EL TRATO DE NUESTROS PADRES

estaba nerviosa, cada paso que daba era algo similar como estar caminando en una cuerda floja con zapatillas de tacón. abrí la puerta. había una chica vestida sexy. era una empleada del club, la chica me habló con tanta amabilidad.

— señorita, el joven maestro la espera en la sala. — habla con una dulce y amable voz. mientras inclina la cabeza, en forma de respeto. — por favor sígame. no hagamos esperar al maestro....

la chica camino delante de mi, indicándome el camino. caminé de forma sensual como sí fuera una modelo en una pasarela. manteniendo mi postura recta y elegante. caminamos por un pasillo, al cual no recordaba haber cruzado la noche anterior. llegamos a la sala ahí estaba él de espaldas sostenía una copa de whisky entre sus manos. no me había percatado, su mano estaba adornada con un fino reloj. el guardia ya hacía firme parado a un lado de el. había otro tipo sentado en el sofá de al frente, probablemente era el dueño del club.

pensé.

la chica anunció mi llegada. tan pronto como ella habló el hombre enmascarado se giró haciendo que la comisura de sus labios dejara salir una hermosa sonrisa, una sonrisa que parecía llena de orgullo. el tipo frente a él, me miró sorprendido. clavó su mirada sobre mi, una mirada que más de admiración mostraba otra cosa. el chico enmascarado se dio cuenta y volvió su mirada hacia él con desdén. marcando autoridad sobre mí.

— sacaré los ojos de todos aquellos que la miren con deseo. — dijo dabuc en un tono amenazante.

el tipo frente a él, nervioso bajó la mirada posándola hacia el suelo. nervioso pidió perdón. el tipo enmascarado ignoró al hombre. y procedió a levantarse del sofá, con un gesto me llamo para estar a su lado. su guardia se hizo a un lado, pasando de estar a la par con él a estar posado atrás de él. inclinó la cabeza mostrando me respeto. caminé con nervios hacia él. me tomo de la cintura y me volvió a besar, dejando en claro que era suya. los presentes todos inclinaron la cabeza, parecían nerviosos. pareciera que cualquier movimiento o error que ellos cometieran les costaría la vida. el guardaespaldas habló al fin.

— joven maestro, el auto está listo. por favor. — hablo con esa postura firme.

— bien, es hora de regresar a la mansión. — dijo con esa voz gruesa y varonil mientras observaba su reloj. — preciosa, tú vienes conmigo.

— ¿yo...yo..?.— tartamudea por la impresión. ¿él me llevaría a su mansión?!. lo había conseguido. — claro.. — respondí con un tono tímido.

el hombre sonrió, dándome un beso en la mano. . era incómodo para mí. había muchos viendo la escena. sin más se dio la media vuelta llevándome con él. el guardaespaldas fue el que dio las despedidas al hombre del club. fuera había un hermoso auto esperando por nosotros. el hombre enmascarado abrió la puerta del auto para mí, como todo un caballero.

entré al auto, con porte y elegancia. él cerró la puerta del auto así mismo dirigiéndose al otro extremo para entrar también. la atmósfera era tensa y mis manos jugueteaban con la tela de mi vestido. no sabía que decir para romper el abrumador silencio que invadía el espacio entre nosotros.

<<< ¿qué digo?.. el silencio es tan incómodo. apenas y puedo levantar la mirada para mirarlo de reojo. él mantiene esa postura tan autoritaria, que de cierta manera aún me da miedo.. mis manos están sudando por los nervios. ¿pero qué estoy pensando?. debería de pensar en cómo será mi vida una vez que esté en su mansión.. qué haré. me ha mostrado dos versiones del. la amable y la autoritaria con esa esencia asesina. ¿esta vez me habré metido en algo más peligroso?. incluso el hombre del club que es el más influyente de todos los estados inclina la cabeza ante el. esto no es un juego. si cometo un error... si él descubre ni mentira estaría acabada. ¿aunque qué diferencia haría eso?. lo máximo que puede hacer es matarme. no hay diferencia entre estar viva y estar muerta. mi vida no tiene sentido de todos modos.. yo he vivido como una carta de intercambio para mi padre, una que cuando no tiene valor puede ser desechada sin importar nada. sin importar que sea su hija, a él no le importa eso. él solo siente desprecio hacia mí por causa de mi madre. qué bonito sería si él algún día me apreciara. siempre he soñado con eso. que me dedique unas bonitas palabras, de padre a hija.>>>

Pensó.

— ¿pasa algo?. — habló curioso.

su voz me hizo salir de mis pensamientos, lo miré con una sonrisa forzada. diciendo que todo estaba bien. que solo estaba pensando un poco. miró curioso. entre cirra los ojos y me miro con mucha curiosidad.

— ¿en qué piensas?. — digo posando la mano bajo su barbilla. en un gesto pensativo. — ¿si se puede saber?.

— en nada, solo tonterías mías....— dije entre nervios. mientras colocaba acomodando mis manos sobre mi regazo.