Mi Vida, En Una Flor?

Lila y Nora se pasaron toda la noche con Martha para evitar que se safara e hiciera más destrozos, las demás doncellas y mayordomos me ayudaron a restaurar las cosas rotas mientras David veía que el domo estuviera bien creado para que nada del gas saliera y pudiera contaminar a alguien más.

-Mañana tendremos a una nueva Martha, ya no será quien era ni recordara lo que ha vivido a lado de ustedes así que porfavor tengan la misma paciencia que ella solía tenernos, extrañaremos como era pero aceptemos el como va a ser.

-Para nosotros nada va a cambiar princesa, ella sigue con vida así como todos en el pueblo y es gracias a usted. Sea siempre nuestra princesa porfavor. - Mi mayordomo Anton me hacía sentir bien pero a la vez sabía cómo hacerme sacar esas lágrimas reprimidas y me daba miedo mostrarme tan débil porque sentía que con eso pensarían que no soy tan fuerte para liderar a Cerezo.

-El tiene razón Violet, si tú no estuvieras aquí no habría nadie para protegernos y posiblemente Cerezo ya no existiera al menos con gente viva así que libérate de esa carga porque tú, solo tu nos has mantenido unidos y felices ya que sabemos de tu prioridad hacia nosotros antes de a ti, eso no lo hace cualquier monarca. -David, que tan buen papel había desempeñado para que la gente a mi alrededor pensara de una forma tan amorosa hacia mi cuando no era de linaje real.

-Sin ustedes no soy nada, son mi apoyo, mi fortaleza, mi familia y si ustedes no están bien como podría yo estarlo? Y ahora con Adam aquí siento que, que algún día realmente pueda ser una reina que Cerezo recuerde con mucho cariño y diga mira, esa reina nos cuido tan bien que debió haber sido eterna.

-Aun después de muerta serás eterna Violet porque tu historia quedará escrita y se contara de generación en generación, así nunca nadie te olvidará.

-Gracias, y bueno je, después de tanto cariño creo que es hora de que todos tomemos un descanso y si alguien puede relevar a Lila y Nora se los agradecería mucho, deben estar más agotadas que nosotras controlando a Martha.

Todos nos fuimos a nuestros cuartos, esa noche nadie ceno cosa que no preocupo, estabamos agotados algunos físicamente y otros mentalmente pero yo tenía ambas, solo quería tirarme a la cama y dormir pero una vez llegados al cuarto y cerrar la puerta Adam no se contuvo y me pidió quitarme la ropa.

-Estas loco, no estamos ni casados, como me pides eso, vete de mi cuarto en este momento o te dejo sin brazos.

-No, no, mira, no toda, quédate en am pijama si así le dicen aquí pero deja descubiertos tus hombros, necesitas relajarte asiq ue pretendo darte un masaje para que puedas descansar, no pretendo hacer nada más, ya lo dejaste bastante claro y respeto la decisión así que cálmate porfavor. Voy a salir para que te cambies y cuando estés lista me hablas, quiero que confíes en mí así que adelante. -Salio de la habitación y después de escuchar el click de la puerta me dispuse a quitarme todo incluso la pulsera que me dejaba desde que el enmascarado apareció, cuando estuve en camisón y me sentí lista además de cómoda le hable a Adam, entro con los ojos tapados por su mano, cerro al puerta y pregunto si ya podía abrirlos para llegar hasta mi.

-Si, ya estoy en camisón pero no se que debo hacer ahora.

-Tranquila, recuestate boca abajo y yo voy a usar mis manos en tus hombros y parte de tu espalda para liberar la tensión, así que tranquila, no debes retirar más ropa pero procura moverte mucho de acuerdo.

Era una sensación extraña, los hombros me dolían y también daban cosquillas pero no quería que se detuviera así que le dije que no parara aunque me moviera, continuo hasta que dijo que ya se había cansado porque tenía un ligero esguince en la muñeca pero que con eso podría dormir mejor. Se levantó de la cama, yo me senté, me dio un beso en la frente y se disponía a marcharse a su habitación.

-No, quédate aquí conmigo. Es extraño, no comprendo porque pero mi cuerpo me pide sentirte cerca, quiero volver a dormir contigo, tu calor me hace sentir segura y olvidó por completo que tengo un enemigo, así que porfavor quédate.

-Si, me quedo y hasta que tú estés lista pasaremos a un contacto más íntimo, por ahora con abrazarnos está bien, siempre me reconfortaste con los tuyos así que es mi momento de hacerlo.

El ciento soplaba mucho, las ventanas se cerraron, las cortinas beige mármol se bajaron, la luz desapareció y nos hundimos bajo las cobijas fresa abrazados nuevamente, mi cabeza quedó en su pecho, escuchaba el latir de su corazón y su mano me la apretaba ligeramente, mi mano se enroscó por debajo de sus costillas. Calidez, cariño, seguridad, amor?, pasión?, deseo?, me empezaba a sentir confundida y era porque quizás si quería todo con el, Adam me provocaba cosas que hacía 8 años no sentí por nadie más y sin pensarlo más lo bese, creyendo que ya estaría dormido pero me sorprendió ya que el me devolvió el beso pero era más apasionado, sentí su lengua rozando la mía y como si conociera lo que debía hacer también seguí. Calor, mi cuerpo empezaba a arder a pesar de que el camisón no era tan cálido y tuve que apartar a Adam.

-Estas bien?, quieres agua?, voy por ella

-No, no necesito agua, solo fue extraño y nuevo pero quédate

-Explicarme está de más. Tranquila, es una reacción y respuesta normal a los besos, tu cuerpo se preparaba para hacer el amor.

-Entonces así se siente hacer el amor?

-No, solo es el inicio pero como te dije, lo haremos hasta que estés preparada, no tengo urgencia de hacerlo aunque me vuelves loco. Descansa

Esta vez Adam se puso detrás de mi, abrazo mi cintura, beso mi nuca y como un perrito froto su cabeza contra la mía, nos perdimos en el sueño, nuestro calor nos reconfortaba a ambos, éramos nuestro lugar seguro.

La vida ahora tenía más sentido, me gustaba y empecé a pensar en lo hermoso y grandioso que sería darle hijos a ese hombre tan grandioso que la galaxia me había enviado.