una historia de una enfermera y un paciente
NovelToon tiene autorización de lizeth rivera para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 15: y la verdad salió a la luz....
Sofía se sintió horrorizada al ver a Marco en el suelo, inconsciente. "¿Qué has hecho?", le preguntó a Luis, con voz temblorosa.
Luis se encogió de hombros. "Lo que tenía que hacer", dijo. "No podemos permitir que la gente como Marco nos cause problemas".
Alejandro se acercó a Sofía, su mirada intensa. "No te preocupes por Marco", dijo. "Él va a estar bien".
Pero Sofía no estaba segura de creerle. Había visto la forma en que Luis había golpeado a Marco, y sabía que no era un hombre que se anduviera con rodeos.
De repente, un coche se detuvo detrás de ellos. Una mujer se bajó del coche y se acercó a ellos.
"¿Qué pasa aquí?", preguntó la mujer, con voz autoritaria.
Alejandro se volvió hacia la mujer. "Hola, tía", dijo. "Este es un problema que estamos resolviendo".
La mujer miró a Marco en el suelo. "¿Y quién es este?", preguntó.
Luis se encogió de hombros. "Un problema que teníamos que resolver", dijo.
La mujer miró a Alejandro y Luis con desaprobación. "No me gusta la forma en que están manejando esto", dijo. "Tenemos que encontrar una forma de resolver nuestros problemas sin recurrir a la violencia".
Sofía se sintió confundida. ¿Quién era esta mujer y por qué parecía tener tanto poder sobre Alejandro y Luis?
"¿Quién es usted?", le preguntó Sofía a la mujer.
La mujer sonrió. "Soy la jefa de la mafia", dijo. "Y soy la que va a resolver este problema de una vez por todas".
La mujer, que se presentó como Doña Elena, miró a Sofía con una mezcla de curiosidad y desconfianza. "¿Y tú quién eres?", le preguntó.
Sofía se sintió nerviosa. "Soy Sofía", dijo. "La novia de Alejandro".
Doña Elena arqueó una ceja. "¿La novia de Alejandro?", repitió. "Eso es interesante".
Alejandro se acercó a Sofía y la tomó de la mano. "Sofía es importante para mí", dijo. "Y no le va a pasar nada".
Doña Elena miró a Alejandro con una mirada severa. "No te preocupes por Sofía", dijo. "Ella no es el problema. El problema es Marco y su familia".
Luis se acercó a Doña Elena. "Tenemos que hacer algo con ellos", dijo. "No podemos permitir que sigan causando problemas".
Doña Elena asintió. "Tienes razón", dijo. "Vamos a hacer algo con ellos. Pero primero, tenemos que hablar con Sofía".
Sofía se sintió confundida. ¿Qué quería Doña Elena de ella?
"¿Qué quieres de mí?", le preguntó Sofía a Doña Elena.
Doña Elena sonrió. "Quiero que sepas la verdad", dijo. "La verdad sobre Alejandro y su familia. La verdad sobre la mafia".
Sofía se sintió nerviosa. ¿Qué verdad podría ser tan importante?
"¿Qué verdad?", le preguntó Sofía a Doña Elena.
Doña Elena se acercó a Sofía. "La verdad es que Alejandro no es quien dice ser", dijo. "Y que su familia es mucho más peligrosa de lo que imaginas".
Sofía se sintió conmocionada. "¿Qué quieres decir?", le preguntó a Doña Elena.
Doña Elena suspiró. "Alejandro es el hijo de un mafioso", dijo. "Y su familia ha estado involucrada en la mafia durante generaciones".
Sofía se sintió horrorizada. "¿Y por qué no me lo dijo?", le preguntó a Alejandro.
Alejandro se encogió de hombros. "No quería que supieras", dijo. "No quería que te metieras en esto".
Doña Elena asintió. "Es cierto", dijo. "Alejandro ha estado protegiéndote. Pero ahora que sabes la verdad, tienes que decidir si quieres estar con él o no".
Sofía se sintió confundida. ¿Qué debía hacer?
De repente, se escuchó un ruido detrás de ellos. Se volvieron y vieron a Marco, que se había recuperado y estaba apuntando con una pistola a Alejandro.
"¡No te muevas!", gritó Marco.
Sofía se sintió aterrorizada. ¿Qué iba a pasar ahora?
Doña Elena se acercó a Marco. "Baja la pistola", le dijo. "No vas a resolver nada con violencia".
Marco se rió. "Tú no entiendes", dijo. "Tengo que proteger a mi familia".
Alejandro se acercó a Marco. "No vas a hacerle daño a nadie", dijo. "Baja la pistola".
Marco se encogió de hombros. "No", dijo. "Voy a hacer lo que tenga que hacer".
Y con eso, Marco apretó el gatillo...
El sonido del disparo resonó en el aire. Sofía gritó y se tapó la boca con la mano. Alejandro se desplomó en el suelo, herido.
Doña Elena se lanzó hacia Marco, furiosa. "¿Qué has hecho?", le gritó.
Marco se encogió de hombros. "Lo que tenía que hacer", dijo.
Luis se acercó a Alejandro y lo ayudó a levantarse. "Estás bien", le dijo. "La bala solo te rozó el hombro".
Alejandro se miró el hombro y vio que estaba sangrando. "Tengo que ir al hospital", dijo.
Sofía se acercó a él y lo abrazó. "Lo siento", dijo. "Lo siento mucho".
Alejandro la miró y sonrió. "No es tu culpa", dijo. "Es la mía. Debería haber sido más cuidadoso".
Doña Elena se acercó a ellos. "Tenemos que irnos", dijo. "La policía va a llegar pronto".
Luis asintió. "Vamos", dijo. "Tenemos que salir de aquí".
Salieron del lugar y se subieron a un coche que los esperaba. Sofía se sentó al lado de Alejandro y lo abrazó.
"Lo siento", dijo de nuevo. "No quiero que te pase nada".
Alejandro la miró y sonrió. "Estoy bien", dijo. "Y voy a estar bien mientras estés conmigo".
Sofía sonrió y lo abrazó más fuerte. "Siempre estaré contigo", dijo.
Pero justo cuando pensaban que todo iba a salir bien, el coche se detuvo en un semáforo y Marco apareció de la nada, con una granada en la mano...
Marco sonrió con una sonrisa maliciosa. "Adiós, Alejandro", dijo. "Adiós, Sofía".
Y con eso, lanzó la granada al coche. Luis, que estaba conduciendo, vio la granada y pisó el acelerador. El coche salió disparado, pero la granada explotó justo detrás de ellos, haciendo que el coche se estrellara contra un poste.
Sofía se desmayó por el impacto. Cuando despertó, estaba en un hospital, con Alejandro a su lado.
"¿Qué pasó?", preguntó Sofía, confundida.
Alejandro suspiró. "Marco nos atacó", dijo. "Pero estamos bien. Solo tenemos algunos cortes y moretones".
Sofía se sentó en la cama y miró a Alejandro. "Tenemos que hacer algo", dijo. "Tenemos que detener a Marco antes de que mate a alguien más".
Alejandro asintió. "Tienes razón", dijo. "Vamos a hablar con Doña Elena y ver qué podemos hacer".
Justo entonces, la puerta del hospital se abrió y entró Doña Elena. "¿Cómo están?", preguntó.
Alejandro se sentó en la cama. "Bien", dijo. "Solo un poco magullados".
Doña Elena asintió. "Bien", dijo. "Tenemos que hablar. Marco es un problema serio. Tenemos que detenerlo antes de que sea demasiado tarde".
Sofía se levantó de la cama. "Vamos a hacerlo", dijo. "Vamos a detener a Marco de una vez por todas".