Scarlett Donovan es la joven típica que siente que debe ser perfecta, siempre guardando la etiqueta y comportándose a la altura de las expectativas. Su prometido Gianluca Vitale, hijo de una familia influyente en la sociedad Pero que se ve opacado por el desempeño de su tío Massimo. Pero la vida de Scarlett cambiará de un momento a otro cuando descubra el engaño de su prometido y mejor amiga, lo cual la terminara devastando, Pero también la despertara de ese sueño donde la vida es perfecta y la llevará a la vida real. ¿Que hará Scarlett para vengarse? Massimo también ha sufrido una decepción amorosa y odia a las mujeres debido a esto. ¿Que pasará?
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Capitulo 8
Milán, un año después
La familia Donovan volvía de sus viajes de trabajo. La verdad era que había tomado más tiempo del previsto. Una pelirroja con unas curvas de infarto fue recibida en su hogar. Scarlett era la viva imagen de su madre. Los empleados que los recibieron estaban sorprendidos ante el cambio tan impresionante que había tenido la joven.
Desde que llegó a Inglaterra, Scarlett inició con un régimen alimenticio saludable, complementado con ejercicio. En seis meses había perdido 10 kilos y, en el año que llevaba, estaba esbelta y delgada como lo era su madre. La sombra de la mujer que se había marchado dolida no quedaba, esta era una Scarlett diferente, no solo físicamente, sino por dentro también.
—Señorita Donovan, el detective está en el despacho, dijo que usted solicitó su presencia —le dijo una muchacha que no paraba de mirarla con curiosidad.
—Tranquila, Mirta, en un momento lo atiendo —le respondió Scarlett.
Niccolo y su abuelo la miraron de inmediato, esperando una explicación.
—¿A qué viene el investigador? —preguntó Niccolo.
—Un asunto personal, no se preocupen, ya sé cuidarme. Lo atenderé, nos vemos más tarde.
Scarlett ingresó al despacho encontrándose con un hombre mayor, que sonrió con afecto al verla. El hombre había visto crecer a esa pequeña.
—Señorita Donovan —saludó el hombre.
—Por favor, Mateus, ya nos conocemos, solo dime Scarlett.
El hombre sonrió y asintió.
—Bien, Scarlett. Me da gusto verte y, ¡wow!, estás muy cambiada.
—Lo hice por mí y mi salud. Llevo ahora una vida más disciplinada —respondió ella sonriendo—. Pero no viniste a hablar de eso, así que, por favor...
El hombre sacó un sobre de su bolso y se lo tendió a Scarlett, quien lo tomó de inmediato.
—Allí está toda la información de los Vitale, cada uno de sus movimientos durante este año. Descubrí incluso cosas muy interesantes.
Scarlett sonrió.
—Gracias. Ya te deposité el pago en tu cuenta. Si te necesito, te llamaré.
—Siempre a tu orden y a la de tu familia.
El hombre se marchó dejando a Scarlett sola en el despacho. La joven tomó el sobre, donde encontró una memoria USB. Abrió su portátil y empezó a ver toda la información, la cual era mucha.
Familia Vitale:
Patriarcas:
Giovanni Vitale y su esposa Elena Vitale.
La pareja tiene tres hijos: el mayor, Matteo Vitale; la segunda, Isabella Vitale; y, por último, Massimo Vitale. Con sus dos primeros hijos fue algo natural, apenas se casaron tuvieron a su primer hijo, y dos años después a su segunda hija. Massimo fue una sorpresa, ya que lo tuvieron 10 años después.
Matteo Vitale se casó a los 21 años con Deborah, una mujer ambiciosa que solo buscaba escalar en la sociedad. Ambos tuvieron dos hijos, Gianluca y Alessandra.
Isabella Vitale se casó y se fue a Francia. Nunca visita a sus padres, es como si no existiera.
Massimo Vitale, de 33 años, estudió leyes en Harvard y se mudó a Nueva York, donde abrió una nueva oficina de abogados Vitale. Trabajó durante años allí, pero luego de la ruptura con su novia, quien lo engañó con otro, volvió a Milán y tomó a su cargo la presidencia de la firma de abogados Vitale. Se dice que durante ese año su carácter ha empeorado. Es un león en los juzgados, pero no tiene compasión con nadie. Las mujeres no son su prioridad en el sentido de relación, es frío y calculador. Solo pasa una noche con una mujer, no repite, ya que no quiere que generen sentimientos. Para él, una mujer es solo eso: una noche.
En cuanto a Gianluca, sigue siendo el mismo imbécil. Se fue del país, pero volvió tres meses después. Estuvo saliendo en varios diarios debido a su afición por las fiestas, pero poco después se le vio saliendo con la heredera de los Bianchi, una sorpresa para todos. Sin embargo, la verdad era que la chica solo era por las apariencias, porque Gianluca continuaba con Claudia. Esa relación no se había terminado y Gianluca esperaba poder involucrarla con su familia, solo esperaba el momento correcto.
Scarlett leía cada uno de los informes. Incluso ya era de noche, pero ella continuaba en el despacho, leyendo cada cosa que su investigador le había entregado.
—Gianluca, qué patético eres —susurró para sí misma.
Sentía un alivio al no haberse casado con él. En el informe explicaba el motivo de la ruptura de Massimo con su prometida. Ella lo había cambiado por un hombre mayor, con mucho dinero, pero este hombre poco después la había abandonado en Londres, dejándola sola y sin un peso.
—Se lo merece por tonta. ¿Quién cambiaría a Massimo Vitale, con lo guapo que es? Además, es millonario. ¿En qué estaba pensando? Massimo la trataba como una reina.
Scarlett no entendía a veces a las mujeres. Cuando un hombre las trataba de manera dulce y encantadora, estas simplemente se aburrían para cambiarlos por alguien que no valía la pena.
—Gianluca, ya veo por qué buscas poder.
La joven sonrió. Ya tenía la debilidad de su enemigo. Gianluca siempre había competido con su tío, pues quería quedarse con la firma y todo lo de sus abuelos. Estos habían estipulado que cualquiera que heredara el imperio Vitale debía estar casado y, por lo menos, con un hijo. Los ancianos estaban chapados a la antigua y no creían que un hombre sin familia fuera centrado y responsable. Por esto, Gianluca estaba desesperado por casarse. Quería ganarle a su tío, puesto que sus abuelos se retirarían dentro de poco. Ellos pensaban alejarse de ese mundo de negocios y disfrutar su matrimonio hasta que la muerte los separara.
—¿Por esto odias a tu tío? Jajaja. ¿Y si por algún motivo alguien llegara y te arruinara los planes, qué harías, Gianluca?
Scarlett se levantó tomando una foto de Massimo. El hombre estaba guapísimo. Además, era alguien maduro y no un niñito inmaduro.
—Massimo Vitale, serás mi presa en este juego, pero me servirás de mucho —la joven sonrió—. Nos veremos pronto.
Scarlett dejó la foto en el sobre. Luego tomó una invitación para una ceremonia de donaciones. Su familia siempre colaboraba en estas fiestas de beneficencia, pero eso no era lo que la motivaba. Según el reporte, Massimo iba cada año sin falta. Lo mejor era que se trataba de un baile con máscaras. La joven sonrió.