Minnie Watson es una hermosa heredera, deseada por muchos, pero poco le importaba esto a ella, lo único que quiere es que su padre se sienta orgulloso de ella ya que el vive amargado por no haber tenido un hijo, por el contrario tuvo dos hijas, desde pequeña Minnie se esforzó por hacer todo por su padre, seguir su ejemplo, estudiar para manejar la empresa de la familia, esto hasta que su padre la obliga a casarse con el millonario Ronald Green para unir empresas, pero lo que ella pensó que sería un matrimonio infeliz, se vuelve un matrimonio muy beneficioso para ambos.
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Contiene escenas +21
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El día a día
Minnie Watson
Minnie Watson se despertó esa mañana, tendría un día muy ocupado, se levantó y tomó una ducha, se puso un vestido blanco y negro se encaje, tacones altos y un maquillaje simple, bajo al comedor para desayunar algo, solo encontró a su madre, de cierta manera sentía alivio, un desayuno tranquilo.
-Buenos días, mamá -saludo la rubia a su madre- ¿y papá?
-Buenos días mi chiquita, papá se fue muy temprano para la empresa -le respondió su madre Marina.
-Oh, está bien, lo alcanzaré en unos minutos -dijo Minnie decepcionada, de que su padre no la esperara.
Después de desayunar, Minnie salió en su auto a la empresa de su padre Watson's Corporation, la empresa había sido creada desde 0 por el bisabuelo de Minnie y había pasado de generación en generación, el sueño de Gabriel era tener un hijo para heredarle todo esto, pero su decepción fue el tener dos hijas y que Marina no pudiera tener más hijos, por eso Minnie se había esforzado toda su vida en ser igual a su padre para que se sintiera orgullosa de ella, a pesar de todo eso Gabriel aún no parecía orgulloso de ella.
Al llegar a la empresa la rubia estacionó y fue directo a saludar a su padre.
-Buenos días, papá, pensé que me esperarías -dijo ella entrando a la oficina de su padre.
-Tenía que estar aquí muy temprano, además tú vienes en tu auto -le respondió él sin mirarla.
-Está bien, ¿tenemos algo importante para hoy? -le pregunto la rubia.
-Reunión a las 3 pm -le respondió él, aún con la mirada puesta en su computador.
-De acuerdo, nos vemos -le respondió ella.
Al salir se encontró con Daniel, uno de los empleados de la empresa, Min había tratado de ser muy amable con él siempre, pero Daniel era tan intenso que simplemente era imposible no ser cortante.
-Hermosa Minnie, ¿cómo estás el día de hoy? -pregunto este acercándose mucho a ella.
-Buenos días, Daniel, estoy muy bien -le respondió Minnie dando un paso hacia atrás.
-Me encantaría invitarte a almorzar nuevamente -le dijo él.
-Gracias, pero voy a almorzar con mi hermana y permiso que tengo mucho por hacer -dijo ella, yendo a su oficina y cerrando la puerta, no era mentiras que almorzaría con su hermana, pero aunque no tuviera planes Min no quería almorzar con Daniel.
Minnie trabajo hasta la hora del almuerzo, cuando salió a encontrarse con Natali su hermana mayor en un restaurante cerca de la empresa, cuando se vieron las hermanas se abrazaron fuertemente, se tenían un gran amor, Natali estaba acompañada de Alejandro su hijo de dos años, a quien Min cogió rápidamente cargado.
-Te extraño mucho, hermana y a Alejo también -dijo Minnie sentándose en la mesa y mirando la carta.
-Y nosotros a ti HM, pero sabes que ir a casa no es una opción, papá nunca ha demostrado aprecio ni respeto, por mí, mi familia y mis decisiones -dijo su hermana (HM era el apodo que ambas se tenían, por Hermana Mayor y Menor).
Natali, había decidido estudiar psicología, algo que había molestado a Gabriel, pues para él la psicología era una estupidez, más había molestado a su padre cuando Natali se casó con Geronme un detective y aunque la vida de Natali y su esposo, era muy buena, Gabriel quería que Natali se casara con algún hijo de sus socios, de hecho cuando Alejandro nació, su abuelo no había demostrado gran interés en él, Minnie se asombraba de la gran fuerza de su hermana, pues había aprendido a no sentirse afectada por esto y sabía que solo contaba con su madre y ella.
El resto del almuerzo la pasaron genial, quedaron de verse la próxima semana para tomar el té junto a su madre.
Min, volvió a la empresa para prepararse para la reunión, la reunión sería con un CEO de una empresa con la que tenían competencia, querían unirse y ayudarse, en CEO era Ronald Green, un billonario, que había creado la empresa desde cero y ahora era uno de los más exitosos del país, Minnie aún no lo conocía, pero había escuchado mucho sobre él.
A las 2:50 pm, Minnie se sentó en la sala de juntas, era una mujer muy cumplida, la secretaria de su padre ya había organizado todo, al poco tiempo entro su padre y Daniel, se sentaron a esperar a Ronald, a las 3:10 pm, la secretaria tocó la puerta anunciando la llegada del hombre, las tres personas en la sala se pusieron de pie, Minnie vio entrar un impresionante hombre, alto y músculo, moreno de ojos verdes, estaba perfectamente vestido.
-Buenas tardes, disculpen la tardanza -dijo él con voz ronca, dando la mano a todos, cuando tomó la mano de Minnie, la chica sintió electricidad.
Durante una hora que duró la reunión, Gabriel, Minnie y Daniel le mostraron a Ronald porque sería maravilloso unir las empresas, a pesar de eso Ronald se mantuvo callado y sin demostrar alguna opinión, cuando terminó la reunión Ronald, solo dijo que los próximos días estaría dando una respuesta, cuando se despidió de Minnie le dio un beso en la mano y le guiño un ojo, Min se sintió confundida pero emocionada, quisiera volverlo a ver, la chica no sentía nada así desde hace años, de hecho creía que nunca lo había sentido, solo tuvo un novio en la universidad, no duró mucho y no fue muy emocionante, el resto de día la chica trato de trabajar, pero solo pudo pensar en Ronald, a las 6 pm, volvió a casa, sola nuevamente, pues su padre ni se había despedido de ella, mientras salía del edificio y se subía en su autos, la rubia se sintió observada, pero no vio nada extraño, cuando llego a casa se encontró con que este no estaba, seguramente estaba en sus andadas, Gabriel era un hombre infiel y todos los sabían, Min comió con su madre y converso un poco con ella para después ir a cansada a dormir y soñar con el hermoso moreno que había conocido ese día.