, fuerte y musculoso el bello en el pecho realmente le sentaba muy bien. Apenas podía darse cuenta de como era el hombre con el que había pasado la noche a quien le había entregado su virginidad.
Diana agachó la cabeza para esquivar su mirada y tímidamente le dijo lo siento esto no debió haber pasado.
Sorprendido el hombre le dijo.
- ¿Qué, como es posible que después de que anoche me sedujiste me insultaste, para que pasáramos la noche juntos ahora me dices solo que lo sientes que esto no debió haber pasado?.
Diana se sorprendió aún más al escucharlo, pues realmente no sabia como reaccionar esta era la primera vez que estaba con un hombre y no sabía como debía comportarse, pensó soy tan tonta que no se ni que carajos debería decir.
- Yo no tengo idea de que debería decir, es la primera vez que estoy en una situación así, dijo titubeando. - acaso no solo debería tomar mis cosas e irme.
- Ja que fácil, bienes y me seduces y ahora solo te quieres ir así como así, no creas que te será tan fácil. Por lo menos debes de retribuir en algo lo que paso anoche.
- ¿Qué?, Diana casi se ahoga con su propia saliva al escuchar qué debe retribuir por lo que paso, acaso este hombre está loco o algo así.
-De Ninguna manera, lo que paso fue porque tu también lo quisiste, yo en ningún momento te puse una arma para que estuvieras conmigo, si no querías fácilmente te hubieras negado. Así que yo de ninguna manera te debo nada Diana estaba molesta y levantó un poco la voz.
- Tranquila no te alteres es muy temprano para que hagas corajes, sabes te pude hacer daño ala vesícula. Le dijo mientras sonreía coquetamente.
- Como pretendes que esté tranquila, con lo que has dicho, esto no debería de ser así, no es que tenga mucha experiencia, pero creo que esto solo fue un encuentro casual entre un hombre y una mujer que ni siquiera se conocen, Así que lo mejor es irme y olvidarme de todo esto y hacer como que nunca pasó, si por alguna razón nos volvemos a encontrar simplemente seremos dos extraños.
- En otras circunstancias, así habría sido y en lugar de pedirte algo a cambio yo te hubiera retribuido de una manera muy generosa sabes no suelo ser tacaño, es por eso que muchas me buscas esperando recibir algo a cambio y creo que todas se van contentas aparte de pasar un buen rato económicamente siempre salen ganando.
Pero dado tu caso, las cosas no puedes ser así.
Diana estaba sumamente molesta su rostro no ocultaba su disgusto, exasperada pregunto.
-¿Y según tú cuál es mi condición?.
- Era, era tu condición tiempo pasado ahora ya no.
- Habla claro y déjate de tonterías.
- Tú eras señorita y es un poco delicado meterse con alguien así, por qué fácilmente podrías obligarme a casarme contigo o demandarme por abusar de ti.
- Bueno, pero ninguna de esas dos cosas pasará, así que puedes estar tranquilo, y en este momento me voy.
Diana pensó que dejándole en claro que ella no tenía el más mínimo interés en él, ya podría irse y salir de todo este rollo de una vez por todas, pero eso era solo lo que Diana pensaba.
- No tan rápido aún no hemos arreglado el problema. Aún no me has dicho como es que me vas a compensar por la noche que pasamos. Le dijo en un tono serio e intimidante.
Diana se molestó aún más, pues lo que había creído qué era una broma de mal gusto, se estaba convirtiéndo en un dolor de cabeza, definitivamente aún no salía de un lío cuando ya se había metido en otro aún peor, se lamentaba por haber bebido de esa manera y que por lo enojada qué estaba terminara haciendo lo que hizo.