PRISIONERA DEL DOLOR.

Me llamo Luisa Brown tengo 17 soy huérfana de madre ella murió hace un año en un accidente, jamás fuimos a su funeral pues mi padre nos prohibió ir aparte nos quito cualquier cosa que nos recordara a ella. Vivo con mi hermano y mi papá, él es dueño de una cadenas de hoteles reconocidos en todo los Estados Unidos

Siempre humillaba a mi mamá por ser una mujer humilde, mi nana me contó que a mi padre lo obligaron a casarse con mi mamá pero el amaba a otra, mis abuelos le pidieron un heredero y tuvo a Matias pero yo nací sin ser deseada en una noche de borrachera, desde ese día solo recibí de mi padre desprecio pero siempre intente que el me quiera pero cada vez recibía más desprecio por parte de él.

Estudio en una preparatoria de privilegio pues para el seria un escándalo que uno de sus hijos estudiara en una preparatoria de bajo prestigio solo era por aparentar y no hablaran de lo miserable que era con su hija.

- Luisa levantate que tienes que dejar limpia la casa.-. gritó mi padre desde la segunda planta.

Pues yo duermo en el ático con apenas un colchón inflable y unas sábanas para protegerme del frío devastador que hace por las noches solo cuando mi hermano pasa en casa me deja dormir en una habitación decente pues él no sabe como me trata nuestro padre, hubo muchas veces que se lo dije pero simplemente todos negaron eso y quede como la niña malcriada y caprichosa sin contar los días que papá solo me dio una comida al día como castigo.

- No entiendo nana Carmen porque mi papa me odia tanto.-. Le decía mientras lavaba los baños.-. Se que no me planificaron pero mi mamá me quería mucho porque el no.-. Pregunté todo eso con tristeza.

Mi nana iba a responder pero mi padre la interrumpió.

- Simple Luisa, eres el vivo retrato de la insípida de tu madre, eres igual a ella tan simple y sin gracia no mereces llevar mi apellido.-. Soltó esas palabras con odio.

No dije nada siempre me daba la misma respuesta y por muy loco que suene mantenía la esperanza de que algún día cambiará esa respuesta quizás un < me agradas hija discúlpame por tratarte asi> o que simplemente me viera sin que haya desprecio en su mirada.

- Sigue soñando Luisa no cuesta nada.-. creo que hasta mi conciencia me odia.

Terminé de limpiar la casa y me fui a la preparatoria, para las demás personas soy la princesa de la fortuna Brown si supieran que solo soy una empleada más en esa casa.

Cuando voy ingresando a la preparatoria me choco con Agustín Harrison mi amor imposible, porque aquí entre nos, quien se fijaría en una insípida, aburrida y fea mujer como yo, la respuesta es nadie ya me vi en una casa sola criando gatos.

- Disculpa Luisa no te vi.-. Si ya lo se soy invisible para todos.

- Yo...yo....-. Empezó mi lengua a fallar,

- ¿Quieres decirme algo?.-. Si quieres ser mi novio, sonreí en mis adentros por las ocurrencias que imaginaba mi mente.

Negué con mi cabeza y él se alejó.

- Limpia las babas que se te están cayendo.- Di un brinco por el susto.

- Me asustaste Matias.-. Puse mi mano en el pecho.-. Porque no llegastes anoche a casa papá estaba muy enojado.-. Fue una noche demasiado larga para mí gusto.

- Sabes que mi papá me tiene arto Luisa no lo soporto solo estoy esperando que el abuelo me ceda sus acciones y me pillo de allí.-. Como quisiera ser como mi hermano sin miedo a nada.

- Ojalá yo pudiera irme contigo hermanito.-. y ser libre de tanto dolor eso solo lo dije en mi mente.

- No puedes enana eres menor de edad y no quiero que mi padre me joda más la vida por llevarte conmigo.-. Me agarró la cara con sus dos manos.-. Eres su princesa.-. Si claro como no.

No dije nada solo agaché la cabeza si mi hermano piensa eso las demás personas pensaran igual y nadie me ayudaría así la pidiera.

- Porque no le dices que le gustas.-. Alcé la cabeza y mire en dirección donde veía.-. No me molestaría que fuéramos cuñados.-. A mi tampoco hermano.

- Alguien como Agustín no se fijaría en mi.-. Él era inalcanzable.

- Hermana tu eres hermosa seria un tonto si no se fijara en ti.-. Me tomo por el hombro y nos fuimos cada uno a su salón.

Mi hermano es mayor con dos años este año termina la prepa y se va a la U igual que Agustín ambos son mejores amigos.

Las clases pasaron sin inconvenientes al salir me fui con mi hermano rumbo a la cárcel que es mi hogar, cuando llegamos los sirvientes estaban de un lugar a otro.

- Nana que pasa ¿porque tanto alboroto?.- Pregunté.

- La pareja del señor Santiago viene esta noche.-. Matias hizo rechinar los dientes, tanto que parecía que se le habían quebrado.

Se fue de allí enojado, intenté preguntarle a nana si ella sabia porque el cambio de actitud de mi hermano, pero se hizo la desentendida y se fue casi corriendo ¿que me estarán ocultando?, aunque viniendo de mi padre ya ni me sorprende.

- Los quiero a los dos impecables en la cena sin protesta alguna.-. Asentimos y subimos a nuestras habitaciones.

- Porque no te cae bien la pareja de mi papá.-. Tenía que averiguar qué sabía él que yo no.

- No es asunto tuyo Luisa, mejor obedece a papá si no quieres que te regañe.-. Como siempre me ha dejado con la duda.

- ¿Acaso conoces a la novia de mi papá?.-. volvi a preguntar, no me iba a quedar con la inquietud.

- Déjame en paz Luisa.-.Empezó a caminar hacia su cuarto.

Me sorprende su cambio de humor en la prepa estaba feliz y desde que escucho que la nueva pareja de papá venía cambió totalmente.

- Pero que te cuesta responder con un sí o un no solo es una palabra.-. Iba a cerrar la puerta de su cuarto pero entre antes de que lo hiciera.

- Porque eres tan molestosa Luisa.-. Se tiró a la cama.-. Solo te diré que esas mujeres serán una molestia en el trasero.-. Lo miré molesta no me gusta que diga groserías.

- Porque dices mujeres si solo es la pareja de papá que viene.-. Otra duda más que rondaba en mi cabeza.

- Espera la cena y verás espero tu querido papito no te decepcione.-. Formó un puchero burlándose de mi.

- No puede decepcionarme más de lo que ya lo ha hecho.-. pensé más no lo dije.

La hora de la cena llegó y papá estaba muy feliz me alegraba por él, solo esperaba que esa mujer lo cambie y me empiece a tratar mejor, el amor cambia a las personas eso dicen.

El timbre sonó y mi papa fue personalmente a abrir la puerta ese gesto me sorprendió pues creí que me mandaría a mi.

- Amor que guapo te ves.-. Dijo una voz muy sensual.

Y como había dicho mi hermano dos mujeres llegaron, eran realmente hermosas, una era de la edad de mi padre y la otra casi de mi edad las salude cordialmente y les di la bienvenida yo sola porque mi hermano brillaba por su ausencia ambas me miraron con desprecio-- valla otras más a la lista de personas que me miran asi--

- Donde esta Matias cariño.-. La mujer se sabía expresar muy bien, se notaba que tenía clase.

- Ya ha de estar por bajar pero por favor pasen al comedor que la cena esta servida.-. Nunca vi a mi papá ser tan atento.

Iba a seguir caminado para seguirlos al comedor pero me detuve de golpe al ver que las sirvientas subían muchos equipajes a la planta de arriba.

- ¿Tienes algún problema con mi equipaje?.-. Preguntó la pareja de mi papá y él me fulminó con la mirada.

Negué rápidamente antes de que mi padre me dejara sin cena solo por mirar lo que no me conviene.

- Sabes Santi es de muy mala educación que tu hijo nos haya dejado esperando durante toda la cena.-. Dijo aquella mujer sentándose en el sofá de la sala.

- No te preocupes mi amor voy a verlo en este instante.-. Mi padre parecía perro faldero moviendo la cola a esa mujer cada que le hablaba.

- No tienes porque irme a ver papá.-. Habló mi hermano bajando las escaleras.-. Aquí me tienes.

Cuando terminó de bajar las escaleras atrás de el venía mi nana con unas maletas.

- ¿Nana Carmen te vas de la casa?.-. Ella negó con tristeza.

- No pequeña quien se va soy yo.-. Dijo mi hermano agarrando las maletas que nana tenía.

- ¡Tu no puedes irte de aquí Matias!.-. dijo mi padre molesto.-. Carmen hazme el favor de llevar esas maletas de vuelta a la habitación.

- No pienso quedarme a compartir la casa con esa mujerzuela y su hija.-. Matias no lo vio venir y una cachetada le viró la cara.

- A mi me respetas insolente y a tu hermana también.-. Dijo con orgullo la pareja de papá.

- ¿Hermana?.-. Si, así es, lo que pensé se me salio pero nadie me respondió y siguieron en lo suyo.

- Esa arrimada no es mi hermana.-. Dijo mi hermano y agarró a la mujer de las muñecas.-. Escúchame bien Priscila Davis el hecho de que te hayas revolcado con mi padre desde que se casó con mi madre no te da derecho a levantarme la mano que sea la última vez.-. Priscila chilló de dolor.

- Suelta a Priscila en este momento Matias.-. Mi papá se abalanzó a Matias y empezaron a agarrarse de golpes.

Priscila y la hija solo veían divertida la escena sin hacer nada mientras que yo intentaba separar a mi hermano para que no le pegara más a papá.

- Por favor Matias no empeores más las cosas.-. Lo agarré de la camisa y lo alejé de papá.

- Es encerio Luisa.-. Me miró decepcionado.-. Aquí el único que empeora las cosas es ese infeliz que le hizo la vida de cuadritos a mi madre y solo por esa zorra y su pequeña bastarda.-. Las dos mujeres lo miraron mal.

- Yo soy una Brown igual que tú y la insípida de tu hermana.-. Por primera vez hablo la chica y solo fue para votar su veneno contra mi, no se que se trae la gente conmigo que sin yo hacerles nada me desprecian.

- Karen tu siempre serás una bastarda aunque seas hija de Santiago.-. Dijo mi hermano dirigiéndose a mi papá por su nombre.-. Aquí la única princesa de la fortuna Brown en Luisa, tu solo eres la hija de la amante de Santiago Brown.-. Karen iba a darle una cachetada, pero Matias la agarró de las manos y la empujó al sofá.

- ¡No quiero que vuelvas a tocar a mi mujer y a mi hija Matias!.- Le gritó mi padre haciendo que ese gesto me doliera, él nunca me defendió pero a ella si.

- No lo haré Santiago porque será la última vez que me veas por aquí.-. Tomó sus maletas para irse pero lo detuve.

- No te vallas por favor hermano no me dejes aquí.-. Empecé a llorar.-. Llévame contigo hermanito solo te tengo a ti.-. Me arrodillé para que se quedara.

- Basta Luisa deja que se valla no lo necesitamos.- Mi padre intento agarrarme de los brazos para que me levantara pero me aferre más a los pies de mi hermano.

- Por favor hermano te lo suplico no me dejes papá me odia, me maltrata duermo en un ático, cuando no termino de arreglar toda la casa me deja sin comer por días y me encierra, ayúdame hermano no puedo más por favor llévame contigo.-. No aguanté más y exploté todo el dolor que sentía.

Matías lleno de ira se acercó a mi padre y lo tomó de la camisa para enfrentarlo, podía ver el odio que le tenía a mi padre por hacerme todo eso.

- Como te atreviste a hacer eso, es tu hija, sangre de tu sangre.-. Mi hermano me levantó del piso y me abrazó consolando mi alma herida.-. Me la llevaré conmigo.-. Mi corazón saltó de alegría pero esto no duró por mucho tiempo.

- Jamás la quise tener pero la inútil de tu madre no me hizo caso y la tuvo.- Dijo mi madre y sin medir su brusquedad me jaló de los cabellos.-. Lamento informarte querido hijo que Luisa esta bajo mi custodia.-. Mi hermano me quitó de las garras de él.

- Eres un ser vil y despreciable Santiago tu no mereces ser padre.-. Mi padre solo se encogió de hombros.

- Dile adiós a tu hermanito princesa Brown.-. Dijo con burla.

- Perdóname hermana por dejarte en este nido de víboras pero prometo trabajar duro y sacarte de este infierno.-. Mis lágrimas aparecieron nuevamente.

Guardaba un pequeña esperanza de que el hombre que se hace llamar mi padre me dejara ir con mi hermano pero no fue así el quiere que me marchite asi como marchito a mi madre.

Vi como mi hermano se alejaba si mirar atrás y lo entiendo yo hiciera lo mismo pues me dolería que él se quedara sufriendo mientras que yo ganaba la libertad eso mismo le pasa a él, me quedo con la promesa que me hizo antes de irse.

- Que pena Luisa ni tu hermano te quiere, yo que tu me tiraría de un puente.-. No le hice caso a Karen e iba a subir los escalones pero la voz de Priscila me detiene.

- ¿Donde vas?.-. Su pregunta me puso en alerta.

- A el ático.-. Le contesté.

- No, no no como crees querida Luisa que una princesa como tu duerma en el ático-. Vi como mi padre quiso hablar pero ella lo calló con la mirada.

- Entonces a donde debo dormir.-. Su sonrisa me dio miedo.

- En el cobertizo junto a los caballos allí es donde una princesa como tu debe estar, ¿no es verdad cariño?.-. Miré a mi padre pero este solo asintió y esa fué otra puñalada más para mi frágil corazón.

LUISA BROWN