Williams, un joven adolescente, descubrió su orientación sexual con su amigo más cercano. Al revelarlo a su familia, se encontró con una oposición feroz y fue expulsado de su hogar sin ayuda. Desesperado, buscó a su amado solo para descubrir que también lo había abandonado. Destrozado, vagó por las calles en busca de un lugar donde vivir. En su camino, se cruzó con Luke, un hombre bondadoso que, junto a su esposa, le ofreció refugio y apoyo. Años después, Williams conoció a Steven, un lobo delta que lo reclamó como su pareja, trayendo consigo una nueva esperanza y un futuro lleno de amor y aceptación.
tercer libro de Génesis la gran luna
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capítulo 1
El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de anaranjados y morados vibrantes. El lago, espejo del cielo, reflejaba la tranquilidad del entorno, donde el murmullo de las hojas de los árboles se entrelazaba con las risas de los niños que jugaban en la orilla. Era un lugar familiar para Williams, un refugio donde pasaba cada verano junto a su familia y los amigos de su padre.
Desde hacía días, la presencia de Gastón llenaba el corazón de Williams de una mezcla de alegría y ansiedad. Aunque solo tenía diecisiete años, mientras que Gastón tenía dieciocho años ambos compartían un vínculo que iba más allá de la amistad, un secreto apenas susurrado entre ellos. Gastón era un joven atractivo, con cabello castaño que danzaba con la brisa y ojos café que brillaban con la calidez del sol. Su piel blanca contrastaba con la frescura del agua del lago, y su sonrisa siempre dejaba una huella en el alma de aquellos que lo rodeaban.
Aquella tarde, después de una jornada llena de risas y juegos, Williams se sintió impulsado por un valor desconocido. Caminaba por la orilla, sintiendo la suave arena bajo sus pies descalzos, mientras su mente se debatía entre la felicidad de compartir el momento con Gastón y el miedo al rechazo que lo acechaba. Sabía que sus sentimientos eran profundos, pero también temía que esos sentimientos pudieran romper la hermosa amistad que habían cultivado durante tantos veranos.
— Gastón,--- comenzó Williams, su voz apenas un susurro, — hay algo que necesito decirte.--- Se detuvo, mirando a los ojos de su amigo, buscando esa chispa de comprensión. — Lo he estado guardando por mucho tiempo y… no sé cómo reaccionarás, pero es importante para mí.---
Gastón elevó una ceja, su expresión curiosa y alentadora. — ¿Qué pasa, Williams? Puedes decírmelo.---
Tomando aire, Williams sintió que el mundo se detenía por un momento. – Me gustas. Como de una manera más que amigos, y no quiero que esto cambie lo que tenemos, pero no puedo seguir escondiéndolo –. Las palabras fluyeron con sinceridad, cada sílaba como un ladrillo removido de su corazón.
El silencio que siguió fue denso, y Williams sintió que su estómago se encogía. ¿Y si Gastón no sentía lo mismo? La angustia se apoderó de él mientras sus pensamientos se precipitaban hacia lo peor. Pero cuando finalmente se atrevió a mirar a Gastón, encontró en sus ojos un brillo que lo dejó sin aliento.
Gastón sonrió, ampliando su encantadora sonrisa que siempre hacía que el corazón de Williams latiera más rápido. — No… no puedo creer que me digas esto,--- dijo Gastón, un tono de sorpresa y alegría en su voz. — De hecho, yo siento lo mismo por ti, pero pensé que sólo era yo quien lo pensaba.---
Un torrente de alivio recorrió a Williams. La ansiedad que había sentido desapareció, reemplazada por un cálido resplandor de felicidad. Sin pensar en las consecuencias, se acercó, sintiendo cómo la adrenalina lo invadía. Fue entonces que, en un acto impulsivo impulsado por la emoción y la conexión entre ellos, Gastón se inclinó hacia él.
Los labios de Gastón se posaron suavemente sobre los de Williams, y el mundo pareció desvanecerse a su alrededor. Era un beso delicado, lleno de promesas y descubrimientos; era el primer beso de Williams, y era todo lo que había deseado. Sus ojos grises se cerraron involuntariamente, mientras el calor de ese contacto iluminaba su ser.
Cuando se separaron, el sonido del lago y los ecos de la risa de los demás parecieron regresar, pero Williams estaba en otro mundo. Abrió los ojos, encontrando a Gastón viéndolo con una mirada intensa, como si intentara grabar cada detalle de ese momento en su memoria.
— Wow,--- exclamó Gastón, aún con la sonrisa pintada en su rostro. — No tengo palabras para describir cómo me siento ahora.---
Williams rió nerviosamente, sintiendo cómo la tensión se desvanecía. — Yo tampoco, pero… creo que esto es solo el comienzo, ¿no?.--- Él sonrió, notando el fuego en el interior de su pecho elevándose.
Se sentaron juntos en la orilla, mientras el agua acariciando sus pies compartían sus pensamientos y sueños. El sol seguía descendiendo, pero la luz entre ellos parecía brillar con más fuerza. Hablaban sobre el futuro, sobre sus esperanzas y los momentos que aún les quedaban por vivir.
— No puedo esperar a poder pasar más tiempo contigo,--- dijo Gastón, dándole un ligero golpe en el hombro. — Este verano va a ser diferente, pero nuestras familias no deben saber lo nuestro, como sabes empiezo la universidad,---
— Sí, diferente, entiendo Gastón,--- coincidió Williams, recordando todos los momentos que habían compartido, pero ahora con una nueva capa de significado. Se miraron, y en sus ojos había una complicidad que prometía aventuras y un vínculo más profundo. Todo parecía posible.
Mientras el cielo se oscurecía y las estrellas comenzaban a asomarse, Williams sintió que su vida había cambiado para siempre. Aquella confesión, lejos de romper lo que tenían, lo había fortalecido y llevado a un nuevo nivel.
Esa noche, mientras los demás preparan la cena, las risas y los murmullos de la familia resonaban en el aire. Williams se sintió agradecido por esa oportunidad, por la valentía de abrir su corazón y por la respuesta amorosa que había encontrado en Gastón. Lo que había comenzado como unas vacaciones más junto al lago se transformó en un verano lleno de promesas, descubrimientos y el inicio de una hermosa historia de amor.
El futuro era incierto, pero en su corazón sabía que, con Gastón a su lado, estaba listo para enfrentar cualquier cosa. La vida les esperaba, y juntos explorarían cada rincón de ese nuevo capítulo. Y así, con el viento acariciando sus rostros y el lago como testigo, Williams y Gastón se embarcaron en su viaje, con un amor que brillaría como las estrellas en el cielo.
Eso pensaba Williams, mientras miraba la luna, esa atmósfera fue interrumpido por el llamado de la madre de Williams, era hora de cenar.
Los Chicos fueron donde todos están esperando para cenar, como siempre fue agradable, una vez todo pronto, todos se fueron a dormir, Williams y Gastón compartían la habitación del ático.
La habitación es muy cómoda, cada uno tiene su cama individual, una guitarra en una esquina y el traga luz deja filtrar la cálida luz de la luna.
Gastón espero a que todos los ruidos abajo cesaron y se pasó a la cama de Williams, — no quiero dormir solo,--- se acomoda abrazando el cuerpo del chico.
Williams estaba rojo completamente solo duerme en bóxer y sentir cerca a Gastón lo pone nervioso.
Gastón besa su cuello y hace que Williams quede frente a él, — no haremos nada, se que no estas listo , solo quiero sentirte cerca y poder besarte, sin que nadie nos vea, Will te prometo que al graduarme le diremos a nuestras familias,---
Williams asiente, esta nervioso de tener a Gastón junto a él. Gastón inicia con el beso es lento y demandante haciendo que Williams abra su boca sus lenguas rozan y ese simple contacto provoca en el chico muchas sensaciones.
Gastón se da cuenta que Williams tenía una ereción, desliza su mano dentro del bóxer,--- te voy ayudar con esto,---
Williams estaba nervioso pero se deja llevar por el simple tacto de Gastón, ahogando sus gemidos con los besos de éste.
viene la calma en tu camino de cruzaron personas con un gran corazón