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La Obsesión Del Jefe De La Mafia

La Obsesión Del Jefe De La Mafia

Status: En proceso
Genre:Mafia / Casarse por embarazo / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:41.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Una noche. Un secreto. Una obsesión que lo cambiará todo.

Stefania solo buscaba escapar.
Damián solo buscaba control.
Pero cuando sus mundos chocan en Atenas, el deseo los arrastra a una noche tan intensa que marca a fuego sus almas.

Ella huye antes de que él descubra quién es.
Él la busca sin saber cómo encontrarla.

Lo que ninguno imagina es que un lazo invisible ya los ata para siempre:
un hijo concebido entre la oscuridad y la pasión.

Cuando la verdad salga a la luz, deberán enfrentarse a sus familias, a sus demonios…
y a una obsesión que ni el tiempo ni la distancia han podido destruir.

La Obsesión del Jefe de la Mafia.
Un romance oscuro donde amar es peligroso…
pero pertenecer es inevitable.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Lo siento

Damián

Stefy pasa a mi lado, pero la detengo y la arrincono contra una pared.

–¿Por qué tanta confianza entre ustedes? –pregunto mientras la quemazón que he sentido desde nuestra pelea quema en mi garganta.

Sus ojos grises navegan por mi rostro y sé que ha estado llorando.

–Si ya te levantaste me gustaría acostarme por unas horas, no he podido dormir nada –dice antes de bajar la vista.

Subo su barbilla, porque necesito que me mire.

–¿De qué se conocen?

Suspira y trata de salir, pero empujo mi pecho contra su cuerpo, impidiéndoselo.

–Stefy –advierto–. Cuando hago una pregunta espero una respuesta.

Sus ojos navegan por mi rostro y su respiración comienza a acelerarse.

–¿Puedes abrazarme?

Me tenso. –¿Por qué quieres que te abrace?

–Porque lo necesito. Me duele mi mano –dice y hace un adorable mohín.

Todo mi cuerpo quiere sucumbir ante ella y abrazarla con fuerza, pero me obligo a no hacerlo.

–No puedo –digo–. Los abrazos no te quitarán el dolor. Toma un analgésico –le ordeno antes de alejarme–. No me esperes despierta –agrego antes de desaparecer.

Necesito alejarme de mi esposa.

Mientras me subo a mi auto y enciendo el motor, me convenzo que no me pasará lo mismo que a mi papá. No seré débil.

La debilidad es algo que nunca podré permitirme por la seguridad de mi familia, de Stefy y mis hijos. Viví con un hombre que después que perdió a su esposa no fue más que la sombra de una persona y la vergüenza de mi abuelo.

Mi abuelo intentó todo para ayudarlo. Incluso mandó a quemar todas las fotos y vídeos de mi madre, cosa que mandó a mi papá a una clínica mental por dos semanas, porque enloqueció cuando se dio cuenta que no quedaba ni un recuerdo de la mujer que amó tan profundamente.

Y ese amor acabó con él.

Golpeo el volante antes de acelerar por la calle. No permitiré que me pase lo mismo. No puedo hacerlo.

No con ella. No con la mujer más hermosa y caprichosa que he tenido la gracia de conocer.

Si comienzo a sucumbir a cada petición que me haga, terminaré convertido en algo peor que mi padre, un hombre que no puede decirle nada a la bruja de su mujer, porque sencillamente no tiene las bolas para eso.

Irene debería haber salido de nuestras vidas hace años, pero sigue manipulando a mi padre, y sé que ni siquiera la quiere. Papá la consciente, porque se siente culpable por no quererla, lo que es una estupidez y una debilidad que le costará caro algún día.

Esa mujer es una víbora y las víboras son peligrosas, sobre todo, cuando se acorralan y creen que no tienen escapatoria.

Lo mejor para todos es que mi esposa entienda que a mi lado tendrá protección, para ella y para nuestros hijos, y una vida cómoda. Quizá no sea lo suficiente, pero es lo único que puedo ofrecerle.

Tendrá que aceptarlo, porque de algo estoy seguro, no pienso separarme de ella.

*****

Cuando estoy de vuelta en la casa, el lugar es un desierto. Ya todos deben estar durmiendo. El único que sigue en pie, es Salvatore. Está sentado en un taburete en la isla de la cocina mientras trabaja en su notebook.

Golpeo su hombro a modo de saludo antes de caminar al refrigerador. Sonrío cuando encuentro un envase con comida. Iris, por supuesto, siempre piensa en mí.

–Tu esposa cocinó un delicioso pastel –dice, sorprendiéndome–. Es perfecto, ni siquiera mamá podría hacerlo mejor.

Abro el envase y veo un pastel con crema de chocolate y pequeñas frambuesas decorando la parte de arriba.

–Quería comérmelo todo, y no dejarte nada. Traté de convencerla de que no te merecías probar esa perfección, pero no me dejó. –Sonríe–. Esa mujer tiene agallas.

Todo mi cuerpo se tensa cuando lo escucho hablar con tanta familiaridad de mi esposa.

–Stefy es mía –rujo furioso–. Y no quiero que te dirijas a ella.

El imbécil se ríe antes de incorporarse y mirarme con molestia.

–No la mereces.

Tomo su camisa y lo acerco a mi rostro, tan furioso, que si no fuera porque es mi hermano del alma, ya hubiese clavado un cuchillo en su corazón.

–Eso no es tu puto problema.

–Lo es cuando puedo ver lo miserable que se siente. ¡Está embarazada, idiota! Deberías estar mimándola y besando el suelo por dónde camina, pero lo único que has hecho es hacerla llorar.

–El embarazo la tiene sensible, no es mi culpa.

–Lo es y lo sabes. Puedo ver la culpa brillando en tus ojos, hermano. Solo… deja de comportarte como un imbécil, la perderás.

Lo suelto y me alejo unos pasos cuando la tentación de acabar con su vida crece a cada segundo.

–Es la hija consentida de Stefano Messina. ¿De verdad crees que aguantará toda tu mierda y tu incapacidad emocional? –pregunta antes de alejarse–. Si no te comes ese pastel, volveré y me lo comeré yo –suelta antes de desaparecer hacia la sala.

Busco un tenedor y pruebo el pastel. Cierro los ojos y sonrío. Es como ella. Dulce, suave y perfecto.

Me como todo, incluso lamo la crema que quedó en el tenedor.

Un hambre diferente calienta mi sangre y subo corriendo a mi habitación. Necesito follar a mi esposa.

Llego y arrugo el ceño. Debo reemplazar esa puerta. Mis ojos van a su cuerpo sobre mi cama y mi pulso comienza a bombear.

Es preciosa.

Me desnudo mientras la observo dormir. El calor se concentra en mi espalda baja cuando se mueve y puedo ver su tentador trasero, envuelto en encaje blanco, tentándome y llamándome como el canto de una sirena.

Imagino que estar casado tiene algunos beneficios.

Quito el edredón sobre su cuerpo y tomo sus piernas para arrastrarla hasta la orilla de la cama.

Lleva solo una de mis camisetas y sus bragas, las cuales tomo y las arrastro por sus piernas. No las necesita conmigo.

Sus ojos se abren y una tentadora sonrisa se forma en su rostro, pero antes de poder someterla con mi cuerpo, se tensa y comienza a lanzarme patadas.

–¡Suéltame! –exige furiosa.

–¿Tienes ganas de jugar, moró?

Se suelta y comienza a gatear por la cama, enseñando su coño desnudo. El deseo me ciega y tomo su cintura.

–Vas a ser una buena esposa, moró –susurro contra su cuello.

Sigue luchando, pero la aplasto contra la cama. Sé que lo desea, esta es la única forma en la que nos entendemos a la perfección.

Cuando Stefy se tensa bajo mi cuerpo, pienso que está jugando, que es parte de esta dinámica extraña, peligrosa y magnética que se ha formado entre nosotros. Pero entonces la escucho.

Su voz ya no suena desafiante, ni irritada, ni dulce. Suena rota.

–Adelante –susurra–. Pero si lo haces… jamás podré perdonarte.

Algo en mi interior se quiebra con tal fuerza que es casi un sonido físico. Un golpe seco en medio del pecho.

La miro. No como la esposa caprichosa, dulce y testaruda que vive empujando cada límite que tengo. La miro como… como una mujer que de verdad tiene miedo.

No de mí. Tiene miedo de lo que yo podría convertirme.

Todo el calor abandona mi cuerpo y la sangre se enfría en mis venas.

La suelto y retrocedo como si hubiese tocado fuego, como si mi propio control se hubiera hecho cenizas entre mis manos.

¿Qué estoy haciendo?

–Stefy… –la llamo, pero mi voz sale raspada, irreconocible.

Ella tiembla. Y ese simple gesto me destruye más que cualquier golpe que haya recibido en mi vida.

La giro con cuidado, con manos torpes y débiles. Su respiración agitada me atraviesa el alma. No es el tipo de respiración que provoca el deseo. Es otra cosa. Una sombra que conozco demasiado bien.

El miedo a perder. El mismo que acabó con mi padre.

Y por primera vez en mucho tiempo, por primera vez desde niño, siento miedo yo también. Miedo a destruir algo tan hermoso.

La tomo con suavidad y la subo a mi regazo como si se fuera a romper.

Stefy me mira en silencio, y luego apoya la frente contra mi cuello, buscando un refugio que no sé si soy capaz de ofrecerle.

Mis brazos se cierran alrededor de ella antes de que pueda detenerme.

La abrazo. La abrazo con la desesperación de un hombre que sabe que estuvo a centímetros de cruzar una línea de la que no habría retorno.

Los labios se me mueven solos y pronuncio unas palabras que nunca le he dicho a nadie.

–Lo siento.

Se siente extraño. Áspero. Incierto. Pero sin embargo es lo más real que he dicho en mucho tiempo.

Stefy levanta apenas el rostro y me toca la mejilla con la punta de los dedos, como si dudara de que soy el mismo hombre que la hirió hace unas horas.

Y es ahora cuando lo entiendo. Esta batalla la perdí.

Pero no la guerra.

Porque si en algo soy experto, es en luchar contra mis demonios.

Y esta mujer… esta pequeña tempestad gris que tiembla entre mis brazos… podría ser la única capaz de hacerme bajar el arma cuando nadie más lo ha logrado.

Me aferro a ella y prometo en silencio que jamás volveré a ver ese miedo en sus ojos.

Lo juro por mis hijos.

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Liana Gonzalez
muy buena
Isabel Balbuena
jajaja hay Stefy lo bueno que no estás enamorada por qué si no quien sabe jajaja
Isabel Balbuena
jajaja es suegro es un hueso duro de roer pero podrás con el ya verás que si Stefy
Isabel Balbuena
Buenos consejos Salvatore Pero tú padre y Apolo no son amigos amigos jajaja hay algoas ahí... ya lo verás
Isabel Balbuena
bueno, osea que tú corazón si late x Stefy.... lo bueno de esto es que estás ahí de incondicional con ella
Isabel Balbuena
hay Salvatore me estás poniendo en dudas jajaja
Isabel Balbuena
jajajaja no quiere al papá de su mejor amigo como papi jajajaj
Isabel Balbuena
hay Salvatore que estás haciendo, dónde Damián se entera que andas de mano suelta con su mujer te mata y de está no te salvas.... por qué homosexual no eres jajaja
Isabel Balbuena
jaja lo dije.... pobre de Stefano
Isabel Balbuena
jaja el no quiere que vuelva de seguro tuvieron que sacarlo arrastras del cuarto de Stefy jaja
Eleanna Beltran
Yesenia, me tienes completamente enganchada a todas tus obras. Eres excelente!!!!
Yesenia Bello González: Gracias por leer y por la puntuación 💛 😊 💕 🙌 💜 ♥️ 💛
total 1 replies
Yuhaly Hernandez
Todas las batallas no se ganan pero la guerra si vamos con todo Stefany a demostrar de q estás hecha ni Apolo ni Damian ni Salvatore con sus jueguitos de probar a ver si caes
Rosa Pandui
Ay Stefy,, tú le gustas a Salvatore ya te lo dijo,,y un diez de excelencia por tu comida
Alondra Reynoso
A huevo cabron!!!!!
A HUEVO!!!
Rosa Pandui
Muy bello
Yesenia Bello González: Gracias por leer y por la puntuación 💛 😊 💕 🙌 💜 ♥️ 💛 😊
total 1 replies
Naty💖R.
para Salvatore que no te salvaremos de Damian, deja de tocar , búscate a otra corazón...
Naty💖R.
a mi ya me enamoró 🥰🥰🥰
Suleima Dominguez Guzman
Yesenia otro capítulo está de ataque gracias por actualizar
Evelyn Padilla
ya llego x quien llorabas, diría mi madre... 😅
vamos Stefy no seas egoísta y dale a Damian de tu comida y veras como se vuelve loco con su sabor...
Evelyn Padilla
bueno... viene de Italia con Iris... yo creo q si tuvo algo más sabroso en la boca y ella también /Chuckle/
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