Alana una chicas de 17 años muy hermosa ah sido maltratada desde muy pequeña por su padre y su madrastra,para proteger a su nieta Vicente antes de morir arregla el contrato de matrimonio para que su nieta se case con un hombre frío y que solamente le importa su trabajo.
CHRISTOPHER un hombre aparentemente frío y sin sentimientos, tras el hablándonos de su esposa el no volvió a creer en el amor, pero para pagar los favores recibidos por un buen hombre acepto casarse sin siquiera conocer a la chica, será que podrá volver a enamorarse ?
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CAPÍTULO 1
...ALANA...
Que pasa cuando eres la hija de un importante empresario y de su amante?, créanme cuando digo que nada bueno, mi madre se embarazó de un poderoso empresario y un tiempo después de que me dio a luz, específicamente cuatro años después mi abuelo le dio mucho dinero a cambio de mí, ta que ella me quería vender a cualquiera con dinero él profirió darle el dinero, después él me llevó a casa de mi padre donde él vivía con su esposa y su hija, mi hermana mayor, él dijo que los hombres de nuestra familia se hacen cargo de sus hijos sin importar quien sea la madre, así que obligo a su hijo y a su esposa a recibirme en su casa como hija de ambos, en frete del abuelo todo era amor pero cuando él se iba a su casa yo era golpeada maltratada, no se me permitía sentarme a la mesa junto a ellos, yo era menos que los empleados de la casa, a la edad de cinco años tuve que empezar a prepararme mi propia comida, saben cuantas veces me queme o me corte, las veces que me fui a la cama sin comer porque no sabía como cocinar, la verdad fueron muchas las veces que eso pasó, porque la señora de la casa amenazaba con correr a cualquier empleado que me ayudara, tengo una pequeña habitación alado de la de mi hermana en la cual solo está una cama muy vieja y un pequeño closet donde solo hay vestido usados antes por mi hermana los señores de la casa dicen que soy muy poca cosa para estar ganando dinero en mí, así que cuando cumplió quince años conseguí un pequeño trabajo en una cafetería como ayudante, la paga no es mucha, ya que soy menor de edad y esas cosas pero me ayudan a reunir dinero para cuando sea mayor de edad y me pueda ir a vivir sola, el abuelo viene de visita una vez al mes y esa única vez al mes que viene él, es el día más feliz para mi porqué me puedo sentar junto a él a la mesa nos sirven la comida y comemos hasta postre porque ni eso me permiten comer cuando él no está.
La relación con mi hermana es nula tengo prohibido hablar o acercarme a ella, si por alguna razón nos encontramos de frente en la casa tengo que alejarme rápidamente, ella nunca me ha hecho nada supongo que solamente quiere obedecer a su madre y no hacerla enojar, ya que cuando yo tenía seis años y ella siete, ella me regalo un pedazo de su pastel de chocolate y su mamá la castigo, supongo que no le quedo más que obedecer lo que su madre le diga.
Mi padre pues ese señor no sé si pueda llamarlo así nunca hablamos, ni siquiera me mira a los ojos que son los mismos de mi madre supongo que le recuerdo sus errores, la única vez que llegó a tocarme no fue por una caricia cuando tenía diez años vi el piano de la casa y me llamó mucho la atención siempre quise tocar no me animaba a tocarlo hasta que un día lo hice, pero no fue buena idea mi padre me dio una golpiza muy fuerte y me gritaba que jamás permitiría que tocara el piano que si lo hacía me mataría porque de seguro me convertiría en una golfa como mi madre, al parecer ella tocaba el piano, después de que me dejara moretones en todo mi cuerpo y de pasar un mes sin moverme por el dolor ese señor que dice ser mi padre jamás volvió a hablarme o a mirarme y yo nunca más me acerque al piano, el cual solo estaba ahí como una adorno más porque nadie lo tocaba.
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- bastarda cámbiate tu abuelo viene a desayunar,- dice la señora a la cual me obligan a llamar madre
- si señora,- dije y feliz me cambie porque veré a mi abuelo la única persona a la que le importo, me coloque un vestido sencillo y muy cómodo, no soy de maquillarme a diferencia de mi hermana que tiene toneladas de maquillaje yo solamente tengo un brillo labial de segunda y un poco de colorete para mis mejillas es que soy muy pálida, mi piel es demasiado blanca y mis ojos son de un color avellana, mi cabello es negro y aunque no soy muy alta tampoco tan pequeña mido 1.65 mts mi cuerpo pues se a desarrollado muy bien aunque mis senos aún son un poco pequeños pero del resto tengo buenas piernas una pequeña cintura y una retaguardia de infarto según lo dicho por mi amiga Carmen la única que tengo debo confesar, la conocí en la escuela y es la otra persona aparte de mi abuelo a la que le importa lo que me pase, aunque es algo loca pero es muy buena amiga.
- hasta que bajas, el viejo está por llegar,- dice Lucrecia la esposa de mi padre Fabián
No dije nada únicamente me senté a esperarlo cuando sonó el timbre una sonrisa se dibuja en mi rostro pensé que era él, pero no fue así.
- ¿quién es usted?, - pregunto el señor Fabián el hombre que me engendro
- soy el abogado del señor Vicente Rodríguez, soy el licenciado Julio García, - responde el extraño
- ¿y qué hace aquí? ¿Porque mi suegro no vino?,- pregunto la bruja
- el señor Rodríguez me envió por su nieta Alana, él está en hospital se está muriendo y no quiere irse sin antes hablar con su nieta,- dice el señor y mis lagrimas salen por si solas
- eso es mentira mi abuelo no se puede morir,- dije llorando
- no hay nada de mentira en eso ahora si pudiera acompañarme se lo agradecería su abuelo quiere despedirse - dice el señor
yo me fui con el abogado en su auto, Fabián, Lucrecia y Lucía se fueron en su auto detrás de nosotros yo solo le pedía adiós que no se llevara a mi abuelo la única persona a la que le importo en el mundo el ser que lo ha dado todo por mí, llorando llegue al hospital el abogado me llevo a una habitación en el área de terapia intensiva y ahí estaba él, mi abuelo estaba con sus ojos cerrados veía muy cansado no sabía que hacer o decir simplemente me acerque y me senté a su lado tomando su mano el abogado me dijo que no me preocupara que podía quedarme el tiempo que quisiera y que nadie entraría esas fueron las órdenes de mi abuelo