Akira un día despertó en el cuerpo de Mei, una princesa ignorada por su esposo el segundo príncipe, ahora Mei dejará de lado a ese esposo suyo y buscará liberarse de ese matrimonio y unirse al ejército de su padre.
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capítulo 10- ¿será espía?
Mei esta sentada frente al general, quien la mira fijamente, si su capitán tenía razón y esa chica es la esposa del tercer príncipe ¿por qué esta ella ahí? ¿el tercer príncipe la está usando para espiar? Esa clase de preguntas pasaban por su mente, ya que incluso la chica llevaba una espada y un par de dagas dentro de un pequeño bolso en su cintura.
- yo solo daba un paseo y entre aquí por error.
- ¿que? ¿Piensas que creeré algo así? Una chica dando un paseo, si como no.
- digo la verdad, además le aseguro que si mis intenciones fueran malas, al momento de haberte tocado, estarías muerto.
Después de todo, en su vida pasada fue un agente de gobierno, muy hábil a la hora de eliminar a sus enemigos.
- se quien eres, la esposa del tercer príncipe ¿te usa para estas cosas el muy cobarde?
- ¿que? Pfff no y si me lo pidiera, no lo haría, por ese estúpido no haría nada. Si sabes quien soy, deberías saber sobre mi situación.
- la se y una mujer enamorada, es capaz de hacer lo que sea por el hombre que ama.
Mei hace una cara de molestia, ante ese comentario, si, la verdadera Mei lo haría, pero ahora no es Mei, así que ni en sueños haría algo por ese tipo tan odioso.
- una mujer también se cansa de amar sin ser correspondida. Si yo pudiera ya me habría divorciado del tercer príncipe.
El general no esperaba que dijera eso, aunque, podría ser solo parte de un plan, así que no puede creerle fácilmente. Es ya bastante extraño que se encontraran dos veces en tan poco tiempo.
- entenderá que no puedo creerle. No se deja de amar de un día para otro.
- ¿en serio? ¿Ha estado enamorado general?
- no.
- ¿entonces como sabe que no se puede?
Frunce el ceño el general ante su pregunta, esa chica sin duda tiene algo muy diferente, todo lo contrario a lo que le contaron, se supone era una dama muy refinada, pero ahí esta frente a él, una chica ruda y mal hablada. Incluso no parece tener miedo pese a estar en un campamento militar.
- ordenare que le lleven de regreso a su casa.
- solo deme mi caballo y me iré yo misma. Y no olvide regresar mis armas.
El general se pone de pié, para desatar sus manos y le entrega sus armas. Ambos salen de la tienda y el general pide le regresen el caballo, ya que la dejará ir. Los soldados no están muy de acuerdo, pero, solo es una chica, así que suponen no es problema, de serlo el general sin duda la abría torturado, sin importar que no sea un hombre. Mei se sube al caballo y se marcha, ya es muy tarde y debe entrar sin que nadie le vea, el general le ordena a uno de los soldados que la siga y le informe todo, no se puede confiar tratándose de la esposa del segundo príncipe.
Mei llega a la mansión, sube nuevamente el muro para poder entrar, lo que le extraña al chico que la sigue pues pareciera que se escapó del lugar. Mei rápidamente entra a su habitación, se cambia y se mete a la cama, como no están las sirvientas, supone que nadie supo que salió. Al día siguiente, las sirvientas entran rápidamente pidiéndole que se vista, que el príncipe ha ido a llegado y pide verla.
- ¿que? No puedo creer que venga tan temprano a molestarme...
Sale de las sábanas y se baja de la cama toda somnolienta, mientras las sirvientas la visten y la peinan, pues Jiro ya la espera en la sala de su casa, Mei estando ya lista sale, aun bostezando.
- ¿que quieres a estas horas?
- ¿que manera de hablar es esa? Soy tu esposo y debes respetarme.
- no has hecho nada para ganarte mi respeto.
Se sienta y bebe de un solo trago el té servido y que era del príncipe, causando que este se enoje, no puede creer que su esposa se este portando de manera tan grosera.
- seré directo ¿que planeas? No puedo creer que tu acercamiento a Sumi sea con buenas intenciones.
- oh ¿piensas que te quiero robar su amor?
Le sonríe con burla, el príncipe aprieta las manos por el enojó.
- solo pienso que tienes malas intenciones. No te atrevas a hacerle daño a Sumi o me encargo de hacerte miserable la vida.
- pero que tontería, yo no planeo nada, por el contrario, pienso que Sumi es una buena chica y es una lástima que pierda su vida a tu lado.
- aun así, sabes lo que te pasará.
- uuuh~ celos, celos...porque Sumi-chan me presta más atención...
Repite los mismo varias veces y el príncipe hartó de ello, mejor se va de ese lugar.