Un asesinato bastó para desmoronarlo todo. Las sombras del pasado los persiguen. ¿Cómo todo pudo cambiar en una noche?
Entre secretos oscuros y lealtades cuestionadas, se ven arrastrados hacia un juego mortal donde cada elección los adentra más en un laberinto de engaños y pasiones prohibidas. ¿Podrán resistir la atracción que los consume o sucumbirán ante las fuerzas que los separan?
¿Odio u obsesión?
¿Deseo o amor?
¿Venganza o atracción?
Todas las decisiones te llevan a rumbos completamente distintos.
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9: ¿Qué están haciendo?
...DAPHNE...
Hoy Dusan sale de la clínica en la que estaba internado hasta recuperarse por completo, y me alegro por él, es extraño lo mucho que ansío verlo otra vez en casa. Sin él nada es igual. He evitado ir a visitarlo para evitar incomodidades con sus familiares, aun cuando me ha expresado con recados a través de Esme las ganas que tiene de verme.
Por otro lado, Nolan no ha dejado de atacar mi celular con llamadas. ¿No fui determinante la última vez que nos vimos? Recuerdo haberle advertido que lo quiero fuera de mi vida.
—¿Otra vez tú aquí? —abro los ojos una vez oigo la voz de Travis—. ¿Quién te dejó entrar a mi estudio?
Por más estúpido que suene, necesitaba verlo con esa expresión desinteresada en el rostro, escuchar ese áspero tono de voz.
—Aproveché que todos tus empleados estaban ocupados arreglando el desastre que hay fuera de esta mansión. ¿Qué sucedió? ¿Por qué hay rastros de sangre? Bueno, eso no importa en estos momentos —me incorporo de su asiento—. Perdón por entrar, así como si nada…
—¿Ahora qué te trae por aquí? —respira hondo, quizá cansado de verme, pero es cuestión de tiempo que eso se acabe.
—Vine a devolverte esto —acomodo su traje sobre el escritorio.
—Ya lo usaste, no me sirve. Puedes botarlo o quemarlo, me da igual.
La indiferencia de Travis me perturba como no se imagina, me genera incomodidad y desagrado. Es como si estuviera siendo ignorada y rechazada de manera inadvertida. Y me duele por el simple hecho de que soy primeriza en esta clase de experiencias.
—¿Algo más, Daphne? —supongo que su pregunta es por quedarme viéndolo—. Si piensas hablar hazlo ahora, no me hagas perder el tiempo.
La lucha entre el temor a confesar mis sentimientos y la necesidad de liberar esa carga emocional es evidente en cada matiz de mi rostro, creando una imagen de vulnerabilidad y valentía entrelazadas. Igual, tampoco tengo nada que perder.
—Me gustas —confieso, nerviosa.
—Ah, era eso.
—¿No vas a decirme nada?
—¿Decirte? ¿Qué quieres que te diga? —ríe, como burlándose—. Lo siento, no soy de los que se vinculan sentimentalmente con alguien que apenas he visto en un par de ocasiones.
Pensé que su reacción me sorprendería, pero es todo lo contrario. Creo que en el fondo sabía que esto pasaría. Humillarme más no es lo correcto, pero es una segunda opción.
—Entiendo —bajo la mirada, viendo mis manos jugar entre sí—. En realidad, creo que esto es solo un sentimiento pasajero, por eso te propongo que me ayudes.
—¿Ayudarte?
—Sí. Pasa una noche conmigo, otra vez, si lo haces prometo que no te buscaré más. Eres un hombre inteligente, comprendes mi situación, ¿no?
—En pocas palabras, ¿solicitas que te baje la calentura?
—¿Qué hay de malo en eso? No sería la primera vez que cogemos.
—No puedo fallarle a Dusan.
—Deja de pensar en él por un segundo, por favor. Dusan no se enterará de esto.
En medio de su estado de vulnerabilidad me acerco con mesura, sin afán de distraerlo de sus pensamientos, tentándolo con mi simple cuerpo rozando el suyo.
—¿Qué dices, Travis? ¿Piensas rechazarme? —un susurro en su oído es el detonante para sentir su mano envolviendo mi nuca y sus labios lanzándose a devorar los míos.
La ausencia de sus caricias era un suplicio.
La excitación nubla mi mente, no soy consciente ni responsable de lo que haré.
—¿Qué están haciendo? —cuestiona Dusan, con su voz en un hilo, parado en la puerta, observando el vergonzoso espectáculo desde no sé cuándo.
Mi primera reacción fue apartarme de Travis quien luce resignado a aceptar lo que está por venir. ¿Dusan no debía salir de la clínica en la noche?
—¿Piensas quedarte callado, Travis? ¿No te vas a justificar con lo que acabo de ver? —la conmoción y el desconcierto se reflejan en su mirada. Es evidente que está conteniéndose, pero sus ojos enrojecidos y su voz quebrada delata la fragilidad de su estado emocional—. Anda, te voy a creer, no me importa lo que vi, solo dame una justificación realista.
—No tengo nada que justificar —intenta huir abriendo una puerta que Dusan cierra con fuerza—. Conozco a Daphne desde hace tiempo, ¿qué más necesitas saber?
—¡¿Por qué estabas besando a mi hermana?!
—¿Te sorprende un beso? La primera vez que la conocí me acosté con ella, ¿eso es peor que un beso?
No… Esa no era la respuesta, imbécil.
Entre lágrimas, consecuencia de la rabia y la decepción, Dusan da el primer golpe que impulsa a Travis impactar sobre el escritorio.
—¡¿Por qué me hiciste esto a mí?! ¡¿Eh?! ¡Te consideraba mi hermano! ¡Yo jamás me jugaría mi respeto hacia ti, metiéndome con la gente que amas!
—¡No lo golpees más, Dusan! —temblando me paro frente a él con un valor imaginario—. ¡La culpable de todo esto soy yo! ¡Todas las veces que me he encontrado con Travis siempre he sido yo la que se le ofrece!
—¡No estoy hablando contigo, Daphne! Retírate.
—¡¿En qué te afecta a ti si me he acostado con él o no?! ¡Es mi cuerpo, mi vida, puedo abrirle las piernas a quien yo quiera…!
El arrepentimiento fluyó en mí al instante de sentir el impacto de su mano en mi mejilla.
—¡Me afecta porque eres mi hermana y quiero lo mejor para ti! ¡Solo quiero protegerte, Daphne!
Tarde o temprano esta vida “feliz” a su lado se iría a la mierda, era cuestión de tiempo verlo. Yo no pertenezco aquí. Odio hacer sentir mal a las personas que son capaces de darlo todo por mí. Esto no tenía que terminar así.
—Yo nunca te consideré mi hermano, Dusan, aun así, siempre estaré en deuda por lo que has hecho por mí —paso por su lado, saliendo del estudio y dirigiéndome a la salida.
Me siento una basura, un asco de persona.
La cara se me cae de la vergüenza. ¿En qué estaba pensando cuando le propuse eso a Travis, cuando lo besé? La expresión de Dusan cuando nos sorprendió es algo que quedará marcada para siempre en mi memoria. Perdí a la única persona que en verdad me amaba incondicionalmente. Soy una imbécil. No tengo el descaro para volver a la casa de Dusan y limpiarme las manos, como si nada ha pasado. Esta situación me tiene perturbada, no me deja pensar con claridad. No tengo adónde ir.
El sol ya está ocultando y yo sigo caminando sin rumbo, llevo así más de una hora. Mi celular no deja de timbrar por las llamadas de Dusan, me resisto a contestarle, ya lo lastimé demasiado.
Vuelvo en sí cuando escucho la bocina de un auto detrás de mí, sabía que no era buena idea caminar por la carretera.
—Perdón —volteo a disculparme, notando que el que maneja el carro es el mismísimo Nolan.
Este día no podía ser peor.
...RAHAB...
—Tu padre salió hace un momento a resolver ciertos inconvenientes —me informa Andrew, arrastrando una silla para sentarse a mi lado—. Por fin estamos solos. Disfrutemos que estamos al aire libre, en el jardín, sin nadie, para hablar con tranquilidad como dos personas decentes.
—No tengo ánimos de hablar con nadie, quiero estar sola. Lárgate. No me amargues el día.
—No puedo creer que aun viendo cómo te defendí de tu padre sigas teniéndome tanto odio.
—Sé que lo hiciste con la intensión de darme una buena impresión, a mí no me engañas.
—No me interesa lo que creas de mí, voy a defenderte siempre de todos, después de todo, admito que te tengo cierto aprecio, me recuerdas a mis hermanas.
—Dime la razón por la que estás estorbándome y luego vete.
—¿Por qué Travis te dejó ir así de fácil?
—Pues no sé, ve a preguntárselo tú —me agarra de la muñeca en cuanto me pongo de pie.
—¿Sabes qué es lo peor de engañarme, Rahab? Que es imposible —sonríe—. Te he analizado por meses, sé cuándo ocultas algo, como también sé que a Travis le encanta jugar con la mente de los demás. ¿Qué te dijo mi hermano? Tus ojos están rojos, ¿has estado llorando? No creo que sea por esa bofetada…
—Métete en tus asuntos y no me jodas.
Cuanto más intento zafarme de él, más presión ejerce en mi muñeca.
—Rahab, no seas terca, puedes confiar en mí. Si me dices lo que pasa contigo sabré cómo puedo ayudarte. ¿O acaso quieres que llegue a oídos de tu padre que le ocultas algo?
—¿Estás amenazándome, infeliz?
—¿Tú lo ves como amenaza? Qué curioso, para mí es una oportunidad para hacer que te desahogues. En fin, ¿vas a hablar o no?
Cuando se le pone algo en la cabeza se aferra a eso. Me tiene harta.
Obedientemente regreso a mi silla. Verlo sonreír satisfecho me malhumora. Decirle lo que me contó su hermana me da igual, igual no creo en nada de lo que me dijo. El golpe que me dio mi padre no define la realidad.
—Tu hermano acusó a mi padre de haber asesinado a mi abuelo y a mi madre —expongo incrédula.
—¿En serio? —ríe, mirándome fijamente—. ¿Y tú le creíste?
—Es una acusación seria, ¿cómo podría creerle a ese maldito? Mi padre amaba…
—Yo alcancé a conocer a tu madre, y créeme que la relación que tenía con tu padre no era como Dawson te lo ha hecho creer. En fin, te dejo disfrutar del aire libre…
Esta vez soy yo la que lo detiene sujetando su mano y el maldito lo disfruta.
—¿A dónde quieres llegar, Andrew?
—Descubre la verdad por ti misma —en un papel anota una dirección y me lo entrega.
—¿Qué es esto?
—Cuando te sientas preparada para abrir los ojos ve a ese lugar y pregunta por el ex médico forense Aiden Leonardi, él estuvo a cargo de los exámenes de tu madre para detectar la causa de su muerte.
—¿Qué tratas de decirme, Andrew?
—Yo nada, cariño —sonriente besa mi mejilla y se encamina hasta el interior de la mansión, pero se detiene a mitad del camino—. Por cierto, no le digas al Sr. Leonardi que yo te envié.
No sé si el propósito de estos hermanos Petrov es jugar con mi mente, pero lograron sembrarme más dudas. No quiero verme envuelta en mentiras y malas decisiones, pero ya no sé qué hacer ni qué pensar. Desconozco al hombre que se hace llamar mi padre.
Este tendría que haber muerto en lugar de Carlos
era lo mejor de todo esos
tenias al resto para matar Andrew Travis Nolan y sigue el resto pero no justo mato a Carlos
No hay perdón ni nada de lo que haga para tapar lo que hizo sin su consentimiento.
No estamos hablando de algo tan simple sino de que manipulo todo a su favor y le practico un aborto y quiere tapar todo kn decir yo te amo sos mi vida.
Pero no ninguna de estas parejas están bien mentalmente mejor dicho nadie de todos los personajes pq hacen todo mal y están kmo si eso fuera correcto.
es tan tonta y confiada que termina siempre en problemas.
Pero el peor de todos es Andrew
tendría que tener más caracter
Al final no hay uno que le sea fiel todavia
Gracias pur cada novela las disfrute mucho.
Felicidades!!!
Excelentes cada una de tus historias.